Place Names

Andra Mari Harri

"Piedra de la señora Mari".

Con este nombre o con el de Amabirjiña-arri ["piedra de la Madre Virgen"], son conocidas dos peñas: la de Igone, situada cerca del caserío de este nombre, en Amezketa, y la del portillo de Igaratza, en la sierra de Aralar. Cada una de estas peñas tiene un hoyo, como huella de un pie humano, en su cara superior. Lo atribuyen a la pisada de la Virgen que pasó por aquellos lugares, según reza la leyenda. Muchos pastores y otras personas, al acercarse allí, mojan su mano en el agua depositada en los hoyos por la lluvia y se santiguan. Algunos dejan monedas en los mismos hoyos para alcanzar del cielo alguna gracia. Quienes, pasando por aquellos sitios se dirigen a San Miguel o a algún otro santuario o iglesia, deben recoger las monedas y echarlas en el cepillo del templo que visite. Estas peñas, como otras similares, existen en varias localidades del país, son verdaderos altares donde los fieles presentan sus ofrendas. Quizás tenga relación con esto aquella costumbre que en el siglo XIV tenían los señores de Vizcaya de depositar entrañas de vaca sobre una peña de Busturia como ofrenda que hacían a su ascendiente, madre de Iñigo Guerra y mujer de don Diego López de Haro, según cuenta el conde D. Pedro Barcellos en su Livro dos Linhagens. Desde el peñasco llamado "Piedra de los santos", situado en Laño, cerca de la peña Santorkaria, los curas de aquel pueblo conjuraban las tormentas.