Udalak

Lekaroz

Palacios de cabo de armería. Hay dos, el de Aróstegui, que en 1568 pertenecía a Pedro de Echaide y en 1651 a Juan de Echaide y que en 1723 aparece como propietario Domingo de Asco, y el de Oárriz, que en 1675 se le concedió la merced de cabo de armería a la casa de Pedro de Jáuregui por un donativo que hizo de 2.000 reales de plata para las murallas de Pamplona. En 1723 aparece como poseedor del palacio Matías de Jáuregui. El escudo de Aróstegui es de plata con un árbol de sinople y dos pájaros afrontados, uno a cada lado. El escudo de Oárriz es de oro con tres losanges en azur puestos en triángulo y bordura angrelada de gules.

Incendio en el siglo XIX. El 14 de marzo de 1835 fue incendiada la localidad por las tropas de Mina. Pérez Goyena comenta la equivocación experimentada por varios autores a este respecto: "El Sr. Altadill narra que en la Guerra de la Independencia quemaron el pueblo de Lecároz los franceses; pero a nuestro entender lo trabuca con otro suceso muy famoso: con el castigo que en la primera guerra carlista le impuso el general cristino, Espoz y Mina, por no haber podido arrancar de los labios de sus ancianos el lugar donde tenían escondida su artillería los carlistas. Refiérelo como testigo de vista el general Ros de Olano en sus Episodios Militares. Guerra de los siete años. De cómo se salvó Elizondo y por qué fue condenado Lecároz, Madrid, 1884. Fusiló a algunos ancianos y mandó prender fuego al lugar. Con gran moderación habla de lo acaecido en Lecároz el insigne literato D. José María Iribarren. A su juicio los fusilados fueron tres solamente y cuatro los prisioneros a los que libertó Mina, días más tarde, cuando fueron hallados los obuses. A propósito de las crueldades de Espoz, añade, se ha exagerado mucho por unos y otros. El propio Mina dio pábulo a la hipérbole en su proclama "A los navarros", dada en Narbarte la misma noche del incendio... De las hipérboles carlistas tuvo la culpa Mina; de las hipérboles cristinas Víctor Hugo y la epidemia de romanticismo que tanto daño ha hecho a la historia. (Historia y Costumbres. Pamplona, 1949, pág. 348). Sin embargo, en lo concerniente al incendio, atestigua Iribarren que ardió todo el pueblo (23 casas) menos la iglesia y tres edificios. Se armó una hoguera inmensa. "Los soldados se replegaron con paso a retaguardia, por no poder sufrir tanto calor...". Espoz y Mina marchó a Narbarte cuando las llamas de Lecároz, alzándose rabiosas como una maldición, enrojecían el anochecer. Aquella hoguera trágica que durante tres noches iluminó los cielos del Baztán constituía la venganza, torpe y cruel venganza, de los apuros que él y sus tropas habían sufrido sobre el barro y la nieve en la dura jornada de Larremiar. (Id., pág. 344)".

EZH