Lexicon

TOBERAS

Son las toberas un canto nupcial, que un coro de mozos varones entona en el portal de los novios, la noche misma de las bodas. Acompáñase con un repique de barras de acero, cuyo tañido hace de intermedio entre copla y copla. Este nombre de tobera significa en su acepción originaria y corriente, la punta del fuelle empleado en las fraguas. La que se utilizaba en las antiguas ferrerías del País Vasco era un tubo de bronce de varias libras de peso, de forma cónica algo aplastada, y, como tal, adornada de todas las condiciones que se requieren para una perfecta sonoridad. Este debió ser, según todas las trazas, el instrumento que primitivamente se tañía en las bodas: esta opinión halla fuerza en la frase toberak jotzen (tañer las toberas) con que se denomina el repique de las barras, aparte de ser la tobera un instrumento más sonoro que las barras de acero que hoy se usan, cuyo tañido resulta muy tenue y de muy poco cuerpo. La sustitución de la tobera por la palanca se explica plenamente por la molestia que suponía el quitar y poner aquélla, sobre todo desde que en las ferrerías se adoptó una tobera, fuertemente fija en el muro de mampostería, que se eleva sobre el aixe-arri o piedra frontal de la fragua. El hecho probabilísimo de que el instrumento empleado para tañer las toberas fuese un utensilio de ferrería nos induce a creer que en otro tiempo los tobera-jotzalles debieron de ser, con preferencia, los hercúleos forjadores de nuestras antiguas olas. Rodney Gallop dice, hablando de las toberas, en Los Vascos: "Son serenatas especiales que se cantan a una pareja nupcial en la noche de sus bodas o más corrientemente el día en que se publican las amonestaciones. Una pandilla de muchachos expresa su intención de observar esta costumbre, plantando enfrente de la casa de la novia una barra de acero, conocida por el nombre de tobera, que dos chicas de la vecindad adornan con flores y encajes". Pero, hayan sido o no ferrones los tobera-jotzalles de antaño, y háyase usado o no la tobera propiamente dicha, como instrumento para tañer en las bodas, el hecho innegable es que el vasco está en posesión de un epitalamio, más o menos artístico (que eso no hace a la esencia), pero muy popular y muy castizo. Vamos a describirlo tal como se practicó en Oiartzun. Un koplari, dos jotzalles (pikatzalle y biya) y dos o tres mozos más, constituyen todo el personal de las toberas. El material se reduce a una palanca larga de acero, cuatro barritas de hierro para tañer, dos anillas de alambre y unos cabos de cuerda.