Écrivains

Mendiburu, Sebastián (version de 1989)

"Tal acontece con el P. Mendiburu, en quien la tersura, suavidad y encanto de la dicción, que es siempre fluida y armoniosa, con un sabor vascongado muy propio y característico, sirve de elegante y "fermosa cobertura" a los pensamientos más encumbrados, a los afectos más limpios y ardorosos, y a los más exquisitos refinamientos del amor místico. El alma de Mendiburu es pura, sencilla y enamorada de Dios. Y estas mismas cualidades se transparentan en su estilo, que es de aquellos que son amenos sin pretenderlo, porque reúnen ciertas excelencias internas, tras de las cuales correrán en vano los relamidos y atildados autores, enamorados de lo puramente exterior y grandes amigos de escoger palabras que suenan bien aunque no signifiquen nada. Axular y Mendiburu son, sin duda, entre todos los antiguos escritores piadosos que compusieron obras en vascuence, los más artistas, los más literatos. En otros podrá elogiarse la ciencia teológica, el saber moral, el conocimiento del corazón humano, hasta el dominio del vocabulario vasco; pero las condiciones de escritor, aquellas que constituyen lo que se llama una individualidad literaria, con sello y carácter propio, ésas están en todos ellos seguramente muy por bajo de las que adornaban a los ilustres varones que acabamos de citar. El mismo Larramendi, con ser quien era, no logró rivalizar con Mendiburu en este manejo del idioma éuskaro."

[Carmelo Echegaray].

"Mendiburu es sin disputa uno de los escritores que con más desembarazo y elegancia ha manejado el idioma. Sólo le fue negado un don: la fuerza. Por el fondo sus obras tienen demasiado de devocionario adocenado, con su reiterada y monótona apelación a los sentimientos del lector."

[Michelena, L.: Hist. Lit. Vasc. p. 101].

"Comparando al P. Mendiburu con el P. Cardaberaz, aun por el mero título de las obras se echa de ver que el de Oyarzun tiene un lenguaje más depurado y cuidadosamente seleccionado. El P. Mendiburu tiene manifiesta preocupación purista. Y ésta es la razón por la que el P. Mendiburu se ha salvado de la desestima general en que nuestra época ha envuelto a los escritores vascos antiguos. El P. Mendiburu no emplea, salvo rara vez los neologismos larramendinos, pero tampoco esas otras voces castellanas o latinas, de las que dice el P. Larramendi que solían estar llenos los sermones de los predicadores de entonces, y que el público vasco no usaba ni entendía. El sabe escoger las voces genuinamente vascas y castizas, y desenvolverse con ellas. Su misma sintaxis y construcción es extraordinariamente correcta."

[Villasante, L.: Hist. Lit. Vasc. p. 149].

"Por ello hemos oído llamarle "el Cicerón vasco", pero esa opinión deberíamos de modificarla. Gracias al difunto Luis Eleizalde, hemos aprendido a estimar mucho a Mendiburu y hasta podríamos considerar que, a pesar de los erderismos de que adolece, no había mayor erderista que Axular. Pitágoras nos demuestra lo contrario. Mendiburu debe de ceder a Axular la gran fama de Cicerón porque queda más bajo. En esos "zeren" y "ezen", puede ser más parco que Axular, pero el escritor de Oyarzun le aventaja con mucho en la sintaxis."

[Orixe].