Merkatariak

Zulueta Amondo, Julián

Pero Julián Zulueta también desplegó una intensa vida social y política ejerciendo numerosos cargos públicos. Su actividad pública se desarrolló como Cónsul primero del Real Tribunal de Comercio, Coronel de Milicias, Consejero de Administración de Hacienda, y Regidor del Ayuntamiento los años 1860, 1862, 1864, 1866, 1868, 1870, 1874, 1876, Teniente Alcalde Municipal de la Habana en 1862, y desde 1870 hasta 1874 y Alcalde Municipal en 1864 y 1874. Bajo su mandato se derribaron las murallas que rodeaban la ciudad de La Habana.

Su proyección política creció a raíz de la guerra de los diez años, desde la presidencia del Casino español. En la legislatura de 1876 fue elegido Senador por la provincia de Álava y el 10 de abril de 1877 fue nombrado senador vitalicio. Respecto a la ley del 21 de julio de 1876 sobre los fueros vascos y el régimen foral de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa,votó en contra de su aprobación al igual que el resto de los representantes vascos. En 1875 le concedieron los títulos de Marqués de Álava y de Vizconde de Casa-Blanca.

Su carrera militar estuvo estrechamente ligada a la política. El 12 de Enero de 1837 fue nombrado por el Capitán General Migue Tacon, 2° subteniente de la 5° Compañía del Batallón Voluntarios distinguidos del Comercio de la Habana. El 18 de mayo de 1850, con motivo del desembarco de Narciso López, líder independentista cubano, en el pueblo de Cárdenas, recibió el encargo del Capitán General conde de Alcoy de crear y organizar el 2° Batallón de Nobles vecinos de la Habana, lo que efectuó en 24 horas presentando un cuerpo de más de 1.000 plazas. Fue nombrado primer jefe del mismo y se mantuvo en su puesto hasta el 23 de Septiembre de 1850, en el que parecía que se hallaba asegurado el orden establecido. En 1854, fue uno de los que reclamó para Cuba unos derechos y representación (Calcagno, 1978) y en 1855 fue creado, un cuerpo armado, denominado chapelgorris de Guamutas, probablemente por iniciativa suya pues se halla en el área de sus tres ingenios de Álava, Vizcaya y Habana. Prestó servicios de rondas, patrullas y conducciones de presos y en 1868 los reorganizó con mayor vigor si cabe (Ribo, 1872). Desde 1866 hasta 1868 prestó servicio en la guarnición de la Habana. El 10 de febrero de 1869, cuando estalló la insurrección en Jaguey, fueron quienes con su inmediata participación abortaron el intento. Según Ramiro Guerra, estos chapelgorris reconocían como jefes superiores a Julián Zulueta y otros prohombres (Guerra, 1972). El 18 de Noviembre de 1869 salió con su batallón hacia Pinar del Río donde continuó de guarnición hasta Diciembre.

Por orden superior, regresó a La Habana y sus servicios se extendieron hasta 1871 (Arch. Mil. Segovia). Al igual que otros ricos hacendados, Julián Zulueta fue coronel del 2 batallón de voluntarios de La Habana y en los primeros años de la insurrección los voluntarios cubanos fueron quienes vertebraron la oposición armada a la insurrección, con unos postulados eminentemente conservadores, reaccionarios y españolistas. Cuando lograron la destitución del General Dulce, al que acusaban por su tendencia a la reforma y el entendimiento "poco menos que de connivencia con la rebelión" (Ribo, ibidem), el protagonismo de los voluntarios llegó a su máxima expresión frente a la iniciativa de los insurrectos.

Julián Zulueta participó activamente en la creación del Casino español, centro desde el que se dirigió la política de los grandes hacendados y esclavistas del partido español, si bien al comienzo, gentes pertenecientes a las clases medias urbanas fueron quienes ocuparon los puestos directivos (Martínez de las Heras, ibidem). Pero pronto Julián de Zulueta asumiría su presidencia. Zulueta influyó en las Diputaciones vascas a través de la Diputación alavesa, para que las Diputaciones vascas formaran cuerpos expedicionarios que participaran en la represión de los insurrectos cubanos en la guerra de los 10 años (1868-1878).

De esta manera se formaron dos expediciones de los llamados Tercios Vascongados, los cuales, una vez allí, parece que actuaban, a tenor de las escasas informaciones, como fuerza militar dirigida por Zulueta. Como muestra de agradecimiento organizó a su llegada una suntuosa fiesta en La Habana que más tarde fue publicada con excelentes grabados. Finalmente cabe preguntarse si las actitudes, opciones y tendencias políticas de Julián de Zulueta, son representativas del colectivo vasco en Cuba; sin embargo es preciso señalar que al menos algunas personalidades de ascendencia vasca como Miguel Aldama practicaron otro tipo de política. Era también hacendado del Departamento occidental y se exilió a Nueva York. Nombrado en 1869 agente de la República de Céspedes, se separó de él en 1872. Preconizaba la anexión a Estados Unidos y difería de Céspedes en proyectos tales como la abolición inmediata de la esclavitud. El Aldamismo era una opción diferente, entre el españolismo de Zulueta y el independentismo y abolicionismo esclavista de Céspedes. (Cepero Bonille, 1948). J. Zulueta recibió numerosas cruces, condecoraciones y títulos: el 28 de Febrero de 1857 se le expidió Real título de Comendador de la Orden Americana de Isabel la Católica. El 10 de agosto del mismo año el de Comendador de número de la misma orden.

Fue también investido con la Gran Cruz de la orden Americana de Isabel la Católica. Según la orden General de 12 de abril de 1870 fue declarado "Benemérito de la Patria por los servicios prestados en la isla. Por Real Decreto del 11 de noviembre de 1871, obtuvo la medalla instituida expresamente para los voluntarios de la isla por el rey Amadeo I. Concesión el 2 de Septiembre de 1875 del título Marqués de Alava y Vizconde de Casa-Blanca.