Sindikatuak

Federación nacional de los sindicatos explotadores agrícolas

Fédération nationale des syndicats exploitants agricoles, FNSEA

La Federación Nacional de los Sindicatos Explotadores Agrícolas (Fédération Nationale des Syndicats Exploitants Agricoles, FNSEA) surge en París en la noche del 13 al 14 de marzo 1946 cuando se emancipa dicha Federación de la Confederación General de la Agricultura (Confédération Générale de l'Agriculture, CGA). En aquellos días se elige al primer presidente, Eugène Forget, que logra en aquel momento defender la unidad del mundo agrícola. En aquel periodo de posguerra mundial, la FNSEA anima a los agricultores a duplicar sus esfuerzos para reconstruir Francia. La desaparición de los bonos de racionamiento en 1949 recompensa en cierta manera el trabajo del mundo agrícola en toda Francia. El juramento de la unidad del mundo agrícola realizado por el presidente del sindicato se declina en el protocolo firmado en febrero 1951 que define las relaciones entre la FNSEA, la CGA y la Cámaras de Agricultura. Se establece entonces que no se pueden dar a conocer las decisiones a los poderes institucionales sin que haya una consulta de las federaciones de explotadores agrícolas. En el año 1956, el Grupo Nacional de los Jóvenes Agricultores (Centre National des Jeunes Agriculteurs (CNJA) integra la FNSEA. En 2010 solo queda un millón de explotadores agrícolas, lo que representa el 2,9% de la población activa, es decir, apenas 1 millón de trabajadores. En 1945, eran más de 10 millones de trabajadores los que trabajaban en este sector (INSEE).

En Francia, los años sesenta aparecen como la aceleración del fin de mundo rural tradicional. El éxodo rural, el desarrollo de la mecanización en particular con las ayudas estadounidenses a la reconstrucción hacen que el sector agrícola redefina su papel en la economía francesa. En el País vasco francés algunos sectores modernistas empiezan a invertir en material de explotación. La cooperativa Lur Berri en Donapaleu (Saint-Palais) en particular, emprende este nuevo camino a partir de los años setenta y comienzos de los ochenta. Un camino que significa una nueva forma de trabajar la tierra y por consiguiente un camino que redefine el papel de la explotación agrícola tradicional en la sociedad tradicional vasca. Aunque pueda aparecer como aislada, la situación local vasco-francesa no se desmarca de las grandes evoluciones del conjunto francés. A partir de los años sesenta y setenta y la apertura del mercado europeo, y siguiendo el camino emprendido por el estado francés a través de las leyes de orientación (Lois d'orientation de 1960 et 1962) se empieza a invertir cada vez más en los sistemas productivos, buscando más rendimientos. El sector agrícola conoce una bajada de los recursos en comparación con el sector obrero, las explotaciones agricolas se extienden gracias a la baja de pequeñas explotaciones de tipo familiar. Este periodo del fin del baby boom corresponde a la intensificación del éxodo rural y la FNSEA decide dejar de apoyar a los gobiernos participando en lo que llamaban entonces "la acción cívica". La FNSEA, que se consolida como el mayor sindicato representativo del sector agrícola en Francia, ayuda a la instalación de jóvenes en el sector, luchando de tal manera contra el éxodo rural. En diciembre 1970 obtiene una serie de leyes entre las que se encuentra la de los agrupamientos de bienes raíces agrícolas (groupements fonciers agricoles, GFA). En los setenta, se crea una ayuda a la instalación de los jóvenes agricultores (DJA). En esta dinámica, a partir de junio 1966 se estructura una mayor colaboración del sector a través del Consejo de la Agricultura francesa que agrupa a la FNSEA, el Grupo nacional de los jóvenes agricultores (CNJA), sectores del banco agrícola (Coopération, Crédit et mutualité agricole) que integra como miembro asociada a la Asamblea Permanente de las Cámaras de Agricultura (l'Assemblée Permanente des Chambres d'Agriculture). Corresponde a una nueva etapa en la modernización del sistema productivo agrícola: la enseñanza, la formación, la investigación, los avances tecnológicos, económicos y sociales son promovidos para alcanzar una mayor plusvalía, una mejora de la producción, etc. A partir de los años setenta, la FNSEA emprende una reflexión sobre la organización de los mercados y de la producción. Se reune con el gobierno francés en París para organizar una Conferencia anual agrícola a partir de entonces.

En los años setenta y ochenta, la evolución de la productividad se ilustra a través de las Leyes de modernización (1980) que buscan el fortalecimiento de la competitividad de los que se llaman entonces las empresas agrícolas, que ya están presentes en los mercados exteriores, europeos e internacionales. A pesar de algunas críticas, estas nuevas orientaciones estratégicas son apoyadas por los agricultores y el sindicato mayoritario. En 1981, Grecia se integra en el mercado europeo, siguiéndole en 1986 España y Portugal; una ampliación que se percibe como una amenaza para los agricultores. Sin embargo, se supera la preocupación y, en los años ochenta, el sector agro-alimentario logra acrecentar su aportación en la balanza comercial francesa (de 18,5 mil millones en 1986 pasa a 50 mil millones en 1995). Esta fuerza permite a la FNSEA influir en la reforma de la Política agrícola común (PAC) y en las negociaciones del sector agricola del GATT (Acuerdos generales sobre las tarifas y las aduanas, General Agreement on Tariffs and Trade). La FNSEA juega un papel importante a nivel europeo. Entre otras cosas, logra que se manifiesten más de 100.000 personas en Estrasburgo el 1 de diciembre 1992 para pedir la renegociación del acuerdo de Blair House (dentro del Uruguay Round, entre los EEUU y la CEE), o que se formalice una reflexión estratégica de la "Europa agrícola" integrando de la mejor manera posible a los nuevos países de Europa del Este. Desde entonces, la FNSEA está considerado como el sindicato agrícola que defiende los intereses de las grandes propiedades agrícolas: cereales, etc., el sindicato más vinculado con los sectores políticos centrales y europeos. Se le tacha de defensor de una agricultura productivista. Sin embargo, a partir de los años noventa la FNSEA cambia de orientación en su comunicación y en sus acciones. Promueve una reflexión sobre los medios para desarrollar una agricultura multifuncional vinculada a lo que surge entonces como el desarrollo sostenible (entre una función económica de producción, una función territorial y ambiental, y una función social) que sería la base de la identidad agrícola europea.

Desde la segunda parte de los años noventa, el sindicato intenta cambiar su imagen y responder a los nuevos retos planteados por las crisis sanitarias. Con la crisis de la "vaca loca", la cuestión de la seguridad de los productos alimentarios domina la opinión pública y al sector agrícola se le exige responder a las inquietudes de consumidores cada vez más exigentes. La FNSEA se posiciona a favor de una agricultura razonada, que pueda producir de manera eficiente reduciendo los consumos innecesarios. Defiende a la vez el mantenimiento económico de los agricultores gracias a herramientas públicas que permiten gestionar los mercados, trabaja para que no se desmantelen las organizaciones comunes de mercado (OCM) que debían de cerrar la reforma de la PAC, gracias también a la búsqueda de recursos con una producción agrícola de tipo no alimentario. Después de la nueva reforma de la PAC en 1999 y el lanzamiento del Agenda 2000, la FNSEA plantea una reflexión sobre el papel del "campesino" a través del concepto de "multifuncionalidad" que promueve la ley de orientación de 1999, cuyos objetivos son producir productos sanos cuyos orígenes se puedan identificar fácilmente, ocupar y trabajar el espacio rural preservando la naturaleza, contribuir al empleo y a la vida del medio rural. En esta dinámica, la FNSEA organiza en febrero 2002 una manifestación en París sobre el tema de "la agricultura en el corazón de nuestros pueblos" y en 2003, un congreso sobre el tema de la ruralidad frente a la emergencia de nuevas formas de vida y nuevas dinámicas de desarrollo en los espacios rurales.

Desde entonces, promovieron debates sobre la nueva reforma de la Política Agrícola Común (PAC), tal y como ocurrió en junio 2002 en Estrasburgo para defender, con agricultores del resto de Europa, el modelo agrícola y alimentario europeo. Frente a la integración de nuevos países en el conjunto europeo y al establecimiento de una nueva política agrícola común, el modelo sindicalista agrícola emprende una reflexión sobre las formas de integrar estos nuevos retos, contando con el fin de la ayudas comunitarias sobre la producción. Desde finales de los años 1990, la FNSEA integra la estrategia de la Ley de orientación agrícola que preconiza que "la política agrícola toma en cuenta las funciones económicas, ambientales, y participa en el desarrollo del territorio, para fines de sostenibilidad". Consideraron estas funciones como una "multifuncionalidad" que se concretó a través de la puesta en marcha del Contrato Territorial de Explotación (CTE), que se llama ahora Contrato de Agricultura Sostenible (CAD), algo que responde al "carácter multifuncional de la agricultura" subrayado en la declaración final de la Cumbre mundial de la Alimentación de 1996. Desde entonces, la FNSEA reivindica todas las funciones del agricultor: productor de bienes alimentarios, de bienes non alimentarios y de servicios. Asimila la función de producción gracias a los productos que pone en el mercado, pero también tiene una función territorial, ya que cuida los campos, el espacio no urbano, preservando de esta manera los paisajes y los recursos naturales. Se le añade una función social, ya que contribuye a mantener empleo, a dinamizar el medio rural, y mantener educación y servicios públicos en las zonas sufriendo desertificación rural. Para integrarse más plenamente con el resto de la sociedad francesa, considera la FNSEA que los agricultores cumplen tres misiones (económicas, sociales y medioambientales) que les permite diversificar sus actividades y mantener las explotaciones familiares por todo el territorio.