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IROTZ

Con un caserío muy disperso al pie de un monte, las casas de Irotz presentan se caracterizan por tener muros de sillarejo enlucido con sillería en esquinales y vanos. Generalmente son construcciones en tres alturas con accesos de medio punto y ventanas rectas. Destaca uno de los edificios con un torreón cúbico adosado en un lateral que se sitúa en la parte alta del pueblo.

Se conoce la existencia de tres ermitas hoy en día desaparecidas: San Miguel, Nuestra Señora de Montserrat y Nuestra Señora de Asituri. La primera tuvo hospital y cofradía con fincas y casas y fue sede en el siglo XVII de la Cofradía de Montserrat. La ermita de Montserrat es en la actualidad una casa de vecinos.

A su izquierda se sitúa el puente románico de Iturgaiz, construido para el Camino de Santiago a mediados del siglo XI. Tiene una estructura de tres arcos, siendo el central mayor que los laterales.

La parroquia de San Pedro es una construcción moderna. Data de 1920 aunque sigue modelos tradicionales con una única nave con cuatro tramos que incluyen cabecera recta y hornacinas laterales abiertas en el tramo anterior a ésta. Una bóveda de lunetos con fajones moldurados sobre ménsulas finas cubre la nave, salvo el tramo del coro que utiliza bóveda de medio cañón. El coro se sitúa a los pies, en alto. La sacristía de planta cuadrangular se abre a la cabecera por el lado de la Epístola. Al exterior la parroquia se presenta como un conjunto unitario de sillarejo con una portada que sigue modelos propios del siglo XVI con un medio punto con intradós moldurado y guarda lluvias. Una torre con fuste cúbico y pequeñas ventanas se adosa en el tramo del coro por el lado de la Epístola.

Ya en el interior de la iglesia se conservan varias piezas, algunas de gran interés artístico como es el retablo mayor. En el sotocoro se conserva una moderna pila bautismal de piedra, que sigue modelos antiguos con taza semiesférica, moldura cóncava y fuste cilíndrico. Un Crucificado barroco algo rudo cuelga frente a la puerta. Además junto a la puerta se encuentra también una pila de agua bendita que puede pertenecer a un estilo románico y que está decorada con un relieve que parece ser un pez. Se sitúa también en esta parte un retablo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII al que le falta la talla del titular.

El retablo mayor, de estilo renacentista, está fechado en los años 70 del siglo XVI que conserva elementos todavía platerescos. Para su realización se contrata al pintor Ramón de Oscáriz en colaboración con Juan de Goñi, pero debido a la enfermedad del primero lo concluyen sus oficiales Miguel de Lecároz y Pedro de Alzo, presentando una calidad algo más baja que otras obras del pintor. La mazonería consiste en un reducido banco sobre el que se levantan los dos cuerpos del retablo compuestos por cinco calles, siendo las laterales más estrechas y un ático formado por una caja rectangular entre aletones y un frontón triangular en lo alto. Una decoración de grutescos adorna los entablamentos. La iconografía se reparte en tablas pintadas salvo en la calle central donde se sucede un sagrario moderno, una talla de San Pedro de la misma época que el retablo y un crucifijo barroco. Las tablas del primer cuerpo están dedicadas a la Pasión de Cristo con escenas de la Última Cena, Oración en el Huerto, Beso de Judas y Jesús ante Pilatos mientras que las pinturas del segundo cuerpo están dedicadas a la vida de San Pedro. El retablo es muy rico en colorido.

Por último, queda nombrar cuatro tablas fechadas en el siglo XVI procedentes de otro retablo atribuidas a Juan de Bustamente que representan a San Pedro, San Bartolomé, San Juan Bautista, San Miguel y San Esteban y que actualmente se conservan en el Museo Diocesano de Pamplona.

Carmina RIUS SALETA