Metteurs en scène

Zabala Zabaleta, Carlos

Actor, director y guionista guipuzcoano nacido en San Sebastián en 1962. Su versátil personalidad artística y su inconformismo hacen de él un cineasta singular.

Ya en sus años de estudiante en el liceo francés de Donostia Zabala mostró inclinación por el arte dramático participando en montajes teatrales escolares. A principios de los ochenta ingresó en Antzerti, la escuela de Arte Dramático del Gobierno Vasco radicada en San Sebastián, fecundo vivero para el cine y el teatro vascos.

Su primer papel delante de las cámaras lo obtuvo en la coproducción televisiva Txirula miresgarria (1982) de Bruno Carriere. Después participó en The Hit-La venganza (1984) de Stephen Frears. Con otros alumnos de Antzerti formaba una pandilla de jóvenes vascos que se burlaban de un joven Tim Roth en los primeros tiempos de la carrera artística del gran actor londinense. En esta producción rodada en parte en el País Vasco trabajaban también Terence Stamp y John Hurt.

Su primer papel de importancia llegó en Ehun metro (1985) de Alfonso Ungría dando vida al joven detenido e interrogado por la policía. Tras participar en otras producciones vascas obtuvo un papel protagonista en la película española Rumbo norte (1987) pero la escasa difusión de esta extraña propuesta impidió que Zabala pudiera aprovechar la oportunidad de encarnar un papel principal.

Sus siguientes apariciones en largometrajes como Crónica de la Guerra Carlista-Karlistadaren kronika 1872-1876 (1988), Ander eta Yul (1988) o Ke arteko egunak-Días de humo (1989) le convirtieron en uno de los rostros familiares de la cinematografía vasca. En 1990 su carrera como actor dio un gran salto al protagonizar dos películas que, bien es cierto, no tuvieron éxito. Se trata de El anónimo... ¡vaya papelón! (1990), una comedia concebida para un público joven y Santa Cruz, el cura guerrillero-Santa Cruz apaiz gudaria (1990). En ésta última, su composición del pícaro sacristán reclutado a la fuerza en la partida de Santa Cruz fue alabada por la crítica. Y es que Zabala logró trasmitir en todo momento la angustia del personaje que vive al filo consciente de que el mínimo error le costará la vida. Tuvo después una breve pero inspirada actuación en Vacas (1991), como el repulsivo fascista que dirigía los fusilamientos en el valle tomado tras golpe militar del 36.

Pero a finales de los 80 Zabala había aceptado dirigir la ópera Flaminio de Pergolesi y eso le llevó a interesarse cada vez más por la dirección. Entre 1991 y 1993 dirigió junto a su amigo de Antzerti Eneko Olasagasti Bi eta bat, la primera comedia de situación realizada en el estado español, obteniendo un gran éxito entre el público vasco. Ángel Amigo, productor de la serie, ante el éxito cosechado, produjo el primer largo de Zabala y Olasagasti, Maité (1994), primera comedia vasca que obtuvo el respaldo del público. Esta celebrada coproducción vasco-cubana que mezclaba con armonía humor y romanticismo logró el Premio a la Popularidad en el Festival de la Habana. Y generó Maité (1997-1998), también dirigida por Zabala y Olasagasti, primera telecomedia en castellano de ETB. Entre Maité y su versión televisiva Zabala y Olasagasti dirigieron otra serie muy popular en ETB, Jaun ta jabe (1995-1996). Tras estos éxitos Zabala y Olasagasti rodaron Sí, quiero (1998) divertida comedia de enredo que no llegó a alcanzar los niveles de popularidad de Maité. Con ella el tándem de cineastas logró el Premio al Mejor Director en los VIII Premios El Mundo al Cine Vasco (2000). Fiel a su espíritu inquieto e innovador Zabala, junto a Gregorio Muro dirigió en 2000 El rey de la granja, primera película del cine español que mezclaba imagen real con animación.

No por dedicarse de lleno a labores de dirección Carlos Zabala olvidó su faceta de actor. Si tanto en Maité como en Sí, quiero, se reservó pequeños papeles en Torapia (2004) de Karra Elejalde y en Kutsidazu bidea, Ixabel (2006) de Fernando Bernués y Mireia Gabilondo, largometrajes en los que participó en la redacción del guión, compuso unos personajes secundarios sumamente divertidos que revelaron una vis cómica poco frecuente en sus primeros tiempos como actor. Es evidente que en esta nueva etapa, Zabala, liberado de la tensión de hacerse un hueco en los castings dado su éxito tras las cámaras, encontró una libertad para experimentar que le reportó muchos beneficios en el campo de la interpretación.

Series codirigidas y coescritas por él en la década del 2000 como Martin (ETB, 2003-2009) o Mi querido Klikowsky (ETB, 2005-2009) contaron con el aplauso del público.

En 2009 la Filmoteca Vasca rindió tributo a su carrera artística dedicándole un capítulo de la publicación Secundarios vascos de primera 3 de Carlos Roldán Larreta.