Tolosa, 1869 - Tolosa, 1954.
Hizo sus estudios primarios en los Padres Escolapios de la misma localidad.
Siendo joven, emigró a América para ganarse la vida. Allí, aunque consiguió hacer dinero y dar a conocer la pelota vasca, tuvo que sufrir contratiempos y preocupaciones. Cruzó el mar que separa América y Europa en 48 ocasiones debido a su labor de contratista en La Habana y en Saint Luis de Missouri. Tras sus numerosos viajes a América y tras una larga vida falleció en Tolosa en 1954 con 85 años.
Sus primeros escritos datan de cuando no tenía más que veintiséis años (con estructura de bertso, medida de zortziko) como testifican sus textos publicados en revistas como Euskal-Erria o Euskalzale. Alguna de esas primeras composiciones se imprimieron como bertso-paperas u hojas volanderas de bertsos (la titulada "Aurrera!!" es un ejemplo de ello). Poco a poco las composiciones poéticas de Emeterio Arrese empezaron a ver la luz en otras publicaciones: La Baskonia, Ibaizabal, Zeruko Argia, Euskal-Esnalea, Tierra Vasca, Yakintza, Euzkadi, Baserritarra, Aranazazu, Gipuzkoarra, etcétera.
El primer libro, titulado Nere Bidean [En mi camino], en cambio, no fue publicado hasta 1913. Lo hizo con la ayuda que le proporcionó el Ayuntamiento de Tolosa, por lo que siempre estuvo muy agradecido.
Este tolosarra entró en la literatura y, especialmente, en la poesía por la puerta del bertsolarismo. A menudo mostró un carácter bertsolarístico en sus composiciones, sobre todo al principio. Teniendo en cuenta la métrica y las rimas, es evidente la tendencia que tenía hacia el zortziko grande y pequeño. No en vano fue muy amigo del bertsolari Pello Otaño.
En cuanto a los temas, se reconoce su seguimiento del Romanticismo. Si se pudiera hablar del romanticismo vasco, Emeterio Arrese sería uno de sus representantes. Uno de los poemas que recoge lo dicho hasta ahora es "Basotar baten kantua" [Canto de un habitante del bosque], aparecido en Nire Bidean. En él aparecerá un tópico del romanticismo vasco: la contraposición entre los altos (las montañas) y las zonas bajas (el mundo urbano). Los primeros son los lugares originarios y los refugios de las buenas costumbres de los verdaderos vascos y creyentes. Las segundas, son las guaridas de las malas costumbres, de las mentiras y del mundo erdaldun. La naturaleza aparece también de modo muy distinto en ambas. Aunque los copos de las nieves blanquean ambos lugares, en las urbes se convierte en lodo. En los altos, en cambio, es fuente de vida. Todo ello, por supuesto, expresado en sus alternados zortzikos grandes y pequeños.
En ese mismo primer libro, sin embargo, se encuentran también algunos modelos métricos que no son del bertsolarismo. Parece que los poetas vascos posteriores se sirvieron de esa aportación de este autor. Algunas de sus composiciones largas (por ejemplo, "Nekazarien bizitza") están divididas en tres partes buscando cierta simetría y mostrando un cuidado y atención en la construcción del poema. En ocasiones se acerca al simbolismo y su estado de ánimo o sus sentimientos se muestran con figuras hermosas de la naturaleza que muestran un humor parecido (una tormenta, un amanecer, un atardecer, un cielo azul, etcétera) transmitiendo por medio de las imágenes aspectos inefables del sentir humano.
El segundo libro publicado, Txindor (1928), sigue por las sendas del primero en algunos temas y características. El poeta vive obnubilado por la naturaleza -especialmente por la naturaleza de Euskal Herria- y, aunque ya había cumplido 58 años, sigue "igual de soñador y deseoso" como al principio. Los poemas dedicados a los montes vascos, a los rincones de la costa marina, a los pueblos vascos, delatan ese espíritu soñador. Intenta también acercarse al misterio de la feminidad, manteniendo una postura del romanticismo tardío y, al mismo tiempo, extendiendo unas pinceladas de toque simbólico. Por medio de la maternidad que es la cumbre de la feminidad, Arrese nos invita a acercarnos a la maternidad simbólica de la patria y del euskera. Esa sensibilidad es a veces patética y otras veces tan suave como un susurro: Emeterio trata de alternar ambas posturas.
Pasaron veinticuatro años desde que publicó Txindor hasta que hiciera lo propio con el siguiente libro de poesía. Con ochenta y tres años (en 1952) publicó Olerki berrizte [Renovación poética]. Son los poemas que publicó anteriormente corregidos, remodelados o adecuados. Con esos retoques ocasionó en algunos críticos algunas dudas pero parece que no causó daño notable a esos poemas.
Por medio de una poesía de estilo bertsolarístico entró también en el mundo del teatro. En 1898 publicó el texto teatral "Aiton baten eriotza" [Muerte de un abuelo] en la revista Euskalzale. En 1900 Emeterio Arrese puso letra -a modo de bertso, como era de esperar- a la ópera Sentierak [Sensaciones] que el músico Eduardo Mocoroa había compuesto. Esa obra sería después representada con el título Leidor desde 1936 en adelante (a finales de los 90 tuvo también otras representaciones en varias capitales vascas). La obra teatral Zara (representada en 1913 en Tolosa) está también compuesta en bertso y está dividida en tres actos. Dos años antes (1911) la sociedad Euskalerriaren alde le otorgó un premio en Segura durante un festival.
La influencia que tuvieron esas obras se aprecia en las publicaciones de autores posteriores. Aunque en el ámbito poético y teatral no fuera muy renovador, fue una sólida base y un punto de partida para autores que vinieron después.