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Portilla

Se sitúa a 640 metros de altitud en una pequeña terraza al pie de la antigua villa de Portilla de Ibda y del castillo roquero que la protegía. La orografía del terreno condiciona su entramado urbano que la divide en dos núcleos de población, separados por la carretera que comunica a Portilla con Berantevilla y Zambrana. Al norte un número reducido de casas gira alrededor de la iglesia parroquial y el espacio abierto que hay ante ella. Al sur, el núcleo principal estructurado en torno a la calle Mayor, calle de la Fuente y de la Villa.

En la zona más encumbrada es donde se conservan los restos arquitectónicos del castillo, así como de la villa medieval que se encontraba en ruinas ya en el siglo XVIII. En esa época, el castillo estaba en manos de los Velasco (V. Palacios Mendoza; 1994: 609). Sobre esta fortificación hay abundantes noticias documentales desde el siglo XII, y durante la Edad Media va a ser motivo de fricción entre monarcas castellanos y navarros. El asedio y toma de Portilla por parte de Sancho IV a finales del siglo XIII debió poner punto final a la vida en el recinto urbano que rodeaba el viejo castillo y que constituía la primitiva Portilla (C. González Mínguez; 2000: 37). Su sucesor Fernando IV, fundó Berantevilla, y le concedió junto a sus aldeas, el fuero, las franquicias y las libertades que tenía la cercana Portilla de Ibda. Es probable que a partir de ese momento, una parte de su población bajara hacia el llano asentándose en la actual Portilla, y que el resto siguiera bajando hacia el cauce del Ayuda para asentarse en Berantevilla (C. González Mínguez; 2000: 38).

Portilla, además del castillo roquero, debió contar con la torre de los Ábalos en el "Arrabal", según las fuentes consultadas por M.J. Portilla, de fines del siglo XVIII, y según la misma autora, esta torre, posiblemente, se erigió en fechas cercanas a la concesión del fuero de la villa, en el primer tercio del siglo XIV y acaso quede de ella sólo un acceso de arco apuntado y hoy tapiado (M.J. Portilla; 1978: 844), que se encuentra cerca de la iglesia, en una calle paralela que se comunica con la carretera que nos conduce hacia Berantevilla.

Además de este resto de interés, hay que mencionar en la arquitectura doméstica dos casas blasonadas de los Gaona y Zamudio. Accediendo por la carretera vecinal desde Zambrana, encontramos a la izquierda una casa de notables proporciones, de sillería, una portada en arco de medio punto y, bajo el alero, una cornisa moldurada.; el piso principal ostenta un sencillo escudo partido con cartelas correiformes y rematado en yelmo; en la primera partición lleva las armas de los Gaona: "dos calderas surmontadas por flor de lis, y en la segunda banda engolada en bordura con cadenas" (M.J. Portilla; 1978: 845). Todos sus elementos constructivos la definen como una casa típica del siglo XVI.

En el centro de la población se localiza la casa de los Zamudio, transformada en almacén agrícola. Conserva una ventana con antepecho moldurado, el escudo de armas y el alero de madera con cabeza de viga en forma de "S" y decoración de sogueado en su frente; el blasón es la pieza de mayor interés artístico y ostenta las armas de los Zamudio. El escudo es partido: "primero chevronado de tres piezas de plata y azur, a modo de ondas; medio cortado, de oro, cinco paneles de azur, puestos en aspa y una cadena en situación de orla; segundo una torre sobre peñas, un león rampante y contornado en actitud de acometer a la torre, y naciente de las almenas de ésta un brazo armado con una espada en la mano levantada en su defensa; en el flanco derecho, dos estrellas, una sobre otra, y en el flanco izquierdo dos panelas y otra estrella también en palo" (J. de Querexeta; 1971: 393 y 394).

En el patrimonio arquitectónico religioso hay que destacar la iglesia de la Santísima Trinidad que se menciona con esta advocación ya a principios del siglo XVII; con anterioridad se le conocía como del Salvador. La fábrica de la iglesia es Gótico-Renacentista, se levanta hacia la primera mitad del siglo XVI, pero sufre una profunda reforma a finales del siglo XVII. Se aprecian muy bien estos cambios estructurales en los contrafuertes de las fachadas norte y sur; los estribos del siglo XVI, son los que separan claramente los tramos de la iglesia y los del siglo XVII, más elevados, aparecen reforzando los esquinales y hacia la mitad de sus respectivos muros.

De una sola nave y planta rectangular, consta de tres tramos separados por arcos que descansan en pilastras. En el tramo del Presbiterio, del lado de la Epístola se abre una pequeña capilla del siglo XVI que se cubre con bóveda de cañón. La cubrición de la iglesia se hace con bóveda de crucería sencilla, salvo el tramo de la cabecera que lo hace con bóveda de terceletes. Todo el edificio se construye con mampostería y sillería para los esquinales, contrafuertes y recercos de vanos y todo el interior se ha conservado enfoscado y encalado hasta la rehabilitación del 2004 que se picaron los paramentos interiores, sacando a la luz la ruda mampostería. El encajonado de la iglesia presenta un buen estado de conservación con losas de piedra, destacando una de las sepulturas del presbiterio que se ornamenta con escudo y llaves en aspa y el pasillo central con losas dispuestas en rombos.

A los pies del templo se levanta un sencillo coro que se reforma en 1742 y se cierra con una simple balaustrada de madera; el embaldosado, junto con el de la sacristía, se hace en 1763 con baldosas traídas de Berganzo (Archivo Parroquial. Libro tercero de Fábrica). En el muro de la cabecera se anexiona la sacristía en el siglo XVIII, construida en sillarejo. En el siglo XIX se construye el pórtico en la fachada meridional, cubierto a una vertiente, albergando en su interior la gran puerta de acceso a la iglesia en arco de medio punto con buen dovelaje y decoración moldurada en su intradós; un buen ejemplo del siglo XVI.

En la fachada occidental o de los pies, se levanta la torre y una estancia parroquial. A mediados del siglo XVI se documenta un campanario de madera. La torre consta de tres cuerpos, separados por una línea de imposta de sillería en resalte, con vano de entrada adintelado, en el primer cuerpo, y dos pequeños vanos en el segundo, y en el tercero, el cuerpo de campanas con dos remates piramidales en los extremos y como remate final la espadaña coronada por tres bolas y cruz de hierro.

En el mobiliario litúrgico hay que destacar el retablo Mayor Barroco de principios del siglo XVIII, de un sólo cuerpo con tres calles separadas por columnas salomónicas, banco y ático. En la hornacina central se halla la advocación del templo, la Santísima Trinidad y en las calles laterales, San Pedro a la izquierda y San Pablo a la derecha. La puerta del sagrario se decora con un jarrón de siete lirios y en el ático dos columnas salomónicas sostienen el remate y un Cristo crucificado con el sol y la luna flanqueándolo.

En el lado del Evangelio se venera la imagen medieval de Nuestra Señora de Zabal del siglo XIV, en una reciente hornacina que se descubrió con motivo de la rehabilitación llevada a cabo en 2004. Procedente de la ermita arruinada que llevaba su nombre y que hubo en el castillo (M.J. Portilla; 1997: 114 y G. López de Guereñu; 1962: 503). La talla está totalmente repintada y algunos motivos de su policromía presentan cierta antigüedad; porta una corona metálica sin valor artístico que para colocársela le aserraron la corona original de madera.

El interior de la sacristía conserva un sagrario de 1579, del escultor mirandés Pedro de Angulo, la cajonería y una interesante Virgen del Rosario vestida.

En orfebrería son interesantes la cruz procesional del siglo XVI, un cáliz del XVII y un portapaz (J. Durana Duque, A. Martínez Alfonso y S. Revuelta Alonso; 1989: 206, 222, y 228).

  • ARCHIVO PARROQUIAL DE PORTILLA: Libros de Fábrica.
  • GONZÁLEZ MÍNGUEZ, César: Berantevilla en la Edad Media. De aldea real a villa señorial. Diputación Foral de Álava. Vitoria, 2000.
  • DURANA DUQUE, J; MARTÍNEZ ALFONSO, A y REVUELTA ALONSO, S.: Catálogo de la Exposición. En Martínez de Salinas Ocio, Felicitas (coordinación). Fray Pedro de Urbina y Montoya. Arzobispo de Valencia y Sevilla. Actos conmemorativos del IV Centenario de su nacimiento. Berantevilla, 1585-1985. Colección Alaveses en su Historia. Diputación Foral de Álava. Vitoria, 1989.
  • LÓPEZ DE GUEREÑU, Gerardo: Álava. Solar de Arte y de Fe. Caja de Ahorros de Álava. Vitoria, 1962.
  • MARTÍNEZ DE SALINAS OCIO, Felicitas: (Coordinadora): Zambrana. Real Privilegio de Villazgo. Conmemoración del 250 aniversario (1744-1994). Diputación Foral de Álava. Vitoria, 1997.
  • PALACIOS MENDOZA, V.: Inventario de arquitectura rural alavesa. Tomo VI. Valles Bajos Alaveses. Diputación Foral de Álava. Vitoria, 1994.
  • PORTILLA VITORIA, Micaela J.: Torres y Casas Fuertes en Álava. Tomo 2. Publica Caja de Ahorros Municipal de la Ciudad de Vitoria. Vitoria, 1978.

FMS 2008