Historialariak

Gorosabel, Pablo (1803-1868) (1984ko bertsioa)

Hombre de leyes y escritor, a quien la historiografía guipuzcoana debe algunos de sus logros capitales. Hijo del licenciado José Joaquín de Gorosábel, natural de Legazpi, y de María Isidra Domínguez, natural de Madrid, nace en la villa de Tolosa (Gipuzkoa) el 16 de enero de 1803. Hizo sus estudios en la Universidad de Oñati, donde se graduó de bachiller en leyes en 1824, obteniendo la licenciatura en leyes en Madrid el 26 de julio de 1828. En el ejercicio de su profesión se hizo notar por su inteligencia, laboriosidad y honradez, circunstancias que le valieron una posición de singular prestigio en la sociedad guipuzcoana, haciéndose respetar por cuantos llegaron a conocerlo y tratarlo.

Como primer fruto de su laboriosidad y talento, dio a luz en 1832 en Tolosa un ensayo que se titulaba Redacción del Código Civil de España, esparcido en los diferentes cuerpos del Derecho y Leyes sueltas de esta nación, escrita bajo el método de los Códigos modernos. La obra, que debió de conocer más de una impresión hasta el año 1845, trataba de salir al paso de la oscuridad que reinaba en la redacción de las leyes, y de la dificultad que existía para el estudio de las mismas a causa de hallarse dispersas en diferentes cuerpos de Derecho; en ella Gorosábel se lamentaba de que quedasen en vigor las existentes al tiempo de la formación de cada Código, y se hacía eco de la urgencia de una reforma completa en su redacción y estilo e incluso en su fondo mismo; en fin, como colofón y mientras no llegase la reforma propuesta, ensayó en su obra simplificar y coordinar la legislación existente, recopilando en estilo breve, conciso y al alcance de todos cuanto al asunto atañía, todo ello en un reducido volumen. Esta obra primeriza de nuestro Gorosábel mereció ser citada elogiosamente por el jurisconsulto Francisco Silvela, quien en 1889 la presentaba a la Academia de Jurisprudencia como el primer Código del Derecho de Castilla.

Expresión del mismo mundo de preocupaciones, siguió en 1834 una obra en tres volúmenes, con el título de Examen de los principios del Derecho Civil español e impresa asimismo en Tolosa: obra que, como la anterior, fue muy bien recibida, sobre todo por los abogados y escribanos de Gipuzkoa. A estas alturas, la figura del eminente hombre de leyes se imponía a la atención de todos.

Alcalde de la villa de Tolosa en diversas ocasiones, fue también Corregidor de Guipúzcoa en 1835 y 1840, diputado del Consejo Provincial del distrito de Tolosa (1834), miembro de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos y, más tarde, secretario de la misma, siendo por último consultor de la Diputación y Archivero de la Provincia, elegido a unanimidad en las Juntas celebradas en Errenteria en julio de 1858.

No es mucho, por lo demás lo que hemos podido averiguar del Gorosábel que, además de investigar y escribir sobre su provincia natal, sabe de las inquietudes y desvelos que caracterizaron a los hombres más despejados de su tiempo. Sabemos, de todas formas, que siendo teniente-alcalde de Tolosa en 1850, se encargó por su iniciativa al ingeniero Manuel Peironcely el estudio de un canal de navegación en el río Oria, que, partiendo de la referida villa, fuera a desembocar en Donostia-San Sebastián, ya se uniese al río Urumea en Hernani o se dirigiese por Lasarte al barrio del Antiguo. Sin duda, fue también Gorosábel uno de los animadores del proyecto de un ferrocarril que iba a unir la villa de Tolosa con la ciudad de Donostia-San Sebastián, proyecto cuyo presupuesto, según los estudios que avanzó el citado ingeniero, ascendía a 21.045.888 reales. En fin, redactó durante su gestión en Tolosa un reglamento de Secretaría y abrió varios libros para el mejor servicio de aquella dependencia, entre los cuales merece citarse el que destinó para dejar constancia de los hechos memorables que fuesen ocurriendo en la villa.

A la sazón Gorosábel se hallaba ya inmerso en el estudio de la historia y de las peculiaridades jurídicas de su país natal. Primera manifestación en este sentido vendría a ser su Bosquejo de las antigüedades, gobierno, administración y otras cosas notables de la villa de Tolosa, que vio la luz en esta ciudad en 1853 (segunda edición en Zizurkil, 1956). En su obra Gorosábel nos da pormenorizada noticia de cuanto de notable ha ocurrido y contiene la villa de Tolosa, con referencias individualizadas a sus iglesias, ermitas, conventos, plazas, mercados, paseos, fábricas, caminos, cárceles, etc., así como a los hechos de su pequeña historia: cuestiones habidas con la Iglesia, inundaciones, epidemias, guerras, hombres célebres...; y todo ello, sobre la base de un despojo concienzudo del material archivístico, así como de la bibliografía relativa a la villa.

Embarcado ya de lleno en la investigación de la historia patria (para lo que se hallaba en las mejores condiciones de acceso a los fondos documentales, por su cargo de archivero y otros que desempeñó en Gipuzkoa), Gorosábel pudo ofrecernos en 1862 su fundamental Diccionario histórico geográfico-descriptivo de los pueblos, valles, partidos, alcaldías y uniones de Guipúzcoa, con un apéndice de las cartas pueblas y otros documentos importantes, que fue también impreso en Tolosa. El objeto del Diccionario, tal como lo entiende el autor, que tiene ante sus ojos obras como las de Sebastián de Miñano y Pascual Madoz, extensivas a toda España es el de dar una noticia la más completa y exacta posible sobre las ciudades, villas y lugares de Gipuzkoa, precisando el título de cada lugar, partido a que pertenece, su situación topográfica, altura sobre el nivel del mar; número de sus vecinos y el de sus habitantes, con indicaciones sobre sus actividades agrícolas e industriales; número de sus parroquias, conventos, santuarios y ermitas, instituciones de beneficencia e instrucción pública; noticias sobre sus paseos, fuentes, monumentos, ferias y mercados, ordenanzas municipales; en fin, noticias sobre los sucesos más notables del lugar, hombres célebres y otros extremos, cuya memoria mereciera transmitirse a la posteridad.

Al Diccionario siguió la Memoria sobre las guerras y tratados de Guipúzcoa con Inglaterra en los siglos XIV y XV (Tolosa 1865), con la que Gorosábel optó a un concurso abierto por la Diputación guipuzcoana en abril de 1863, haciéndose con el premio de 10.000 reales, asignado a la obra que mejor tratase el tema de las guerras de los marinos guipuzcoanos con la marina inglesa. "Rebuscando datos en historias y crónicas nacionales y extranjeras, en cuadernos de cortes, tratados de paz, reales cédulas, cartas diplomáticas y otros documentos" -según escribe S. Múgica-, pudo Gorosábel arrojar no poca luz sobre un capítulo por demás oscuro de la historia guipuzcoana, aportando datos hasta la fecha desconocidos sobre el poderío naval de la Hermandad de las Marismas de Castilla en los siglos de la Baja Edad Media Antes de morir, el 23 de enero de 1868 (en Donostia-San Sebastián, donde se hallaba accidentalmente), pudo Gorosábel dar cima a otra de sus obras capitales: Noticia de las cosas memorables de Guipúzcoa o descripción de la provincia y de sus habitantes; exposición de las instituciones, fueros, privilegios, ordenanzas y leyes; reseña del Gobierno civil, eclesiástico y militar; idea de la administración de justicia, etc., obra que, sin embargo, a punto estuvo de perderse y no obtuvo los honores de la impresión hasta las postrimerías del siglo (Tolosa, seis vols., 1899-1900, con segunda y tercera edición en Bilbao, en 1967 y 1972, respectivamente). El objeto que se propuso al escribir esta obra, para la que empleó cuatro años tan sólo en reunir y coordinar los antecedentes necesarios, fue dar a conocer a los lectores lo que había sido Gipuzkoa en los tiempos anteriores y lo que era a la sazón, bajo los principales puntos de vista de su situación geográfica, realidad física, social, legislativa, gubernativa, militar, eclesiástica, jurídica, con abundante información sobre hechos y personajes históricos, si bien no deja de hacer notar que la historia que escribe no es precisamente con relación a los sucesos políticos o militares vividos por Gipuzkoa, sino más bien en orden a su constitución civil, leyes, costumbres y cuanto pueda afectar a su modo de ser, con vistas a informar a las personas que, por su posición social o circunstancias personales, se sientan llamadas a tomar parte en la gestión de los negocios públicos.

Luis F. LARRAÑAGA