Sailkatu gabe

GIPUZKOA (POBLACIÓN)

Evolución de la población.

La densidad provincial -359 h/Km²- en este caso concreto refleja bastante fielmente la distribución de la población que aunque ofrece áreas de fuerte concentración, en general está bastante homogéneamente repartida. San Sebastián y su área metropolitana junto con la subcomarca de Irún-Fuenterrabía alcanzan los valores máximos, rebasando el promedio provincial; pero en el resto, tanto en la costa como en el interior, se dan cifras igualmente elevadas. Los habitantes de la capital suponen sólo el 25 % del total provincial (Bilbao equivale al 38 % y Vitoria 69 %) y es que la función polarizadora de la capital ha tenido en Guipúzcoa un papel mucho más modesto, compartida por un importante número de centros urbanos, bien distribuidos espacialmente. Los efectivos actuales son el resultado de un crecimiento reciente en el que han intervenido tanto un movimiento vegetativo fuerte como -y sobre todo- un proceso migratorio, no uniforme en el tiempo pero importante en su conjunto. En 1900 la población de Guipúzcoa casi alcanza la cifra de 200.000; supone una cantidad importante si se tiene en cuenta la exigüidad espacial, ya que representa densidades que rondan los 100 habitantes/Km.². (La densidad media del estado español era en esas fechas de 38 h./ Km²). En los años precedentes se fue produciendo el cambio en el comportamiento demográfico provincial y se entra en la edad moderna de la población: ha quedado definitivamente atrás la mortalidad catastrófica que en forma de epidemias de cólera todavía se dejaron sentir en la última década del XIX. La preocupación por una mayor asistencia sanitaria a la población infantil junto con una mejora en la alimentación establece diferencias cada vez mayores entre las tasas de natalidad y de mortalidad. Estas últimas irán descendiendo progresivamente con tan sólo dos retrocesos accidentales ocasionados por la epidemia de gripe que asoló el estado entre 1918 y 1920, en los cuales la mortalidad ascendió a 26 por mil y dos décadas después por culpa de la guerra. A comienzos de siglo la tasa de mortalidad todavía rondaba la cifra de 25 por mil, treinta años después era de 14,4 por mil y 9,8 por mil en 1950, hasta que en la actualidad se producen las cifras más bajas de la historia -6,1 como promedio de la década 1970-80- motivado principalmente por la actual estructura de la población con dominio claro de los efectivos jóvenes. La evolución de la tasa de natalidad, en cambio, ha presentado un ritmo más irregular. Para 1900 habían descendido a 31,4 por mil, descenso relacionado con las crisis bélicas, la inestabilidad social y las migraciones de jóvenes frecuentes en el siglo precedente, y seguirán rebajándose hasta los años de la guerra en los que se conoce una fuerte inflexión para recuperarse poco después alcanzando nuevos máximos en la década de los sesenta -26,6 por mil en 1960-, debido en gran parte a la afluencia de emigrados, y de emigrados jóvenes, paralela al crecimiento económico que repercute a su vez en aumentos de las tasas de nupcialidad así como en el descenso de las edades de acceso al matrimonio. En los últimos años tiende de nuevo a la baja para situarse en 17,2 por mil de promedio para el último decenio. En este análisis de la evolución demográfica guipuzcoana es necesario consignar el importante papel desempeñado por las migraciones, presentes siempre aunque de diferente signo según etapas. Hasta bien entrado el siglo XX, Guipúzcoa, al igual que los restantes territorios vascos, formó parte de sucesivas oleadas migratorias canalizadas hacia países americanos motivadas por las continuas crisis tanto bélicas como económicas, cuando no por un deseo de aventura o de probar fortuna, y de las que los retornos fueron muy escasos y tardíos. Simultáneamente apenas se produjeron salidas hacia otros puntos del estado, muy frecuentes en los siglos anteriores, por carecer de interés las circunstancias económicas que pudieran motivarlas. Pero con la creciente industrialización del País Vasco se produce un cambio de signo en los movimientos migratorios y Guipúzcoa, como Vizcaya, se convierte en área de inmigración; y si en las décadas anteriores a la guerra del 36 las llegadas apenas compensan a las salidas, tras el paréntesis bélico, al que siguió una emigración de carácter político dirigida hacia países americanos como Méjico, Venezuela, etc..., se desencadena un proceso migratorio de inequívoco signo positivo acelerado en los años cincuenta para alcanzar los máximos entre 1960 y 1970. Solamente en esos diez años el saldo migratorio fue de 64.845 inmigrados para Guipúzcoa, destacando 1964 con una cifra superior a 16.000. Se trataba de población joven, de carácter familiar, con especial incidencia en la dinamización del crecimiento vegetativo, que pasó a engrosar los activos industriales y de procedencia variada, aunque destacan los llegados de Navarra, con la que tradicionalmente Guipúzcoa ha mantenido importantes intercambios de todo tipo, de Castilla así como de Extremadura y Galicia. En el momento presente la inmigración ha cesado a consecuencia de la crisis económica que padecemos, y comienza a observarse un incremento de las salidas que llega a provocar un saldo migratorio negativo con un balance de -10.406 para el periodo 1976-1979, dirigido a los restantes territorios vascos en primer lugar, a Madrid o a Barcelona. Como resultado pues del crecimiento vegetativo unido a la aportación por emigración, la evolución de la población guipuzcoana muestra un fuerte crecimiento con unos efectivos que suponen más del triple de los de comienzos de siglo. El crecimiento, como ya se comenta anteriormente, no ha sido uniforme ni espacial, ni temporalmente. Hasta 1950 la población crece a un ritmo moderado con índices de crecimiento intercensal en torno al 15 % exceptuándose la década 1930-1940 en la que se produce un descenso (9,7 %) ya que a consecuencia de la guerra la natalidad desciende, produciéndose además una pérdida de efectivos motivada por la emigración de carácter político. El decenio siguiente conoce una recuperación aunque sin alcanzar las cifras del primer tercio de siglo, y ya 1950 inicia una segunda etapa con índices de crecimiento muy elevados en base sobre todo al papel desempeñado por los contingentes migratorios, especialmente importantes en los años sesenta, siendo la tasa de crecimiento anual de 2,4 % para el período 1950-1975.

Evolución de la poblaciónTasa de
incremento
intercensal (%)
1900
1910
1920
1930
1940
1950
1960
1970
1979
195.850
226.684
258.557
302.329
331.753
374.040
478.337
631.003
717.372

15,7
14,0
16,9
9,7
12,7
27,9
31,9
13,6

El periodo de crecimiento fuerte ha culminado; frenada la inmigración, la evolución demográfica vuelve a recobrar el ritmo de la primera etapa dependiendo básicamente de los efectivos propios. Es previsible que en los próximos años y a pesar de la situación demográfica adversa, los índices de incremento natural se mantendrán sin variaciones como consecuencia de la gran importancia numérica de los efectivos jóvenes en edad procreadora. Algunos municipios como San Sebastián, Vergara, Beasain, Pasajes, Rentería, Tolosa, Eibar, Hernani vieron crecer sus efectivos ya en la primera etapa, luego siguieron creciendo o se estancaron; otros se incorporan más tardíamente pero experimentan incrementos realmente fuertes: Urnieta, 189,9 % de crecimiento entre 1960 y 1970; Ibarra, 101,6 %; Rentería. 84,4 %; Usúrbil, 76,8 %; Zumárraga, 71,9 %, o Mondragón, 58,7 %.

Evolución de la población por comarcas entre 1970 y 1981

POBLACION TOTALCRECIMIENTO
1970197519811975/701981/75
1.-Donostialdea
2.-Bidasoa
3.-Deba Behea
4.-Deba Garaia
5.-Urola-Kosta
6.-Goiherri
7.-Tolosaldea

TOTAL
283.950
55.531
65.750
61.050
54.316
67.279
44.027

631.003
312.044
62.093
67.888
65.963
58.329
70.521
45.679

682.517
319.860
64.721
65.815
66.338
60.514
69.248
46.463

692.986
28.994
6.562
2.138
4.913
4.013
3.242
1.652

51.514
7.816
2.628
-2.073
373
2.211
-1.213
764

10.469
Ref. Deia, 30-VIII-81.