Poètes

Berrizbeitia Agirre, Luis

Abadiño, 1963.

Luis Berrizbeitia es un escritor en euskera nacido en diciembre de 1963, en Abadiño. Licenciado en Filología, trabaja en la administración.

Luis Berrizbeitia publicó sus primeras obras con pseudónimo en 1983, en el primer ejemplar de la revista Txistu y Tamboliñ, que apareció en víspera de la Feria del Libro de Durango. La obra de Berrizbeitia está compuesta por dichas composiciones y dos poemarios publicados posteriormente: Zoperna jenerala (Pamiela, 1987) eta Eremu karroinduak (Elkar, 1992).

Su primer poemario obtuvo en 1986 el Premio de Lírica Lizardi, organizado por el Gobierno Vasco y en cuyo jurado participaron J. M. Lasagabaster, J. Kortazar, L. Haranburu Altuna, A. Zubikarai y A. Irigoien. El joven poeta, que relee desde un conocimiento profundo la tradición literaria vasca, se dio a conocer a partir de este premio.

Cinco años después, su segundo (y hasta el momento último) poemario contribuyó a la consolidación de su propia voz poética.

Una de las características más reseñables de la poesía de Berrizbeitia es la construcción de una tradición poética propia; ciertamente, en el prólogo de su segundo libro, Berrizbeitia afirma que él posee una sabiduría menor que la de las generaciones anteriores, por haber perdido la unidad que otorgaba dicha tradición:

"...la tradición es el sastre que sabe coser armónicamente todos los retazos de información entre sí y confeccionar con todos los trozos un vestido para ser usado en todos los momentos y ocasiones de la vida. En el siglo en que vivimos, afortunada o desafortunadamente, debemos cosernos ese vestido con nuestras propias manos y según nuestro gusto, y no deja de ser verdad que pocos de entre nosotros llega a culminar con éxito dicha labor, a vestir adecuadamente nuestro cuerpo y nuestro alma" (Berrizbeitia, 1992)

Así, su poesía es vista como una manera de crear "remiendos" para la comprensión. Para lo que se vale tanto de la poesía clásica vasca, de la literatura popular, así como de los clásicos de otras lenguas. Berrizbeitia teje, poema a poema, el "vestido" de la tradición, bebiendo de muchas fuentes.

La poesía culta vasca, sin una tradición muy extensa (en la que destaca Oihenart), es uno de los referentes de Berrizbeitia, y, en general, la poesía culta de Euskal Herria norte. Tal vez por ello su poesía se inclina hacia el léxico de los dialectos vascos orientales, como muchos otros autores vizcaínos (Joseba Sarrionandia o Juan Ramón Madariaga). Asimismo, la poesía y la lírica popular son fuentes de la poesía de Berrizbeitia; efectivamente, junto con poemas de verso libre, el poeta imita baladas, coplas o parámetros de la lírica popular. También hay otros recursos literarios que relacionan la obra de Berrizbeitia con la literatura oral: la tendencia a los paralelismos, la importancia que se le concede al último verso, etc. En ese sentido, la crítica también ha juzgado los poemas de Berrizbeitia como una tentativa de crear una tradición de la que ha carecido la literatura vasca, de crear textos "apócrifos", pero, según Koldo Izagirre, no sería muy justo sostener tal cosa, puesto que el poeta habla desde una perspectiva moderna, incluso cuando se vale de formas tradicionales.

A pesar de su apuesta por la poesía culta y de su opción por léxico oriental y marginal, la pretensión de Berrizbeitia no es hacer una poesía lejana y compleja. En el prólogo del segundo libro, antes mencionado, clama que "ya estamos hartos de cosas complicadas y tortuosas", y, como afirma Edorta Jimenez, "aunque parecería una contradicción, Berrizbeitia habla de modo muy directo" (Jiménez, 1992).

Algunos críticos han apreciado una actitud anti-intelectualista, e incluso cierta aproximación a la poesía de la experiencia. De hecho, a menudo, el autor tiende hacia la narración, partiendo de la experiencia personal, para reflexionar sobre los principales temas vitales. Tal como ha llegado a afirmar Aingeru Epaltza, algunos de los poemas de Berrizbeitia son fronterizos entre la poesía y la narrativa, puesto que en sus poemas incluye personajes e historias.

Berrizbeitia suele reflexionar en sus poemarios sobre el poder de la lengua y la poesía: expresa el pesar por la imposibilidad de expresar la realidad mediante palabras, pero también asume la palabra como redención ante el olvido y la muerte. La inevitabilidad de la muerte y su destino trágico son dos de los temas constantes en su obra, así como los amores imposibles e irresolubles. Por lo cual, se impone una voz poética desengañada, cuyo pesimismo alcanza a los textos que tratan de la patria. Según declaraciones del propio autor: "ser vasco, está claro, conlleva más disgustos que alegrías, puesto que hoy esa identidad principalmente consiste en una cansada y sufrida acción de la voluntad". Así, el pueblo, el amor, el tiempo y la poesía son los temas principales del poeta, y en todos ellos destaca el tono desesperanzado.

El estilo de Berrizbeitia ha solido relacionarse con el de Joseba Sarrionandia, pero su voz es más pesimista, a juicio de Edorta Jiménez (Jiménez, op.cit). En cualquier caso, la influencia de Izuen gordelekuetan barrena, de Joseba Sarrionandia, no es desdeñable, tanto en las referencias como en el lenguaje. La crítica ha visto, además, a Jon Mirande, Gabriel Aresti, Xabier Lete o Koldo Izagirre como fuentes de Berrizbeitia. Atendiendo a la tradición universal, por otro lado, el clasicismo de Kavafis o el escepticismo borgiano también, pero también muchos otros clásicos (Hölderlin, Villon, Elliot...) proyectan su sombra sobre los libros de Berrizbeitia.

Empero, la voz personal, presente en los dos poemarios del autor, no ha tenido continuidad, puesto que desde 1992 Berrizbeitia no ha publicado poesía ni otra obra literatura. Además de estos poemarios, Berrizbeitia sólo cuenta con una narración publicada a su nombre: Mezua, que en 1990 obtuvo el premio Gabriel Aresti y que apareció recopilado por Xabier Mendiguren en la colección Ipuin bakarrak de 1994.

A pesar de haber abandonado la creación, Berrizbeitia ha continuado estos últimos años en la traducción literaria. En 1990 tradujo al euskera Azken bilkura (Elkar) y posteriormente varios libros de, Gauza guztien zergatia de Quim Monzó (Elkar, 1998) y Basamortua de Jean Le Clézio (Elkar, 2009).

A la hora de traducir literatura, como a la de escribir poesía, Berrizbeitia considera imprescindible la tradición; conocerla y renovarla. A propósito de la traducción de la obra del premio Nobel, Le Clézio:

"Esa es mi apuesta y mi objetivo, y esencialmente en ello se resume el problema del euskera global que he mencionado antes: conocer la tradición desde la raíz y dotar al idioma la mayor exactitud, para cualquier propósito y usar instrumentos adecuados. Sospecho que el modelo lingüístico estándar actual limita en extremo nuestras opciones, que presenta demasiadas obstáculos y miedos entre los que usamos la lengua y que, de alguna manera, despreciamos demasiado la tradición literaria y el legado prosódico que nuestros antepasados construyeron siglo a siglo". (Elustondo, 2009)