Lexique

POESÍA

Poesía romántica. En el s. XIX el resurgir del romanticismo, con tan claros efectos en el campo de las reivindicaciones nacionalistas, supone también en el hecho poético vasco una recuperación del idioma literario y de la tradición, especialmente, con un auge del bersolarismo y de la poesía popular, pero, en general, menos ligado a una vena lírica intimista y simbolista, dada en siglos anteriores.

La poesía que se da en los certámenes de los juegos florales es de menos altura, más prosaica, más vinculada a tesis de reivindicación política (fueros) o cultura (recuperación del idioma), como producto de una vena lírica. Con todo, el romanticismo, a veces decadente, toca algunos autores del momento.

Entre otros destacan poetas como Arzak, Manterola, Hiribarren, Felipe Arrese y Etxahun. En Hiribarren y F. Arrese domina cierta vena oratoria, poco intimista, mientras que en Etxahun, a medio camino entre el bersolarismo y la poesía, destaca una producción cargada de sentimiento, donde la frustración existencial se convierte en auténtica poesía.

La poesía del s. XIX bascula, a menudo, entre una poesía sincera, un tanto blandengue con toques romanticistas, y la producción espontánea de tradición bersolarizante. Tal poesía no se libra, a menudo, del bersolarismo, con todos sus defectos, como falta de calidad, no rigor en aspectos formales de la poesía (rima pobre, por ejemplo) y cierta reiteración de temas (como el de la «muerte del euskara»), que la hacen poco original.