Museums

Aquarium

La Sociedad de Oceanografía de Gipuzkoa1 ha sido una institución que ya desde el año 1912 realiza una tarea muy importante dentro del terreno de la educación y divulgación, no sólo del mundo submarino, sino que también de otros aspectos que vinculan directamente el hombre con el mar.

Aspectos relacionados con el mundo marítimo, ya sea a nivel etnográfico o antropológico. No cabe duda que estos aspectos no fueron tan pioneros en el momento en el que la Sociedad de Oceanografía de Gipuzkoa fue fundada, ya que para aquellos tiempos, eran ya conocidos museos relativos a estos temas.

Por ello que uno de los grandes logros de la SOG fue el de haber construido su sede en el pintoresco muelle de San Sebastián. Esto fue fundamental para poder dar proyección a las líneas de trabajo que allí se realizarían. El Palacio del Mar-Aquarium, es un edificio que alberga una de las primeras colecciones vivas de fauna marina cantábrica, con el fin de divulgar los fondos de las costas vascas. Decididamente aquellos tiempos no fueron fáciles. El arte de la acuariología, y de las ciencias marinas no estaban muy avanzadas y fueron suplantadas por el esfuerzo y el ímpetu emprendedor de una serie de personalidades que forjaron el espíritu que gobierna esta institución tan emblemática.

A lo largo de muchos años, el Aquarium de San Sebastián fue lugar que tuvo una clara vocación divulgativa y educativa. La mayoría de los colegios de la provincia y alrededores visitaron sus instalaciones. Existen documentos que así lo testifican y no se necesita mucha imaginación para darse cuenta de la sorpresa de los más pequeños al ver esos magníficos seres que habitan nuestros fondos marinos. Además, este impulso divulgativo-educativo es constatado en el intento de realizar una guía educativa por el afamado ilustrador Agustín Ansa. 2

A parte de esta clara vocación de educativa, se realizaban también líneas de trabajo muy interesantes y que durante largo tiempo se mantuvieron en la sombra, o sencillamente en los círculos meramente científicos. Aun así, las instalaciones del Aquarium de San Sebastián, fueron el lugar idóneo para ampliar conocimientos en el mundo de la biología marina, siendo, como podrá leerse más adelante, pionera junto a instituciones tan prestigiosas y reconocidas como el IEO.

Hubo también tiempos duros y difíciles. Escasez de medios, situaciones políticas encontradas, etc. A fin de cuentas, la Sociedad de Oceanografía de Gipuzkoa era un organismo vivo y como tal tuvo que ir acomodándose a las nuevas circunstancias. En el año 1998, la nueva Junta directiva da un nuevo impulso y comienza un momento histórico: la ampliación de las instalaciones, realizando una obra importantísima que dará de nuevo un vertiginoso giro al devenir del Palacio del Mar-Aquarium. Serán las nuevas instalaciones acuariológicas (un gran oceanario con un túnel de 360 grados, único en aquellos días, nuevos acuarios, etc.), aulas destinadas para talleres y dinámicas educativas, así como un espectacular auditórium destinado a conferencias, congresos, etc. A lo largo de este tiempo han pasado miles de niños y jóvenes a nuestras instalaciones, desde los más pequeños hasta jóvenes estudiantes de la Facultad de Biología o como colaboradores en proyectos científicos. Además de congresos organizados por sociedades como Aranzadi, Azti, UPV, también han pasado ilustres personajes que de una u otra forma están vinculados al entorno marítimo, haciendo hincapié en los últimos tiempos, en la necesidad de educar bajo las premisas conservacionistas y medio ambientales.

Se ha realizado una gran labor divulgativa-educativa a lo largo de esos años y para continuar en esta línea, el Palacio del Mar-Aquarium, organiza junto a la Universidad de Souhthampton, la UPV y AZTI un Master en Biología Marina.

1En el año 2003 la Sociedad de Oceanografía pasa a ser parte del patronato de una Fundación, que llevará el nombre de Fundación Oceanográfica de Gipuzkoa.

2Gracias a la ejecución de una exposición (Carteles entre las olas) pudimos encontrar una auténtica joya, que mostraba claramente, ese ánimo educativo que ya tuvo desde aquél entonces los miembros, directivos y técnicos del Aquarium de San Sebastián.