Poets

Aranbarri Alberdi, Iñigo

Iñigo Aranbarri nació en Azkoitia (Gipuzkoa) el 20 de setiembre de 1963.

Como varios autores vascos actuales, se dedica a la educación en un instituto público. Como varios autores vascos actuales, del mismo modo, comenzó a curtirse en varias revistas literarias en sus comienzos. Fue director de la revista Susa, durante una época y, después, en la revista Bazka (creada por la editorial Susa, a su vez).

Pero fue la poesía la que le dio a Iñigo Aranbarri la llave para empezar a ser un escritor considerado. En 1986, cuando tenía 23 años publicó su primer libro de poesía: Jonas Poisson (Susa, 1986). Como comenta Felipe Juaristi en el prólogo de ese libro, "estos poemas tienen una pata, la más débil, en la Biblia y la otra, la más sólida, en el cine". Necesitamos de esas claves para acercarnos a la poesía de Iñigo Aranbarri. Para acercarnos, y no para entender, porque sus poemas no están escritos para ser entendidos. Se trata de textos de gran imaginación, que se mueven en territorios surrealistas, como un rebelde contra todo lo convencional (Kortazar 1997: 384). Más que con imágenes tomadas del exterior, es un grito pergeñado con su interior, hecho para que explote, repleto de visiones interiores y que nos lleva a una expresión vanguardista. La estructura de los poemas tiene su propio significado. Los tres días que pasó Jonás dentro de la ballena son la excusa para acotar el poemario, dando un lugar a un cierto desarrollo y siendo la ballena el símbolo de la sociedad.

El segundo libro de poesía continúa por la misma línea hermética, aunque deja varias y numerosas muestras culturalistas aquí y allá, como si fueran unas rendijas de una recia coraza, para hacer pensar al lector, al investigador, para hacerle trabajar. Estamos hablando de Dortokak eta elurrak (Susa, 1989), por la que cabe destacar el Accésit en Poesía recibido. Las tortugas (dortokak) tienen su caparazón... y una gran memoria. La misma poesía le da a Iñigo la materia para hacer poesía. Haciendo metaliteratura remueve la memoria, no para dar continuidad a la tradición, sino para hacer su poesía personal: para ser vanguardista de uno mismo utilizando esos materiales. La imagen de la tortuga es la continuación de una imagen zoomórfica que le viene de su primer libro. El bestiario de Iñigo Aranbarri es significativo y rico. Los lugares son elementos que le sirven para componer su propia red culturalista, porque, por una parte, son exponentes de su viaje poético y, por otra, porque dan noticia de su -a menudo doloroso- mapa sentimental.

La capacidad literaria de Iñigo Aranbarri no se agota con la poesía. Después de esos dos libros de poesía publicó una novela en 1994: Emon biar yako (Susa). Está ambientada en los 60 y en ella el editor e impresor Julen Azkue es el protagonista. En esta opera prima novelística Iñigo Aranbarri no utiliza cualquier prosa. Es una prosa muy compacta, llena de elipsis, para que lo que no está al alcance del lector sea inventado. Esa tendencia a la elipsis trae a la memoria la comunicación entrecortada de la época en que existía la censura y así consigue evocar el temor que había en hacer literario vasco de cierta época hacia la censura. A la vez, refleja un ambiente oscuro y aislado, acentuando la inquietud que produce el querer comunicar y no poder.

Como en la novela Emon biar yako, el retroceder en la historia no es efímero en Iñigo Aranbarri. En 1996 Koldo Izagirre e Iñigo Aranbarri publicaron Gerraurreko literatur kritica ("Crítica literaria de la literatura anterior a la guerra", Bilbao Bizkaia Kutxa e Instituto Labayru). Del mismo modo, los dos publicaron también una obra del casi olvidado escritor Juan Bautista Bilbao "Batxi": Hau mundu arrano hau (Susa, 1997). Son señales de que este autor está tomando y expulsando aliento constantemente. Se vislumbra claramente que toman muy en cuenta (Iñigo y Koldo) los autores de la tradición vasca y, sobre todo, el recorrido de la crítica literaria vasca. A modo de ejemplo, en Gerraurreko literatur kritika se le presta especial atención a la visión que tenían los del Renacimiento (vasco) en torno a la función de la poesía. Parece que lo que hacían los vanguardistas de entonces se convierte en fuente de inspiración, no para hacer algo similar a finales del siglo XX, sino para apropiarse de sus actitudes y de sus contribuciones.

En aquella época fue otra toma de aliento el viaje que hizo a Chiapas. Sobre lo allí experimentado se ocupa en la obra Zapata-ren oihana ("La selva de Zapata", Susa, 1997), no para imponer sus opiniones sobre él, sino para dejar a la vista los claro-oscuros de su cuadro, dejando siempre un espacio para el escepticismo.

Después de estas obras en prosa, le vino el turno al tercer libro de poesía: el siguiente año, en 1998, publicó Harrien lauhazka, después de conseguir la beca "Joseba Jaka" para elaborar ese mismo libro. La vela de la poesía no la tenía apagada desde que en 1989 había escrito Dordokak eta elurrak. Aunque el tema principal es el de la patria, prefirió tratarlo desde el punto de vista de la tierra. Este poemario está tratado con un lenguaje más cercano que el de sus dos primeros libros. Apropiándose quizá del símbolo de Gabriel Aresti, la piedra es la imagen poética de esa tierra (patria), y en su superficie áspera la ética y el instinto se entremezclan y se le pegan como el musgo. Los lugares situados en la tierra son de nuevo la imagen de ese viaje interior y exterior, que giran alrededor de esa patria de piedra. De todos modos, las imágenes recorren un camino más corto que en sus primeras obras poéticas, pues son más transparentes y, a diferencia de las del principio, dotan notablemente de ritmo y musicalidad al discurso poético.

Con la aparición de Harrien lauhazka (Susa, 1998) se cierra un etapa de la poesía. Parece que lo que viene después es la etapa del ensayo. Cuatro obras vinieron a continuación: Gure mendea (Argia, 2000), Hitzak eta giltzak (Alberdania, 2001), Loiolakorik ez balitz (Uztarria, 2005) eta Hizlandia (Susa, 2006).

En Gure mendea ("Nuestro siglo") hace una crónica del siglo XX. Partiendo de simples anécdotas construye unos relatos agudos. Muestra una actitud frente a la literatura similar a la que tiene su colega Koldo Izagirre. Ha hecho varios trabajos con aquél y, como él, Aranbarri gusta de "recoger y analizar las onzas de oro que se encuentran dispersas dentro del cuerpo muerto del euskera". Algo de ese estilo hace en Hitzak eta giltzak ("Palabras y claves"): hace algunas reflexiones y análisis sugerentes al hilo de algunas palabras y conceptos, tomando en cuenta el contexto cercano y lejano de la realidad social y cultural. Se nota que le gustan los trabajos hechos juntos. El trabajo Loiolarik ez balitz ("Si no existiera Loyola") es una obra hecha junto con José Luis Otamendi en el 2005. Hacen un análisis de la literatura hecha alrededor de Loyola y, sobre todo, tomando a Azpeitia y a Azkoitia como contexto. No es una mera antología de textos: a cada texto le acompaña un estudio y eso enriquece la contribución del libro. Otra respirar. Hizlandia ("Palabralandia") es también otra sesión digestiva, en este caso de las inundaciones de palabras que nos vienen de la prensa: es una antología de los artículos escritos para el periódico en euskera Berria entre los años 2004 y 2006.

Después de la etapa del ensayo, Aranbarri acometió la novela con su Zulo bat uretan- (Susa, 2008). Crear intriga no es cosa fácil y esa novela es una prueba de que es un escritor completo. Con la construcción del pantano de Itoiz los pueblecitos de ese cauce se tienen que vaciar de vecinos y... de muertos. Por lo tanto, varios tendrán que identificar los huesos de los "moradores" del camposanto. El periodista Imanol es el narrador ficticio de la historia. La trama se mueve entre el motivo de la memoria histórica (últimamente muy de moda): el olvido de algunos personajes de la posguerra está en juego, bajo la amenaza del nuevo pantano. Cavando el agua es la traducción al castellano de la novela Zulo Bat uretan, que le valió a su autor el premio Euskadi de Plata 2008.

Su último trabajo es la novela Zamaontzia publicada en 2011 por la editorial Susa.