Según nos dice Lope García de Salazar, la casa de dicha denominación fue heredada por Diego Hurtado de Mendoza. No aparece en el Catálogo de San Millán, no porque no existiese, sino porque pertenecía a dominio particular, y por lo mismo no les pudo obligar a la contribución del voto al conde Fernán González (Ref. J. J. de L.: Compendios Históricos de la Ciudad y Villas de Alava, Vitoria 1928, p. 144). El 3 de enero de 1499 (Ocaña), los reyes Fernando e Isabel de Castilla mandaron al corregidor de Santo Domingo de la Calzada, mediante Provisión real, que fuese a la provincia de Alava para averiguar ciertas quejas de las villas de Martioda, Mendoza y Estarrona a causa de los repartos hechos por la provincia (Ref. Cartulario Real a la provincia de Alava, SEV, 1983). Fue del señorío de los Hurtado de Mendoza y, posteriormente, del duque de Tovar, al cual pertenecía su término a comienzos del s. XX. Los últimos propietarios, señores Mazarredo, vendieron la localidad entera a la Diputación de Alava en julio de 1975 por 50 millones de pesetas. Al tratarse de un patrimonio indivisible los vecinos, arrendatarios hasta entonces, no pudieron ejercitar el derecho de retracto.