Concept

Mocerío

Al estudiar la conducta organizada, el eminente antropólogo funcionalista Bronislaw Malinowski, establece un listado de tipos universales de instituciones. Donde incluye a la familia, la vecindad, el grupo sexual y de edad, los estigmatizados, las asociaciones voluntarias o de ayuda mutua, las organizaciones profesionales, el estamento social, la estratificación étnica y el contexto cultural o del poder político.

El ciclo vital de la persona a través de las categorías de edad (nacimiento e infancia, niñez, adolescencia y juventud, matrimonios del año, padres y madres de familia, viudos, ancianos y difuntos o antepasados) y sus ritos de paso, entre ellas, suelen presentar una serie de ajustes o desajustes del individuo respecto a las demandas sociales para cada etapa. Por otro lado, a lo largo de los diferentes momentos festivos del año, cada grupo de edad tiene asignados unos papeles concretos a realizar (actos festivos, ceremonias, rituales, ....), cuyo objetivo es la repetición o regeneración del ciclo cósmico tan necesario para la continuidad normal de la vida colectiva o incluso, de la misma Naturaleza.

En el presente apartado nos referimos a los grupos de edad y en concreto a las asociaciones de jóvenes solteros o de mocedad que estaban constituidas en grupos informales y de iguales, seminstituidas y que actuaban como grupos casi totales en el marco del barrio (auzo) o municipio.

Durante la etapa juvenil, la conciencia social esta muy acentuada, acrecentándose la participación activa en grupos y la lealtad o unidad grupal. Las características de estos grupos juveniles de amistad son variables en el número y en las categorías físicas y sociales de sus componentes, la duración puede ser de relativa permanencia, sus interrelaciones personales sedentarias son frecuentes, y su finalidad se concreta en diversas funciones manifiestas (diversión, amistad, cooperación, ....) y latentes (socialización informal). Este proceso de socialización, puede venir por la internalización de los valores e ideales del mismo grupo de pertenencia o por la adquisición de los de otro grupo de referencia. Consistiendo en un proceso por medio del cual, el individuo internaliza valores socioculturales de su entorno y que a su vez, adaptan o configuran la propia personalidad a las necesidades colectivas y del hábitat. Todo proceso de socialización, necesita de un conjunto de medios para procurar la identificación social de los componentes a las pautas, normas y valores de una sociedad, que están basados en el control social.

A su vez, estas asociaciones juveniles tenían como función la socialización de sus componentes. Durante el ciclo de edad y con orden al sexo, se van configurando progresivamente las futuras funciones de los jóvenes en el seno de la sociedad rural. Los mozos son preparados en orden a su participación activa en la vida familiar, social y laboral de la comunidad. Mientras, a las mozas se las tutela para la responsabilidad en las faenas propias de la etxeko andre en la casa, crianza y educación de los hijos, y mantenimiento de las funciones religiosas domésticas.

El grupo de jóvenes a nivel manifiesto es una agrupación de carácter social (organizaban las fiestas , controlaban las posibles desviaciones, eran vigilados y asesorados por los adultos) y a nivel latente propicia el paso a la categoría de los casados (relación entre jóvenes de ambos sexos y matrimonios, necesarios para el grupo social en cuanto a matrimonio fecundo).

Grupo de edad que se encarga del control social y de salvaguardar o definir los límites espaciales del grupo social. Estas asociaciones de jóvenes, establecían relaciones de buena vecindad o rivalidad con otras mocerías de localidades cercanas. Así como relaciones de cordialidad con las autoridades locales o personas relevantes del pueblo.

Como hemos podido observar en el caso precedente, la juventud a nivel global y en particular en Euskal Herria se agrupaban en torno a su conciencia como grupo de edad, estableciendo sus peculiares organizaciones y realizando distintas funciones (labores vecinales, religiosas, festivas o de interrelación, dentro y fuera de la comunidad).

Los resultados obtenidos de las diversas investigaciones realizadas sobre el tema, nos dan una idea de las características, sistemas de organización, normativas, funciones y el entorno de las asociaciones de mozos que nos ocupan..

Las asociaciones de mocedad o moceríos, propiamente dichas, observan una normativa consuetudinaria que en su fundamento, solían consistir en:

  • Una serie de derechos y obligaciones que debían contemplar cada miembro en particular y todos en general.
  • Se daba una admisión anual, voluntaria o no, de miembros en edad, salvo excepciones motivadas por diversas cuestiones (morales, conducta, raciales, geográficas, etc.).
  • Pago de cuota por los asociados y la utilización de diversos sistemas para sufragar los diferentes gastos de la agrupación.
  • Establecer las fechas de admisión y nombramientos, así como determinar el sistema de elección de los candidatos.
  • Nombramiento o elección de los representantes juveniles (mayordomos, mozos mayores, mutil nagusia, plaza mutilek, etc.) y la de otros cargos necesarios.
  • Determinación de las competencias o funciones a desempeñar por los miembros elegidos.
  • Posibles sanciones internas.

Dichas asociaciones de mocerías (lagun artea, quintos o quintas, los mozos o las mozas, sociedad, mutil ardua, mutil kuadrile, saragiek, eskotekoak, etc.) han sido y son colectivos locales con miembros en una faceta especial del desarrollo y por ello, se les confiere un determinado carácter enigmático o misterioso en el conjunto de la colectividad. También se les permite a dichos grupos de edad, una mayor autonomía o licencia en los actos propios que suelen realizar. Teniendo como marcos festivos a las populares celebraciones del Carnaval, la entrañable fiesta de Santa Águeda, los actos mágicos de la víspera y día de San Juan, las esperadas fiestas patronales y cualquier festejo de carácter informal (romerías, bailes, etc.) o de expresión lúdica.

Durante siglos, estas agrupaciones juveniles estuvieron generalizadas con las características, estructuración y funciones indicadas. En 1770 y bajo el reinado de Carlos III, a nivel estatal, se inicia un sistema de "quintas" (mediante sorteo, uno de cada cinco mozos de una localidad debía incorporarse a filas) o el servicio militar obligatorio. Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (posteriormente, Nafarroa) en 1876 sufren las consecuencias de la Ley Abolitoria de los Fueros, promovida por Cánovas del Castillo y a la sombra del mandato regio de Alfonso XII, donde se establece la obligación de prestar el servicio militar en el Ejército español en detrimento de las tradicionales revisiones locales o alardes de armas. En ambos casos, la decisión común no estuvo exenta de críticas y contradicciones.

A partir de dicho momento, se va asociando el sistema de "quintas" o levas a la clásica pertenencia grupal a la categoría de edad juvenil. De aquí surge la generalizada y popular forma de denominar a los jóvenes, de ambos sexos, del año como "quintos" o "quintas" y la particular, en algunas zonas, designación de soldadu y el termino más localista de zortzis (quizás unido a los sistemas clásicos de sorteo mediante cartas y en especial a la sota, simbolizando a la infantería), curiosa variante de la palabra castellana "sorche" y que es una acepción familiar de recluta o soldado.