Religious People

Aimeric Picaud

Clérigo poitevino de Parthenay-le Vieux que recorrió el camino de Santiago en el siglo XII.

Se le considera el verdadero autor del Liber Sancti Jacobi, Codex Calixtinus, guía compostelana a la que presenta como una recopilación litúrgico-hagiográfica siendo, sin embargo, mucho más que eso ya que contiene una ingente cantidad de información referente a los lugares y a las localidades que los peregrinos recorrían.

Liber Sancti Jacobi

En el Libro I, el de mayor tamaño, se reproducen sermones y piezas litúrgicas en torno al Santo. El Libro II está dedicado íntegramente a milagros; el III narra la traslación de Santiago y reproduce una carta del Papa León sobre el asunto, con dos capítulos sobre las tres fiestas de Santiago, incluidas las caracolas que recogían los peregrinos en las playas gallegas, a las que llama tubae sancti Iacobi. Antes de su desglose, formaba el Libro IV la Historia Karoli Magni o Historia Turpini, en la que el autor considera a Carlomagno y sus héroes, que habían entrado en España por indicación del apóstol para librar su sepulcro, como mártires. El Libro V describe los caminos que llevan a Compostela (Guía del Peregrino) insistiendo, sobre todo, en los santuarios que pueden visitarse en el trayecto. (Ahora IV, en el Calixtino, debido a una corrección, motivada por el desglose de la Crónica de Turpín, que no remonta más allá de siglo XVI). Aunque parecía que con el colofón debía terminar el Códice, éste sigue todavía con varios himnos. Entre ellos hay una carta de Inocencio II, tan poco auténtica como la de Calixto II que encabeza la colección; en ella se dice que el Códice en cuestión, compuesto primeramente por el Papa Calixto y donado a la iglesia de Santiago por Aimeric Picaud, presbítero de Parthenay-le-Vieux, es auténtico "uerbis ueracissimum, actione pulcherrimum ab haeretica et apocrypha prauitate alienum", excomulgando a los que molestasen a sus portadores o a los que lo robasen de la iglesia del apóstol. Los confirmantes de la carta son auténticos cardenales de la curia de Inocencio II, y gracias a ello se ha podido precisar que el documento se elaboró después de 1138. Es posible que la supuesta carta de Inocencio II se introdujera en dicho año para acompañar al Códice como pieza autentificadora, y que, copiada después en el cuerpo del Códice, aparezca por eso escrita de mano diferente. La carta falsa de Inocencio II nos pone sobre la verdadera pista al recomendar a Aimeric Picaud, el donador del Códice, quien a su vez aparece como autor de alguna de sus partes. Una lectura seguida del Liber Sancti Jacobi, en el ejemplar más antiguo y completo que es el compostelano, convence fácilmente de que cualquiera que sea el origen de muchas de las piezas dispares que lo componen, todas ellas han sido repasadas y arregladas por una persona en la que todo induce a reconocer a Picaud.

En lo que respecta a la historiografía vasca, resulta de excepcional importancia dada la escasez de fuentes medievales. En el Capítulo II nos da las etapas del viaje del peregrino a través de Navarra, en el capítulo III enumera con más detalles las ciudades del camino, comienza a dar detalles de la población en el capítulo VI y es en el capítulo VII donde Aimeric Picaud vierte duros conceptos sobre los pobladores navarros y vascos, calificándolos por ejemplo en estos términos:

"Esta es gente bárbara, sin parecido con las demás en costumbres y naturaleza, llena de malicia, de color oscuro, de aspecto repugnante, maligna, perversa, pérfida, desprovista de buena fe, corrompida, lujuriosa, borracha, diestra en toda clase de violencias, feroz y rustica, sin probidad y detestable, impía y cruel, siniestra y terca, carente de moral, instruida en toda clase de vicios e iniquidades....."

En general, todos los autores han admitido exageración en el peregrino francés y el enorme interés de los datos antropológico-políticos que aporta. Picaud ofrece el primer vocabulario de euskera conocido, en el cual Dios todavía es llamado "el celeste" y no el moderno y eclesiástico Jaungoikoa. Sus datos sobre la condición socio-política de lo que más tarde Oihenart llamará las dos Vasconias, la ibérica y la aquitana, es de sumo interés ya que divide a las dos fracciones de una etnia, la gobernada por el Duque de Vasconia (vertiente Norte de los Pirineos) y la regida por el Rey de Aragón y Navarra (Alfonso el Batallador), en vascos (los del Norte) y navarros (los del Sur), más claros los primeros, como es lógico, más oscuros los segundos, asentados en la vertiente solana meridional de la cadena montañosa. (Conviene recordar que la Baja Navarra era todavía feudataria de la Vasconia ducal). Avala además esta interpretación el hecho de que llame navarros (es decir, súbditos del Rey de Navarra y Aragón) a los de Vizcaya y Álava.