Poesia

Euskaldunak (1934). Nikolas Ormaetxea

Compendio del Poema Vasco "Euskaldunak" (1950). Después de la publicación del poema de los vascos, vino a coronar el acontecimiento la edición por Antonio María de Labayen de un compendio del texto euskérico con la particularidad de ir acompañado de su traducción y comentario en castellano. En su introducción existe un juicio crítico sobre la obra que merece la pena consignarlo en su integridad. Reproducimos, pues, dicho texto a continuación: "Al citar esas celebraciones de tan grata memoria, un deber inexcusable de amistad y una exigencia de la verdad histórica nos mueve a recordar con afecto y citar con justo elogio a la asociación cultural "Euskaltzaleak" de la que tuvimos el honor de formar parte. Esta agrupación euskerista desarrolló bajo la égida de su dinámico director una intensa labor de cultura popular vasca, suscitando vocaciones y entusiasmos que se pusieron de manifiesto en aquellas memorables jornadas. El primer día de la Poesía Vasca tuvo lugar en Rentería, en 1930, y en junio de 1936 se celebraba el VII en Lequeitio. Por cierto que en esta última ocasión se rindió homenaje a los "Azkues" en la persona de D. Resurrección María de Azkue, allá presente, presidente de la Academia de la Lengua Vasca y el más alto valor de nuestro renacimiento: Sólo por su monumental diccionario trilingüe y la recopilación de sus mil y una canciones vascas merece el reconocimiento unánime de la ciencia y de su pueblo. Pues bien, en estas fiestas se creó un ambiente de simpatía en torno a nuestros poetas y a nuestros problemas culturales. Se celebraron también dios dedicados al "bertsolari", en el que fue consagrado nuestro hoy admirado vate popular "Basarri", sucesor de Xenpelar, Pello Errota, Udarregui, J. B. Otaño, Txirrita y Enbeita. Hubo días del teatro vasco, etc., y de todas estas campañas fue portavoz la revista "Yakintza" que en sus cortos años de existencia realizó una labor tan bien orientada como briosamente ejecutada. Uno de los proyectos acariciados con más ilusión por "Euskaltzaleak" fue de publicar el poema Euskaldunak que Nicolás Ormaechea "Orixe" acababa de escribir en 1934 por su encargo. Acariciaron los instigadores del Poema Vasco la idea de crear una obra a la manera del Kalevala o epopeya finlandesa publicada por primera vez en Hensingfor en 1835 por Lonnrot. Aunque Orixe siguió otros derroteros, no hubiese sido desacertado aquel empeño ya que como dice el profesor Ernst Lewy el Kalevala está considerado como una obra cumbre en la poética y puede ponerse al nivel de los relatos y salmos del Antiguo Testamento que han servido de reconfortante consuelo al género humano en las horas más sombrias de su existencia. Todo estaba preparado para llevar a la estampa la obra orixiana. Lo que no pudo hacerse entonces, a causa de la guerra civil, se ha convertido en consoladora realidad en este año de gracia de 1950. ¡Alabado sea el Señor!, que no solamente ha permitido que viese la luz este nuestro "Euskaldunak" tanto tiempo escondido en la penumbra, sino que lo ha hecho preceder de los libros de versos de Zaitegui, de Iratzeder, de M. de Olaso; y del poema vasco mariano "Arantzatzu", del P. franciscano S. Mitxelena, jóvenes e inspirados poetas los tres que vienen a elevar el nivel de nuestra espiritualidad y de nuestra cultura. Tal vez la misión altísima y providencial de la poesía sea la de restañar heridas, aunar voluntades distanciadas por los morbos político-sociales y rehacer el sentimiento de fraternidad tan deteriorado entre nosotros a fin de que en un futuro próximo, podamos vislumbrar nuevos y claros horizontes propicios a las nobles expansiones del alma popular. Pero prosigamos con nuestro "Euskaldunak". Conviene decir para conocimiento de los que no lo sepan que el abate Hiribarren publicó bajo el mismo título en 1853 un poema euskérico: Euskaldunak (Iberia, Cantabria, Eskal-Herribakotxa eta hari darraicona). No es una casualidad que "Orixe" casi a los 100 años haya escogido el mismo nombre para designar esta notable composición que ha dedicado a cantar al pueblo vasco en su vida tradicional. Lo que en Hiribarren no es, aparte de unos felices atisbos de hazañas legendarias, sino una descripción de pueblos y " personas, una sucesión de estrofas pintorescas a veces pero, que descienden a un tono de vulgar prosaísmo, la réplica de "Orixe" es en cambio una creación poética de largo aliento, una obra de sólida concepción, con una versificación sobria, con materiales arrancados del mismo pueblo, dispuestos sencillamente sin artificio ni complicada fábula, formando en conjunto un todo armónico muy ajustado a nuestra idiosincrasia y a la estética popular. Se puede afirmar de "Euskaldunak" lo que el crítico Kaden-Brandowski dijo del poema polaco de Mickiewicz Pan Tadeusz: "Es el poema de nuestro pueblo. En él está lo que nosotros vascos sabemos de nosotros mismos, y lo que sin saberlo lo sentimos como expresión propia y estilo e impulsión étnicos". Y lo mismo que de Mickiewicz cabe decir de "Orixe", que ha adoptado una "actitud poética desinteresada en lo que se relaciona con la realidad; una curiosidad de las menores manifestaciones de la vida, todas iguales ante la ley del arte". El poeta nos lo manifiesta bien claramente en su prólogo galeato que no tiene desperdicio. Vamos, pues, a transcribirlo en lugar de discurrir por nuestra cuenta, aunque curándose en salud, el autor recomiende primero a los lectores de pocas letras que lo mejor que harán, es meterse con los versos que han sido para ellos compuestos y a su semejanza. Este proemio va especialmente dedicado a los doctos que quieran leerle, a los que quiere mostrarles el plan de su obra y explicarles el propósito que ha tenido al realizarla.

"El estilo de mi poema -empieza diciendo su autor-, es el mismo en que lo hubiera hecho el pueblo. No encontraréis en él las fábulas, enredos y conflictos que abundan en las novelas, no hallaréis tampoco relatos de muertes y de tragedias tales como nos los ofrecen los dramas. El poema no es sino la descripción de nuestro pueblo rural en su vida de trabajo, en sus juegos y diversiones, en sus ocupaciones cotidianas y hasta en la misma muerte. Todo con la sencillez y naturalidad como acontecen esas efemérides familiares a las gentes corrientes." A continuación confiesa el poeta que pensó en un principio escribir una epopeya basada en la batalla de Roncesvalles. Pero desistió del empeño ya que infundir realidad y verosimilitud a tal tema épico le pareció difícil. Y se despidió de Carlomagno, Roldán y los doce Pares; y de celebrar las proezas de aquellos desconocidos vascones. sus vencedores. Leyendo las poemas más reputados de la literatura universal adquirió el convencimiento de que tratando de componer un poema vasco era preferible lo espontánea, lo natural a lo artificiosamente traído o amañado. Mejor lo sucedido que lo inventado. Tomó, pues, como fuente de inspiración al pueblo mismo y aprovechando esa sabiduría popular que tanta boga tiene con el nombre de folklore llegó a ultimar su "Euskaldunak". Este poema tiene contacto con la epopeya puesto que "epos" es precisamente narración o relato. En la antigüedad clásica entrañaba una significación bélica siendo como era la guerra ocupación favorita de los hombres. La Historia no ha sido preferentemente sino una cronología de las guerras. Actualmente todas las actividades de los hombres merecen idéntico interés. Eso he querido dar a mi poema, en donde sin recurrir a los tiempos remotos ni a las invenciones de mi imaginación describo lo que he visto y aquello de lo que tengo un testimonio cierto. El tema de mis cantos ha sida Euskal-Erria entera, tomada en conjunto, sin que los protagonistas sirvan sino de tenue hilo conductor de la acción. Recuerda lo que le dijo su entrañable amigo y altísimo poeta Xabier de Lizardi: "En un collar las piedras preciosas valen más que el hilo que las sostiene". Aduce también el ejemplo de Camoens, el cual, en su poema "Os Luisiadas" cantó al pueblo lusitano en general y no a Vasco de Gama o a Inés de Castro. Manifiesta "Orixe" en lo referente a la versificación que pudo haber rimado los versos más a gusto de su oído, es decir: a la manera clásica. Pero entonces hubiesen dejado de ser populares. Estima que si Homero en lugar de hexámetros hubiese compuesto logaedikos habrían resultado más apropiadas para el pueblo. Pues también en verso popular se pueden decir grandes cosas sin ahuecar demasiado los labios; siempre que se adopte un metro variado según requiera la naturaleza del asunto. Alguien le recomendó que diese cierta aspereza al verso lo que le comunitaria un aire arcaíco a lo Ossian... Pero al contrario deba decir -añade el poeta- que me han salida unos versos más redondeados de lo que apetecía. No obstante los he dejado tal como están pensando que nuestro público prefiere los versos pulidos y bien redondos. Me acordaba de la fluidez de los de nuestro Pedro M.ª Otaño. Con todo no fallan en mis estrofas tersos de rima difícil: "goiz", "noiz", "arrazoiz", que suelen ser escuchados con embeleso por los nidos euskaldunes. He procurado -prosigue el poeta- dar a mi poema un tono intermedio entre el desenvuelto de Homero y el más compacto de Horacio. Se acuerda sin duda de su traducción del "Beatus-Ille. "Zoriduna ixkanbillen bizi ezik". (lengotar aiek bezela) zillar-naiak utzi ta etxeko lurra bere beiez lantzen duna. Como los clásicos, ha querido "Orixe" expresar muchas y bellas cosas; y decirlas pronto y con ligereza. Cree haber conseguido imprimir un aire muy popular a su estilo. Y saliendo al paso a la objeción de alguno que pudiera descubrir en su trabajo rasgos y conceptos que no son populares se apresura a explicar que ello es debido a que el euskera se presta a maravilla a expresar cosas arcanas y elevadas con toda llaneza. Puedo afirmar, continúa el vate, no haber inventado nada, presentando al pueblo tal cual es. Res ipsa locuatur, hable la cosa por sí: ¿Para qué forjar nada? Tal vez he dejado ver la oreja más de lo debido. Pero de todas formas si hay en Europa algún poema popular es este "Euskaldunak". He querido que Euskal-Erria hablase en mí. El 85 % de lo que en él relato lo he visto con mis ojos o escuchado con mis oídos, bien que lo haya arreglado o hermoseado para dar unidad y belleza a la narración. En lo que atañe al lenguaje hay naturalmente una dificultad: que no está escrito el poema en el euskera de todos, porque, sencillamente, este euskera no existe. De haber existido lo hubiese empleado sin vacilar. En su defecto he adoptado la variedad dialectal de más fácil comprensión desde Zuberoa hasta Vizcaya. Y la poesía viene en mi ayuda porque afortunadamente en verso nos entendemos todos los vascos mucho mejor. Esta modalidad de mi euskera navarro no se hace extraña en Guipúzcoa ni en Laburdi. No diré que sea el más apropiado, el más puro, ni el que acapare todas las excelencias. Pero desarrollándose la acción del poema en la montaña de navarra está justificado que esté escrito en el habla allá dominante. He tenido cuidado de transcribir algunas palabras como "bertze", "erran" en "beste" y "esan" por ser más generalizadas. Aunque habrá algunos que no comprendan todas las palabras que aparecen en el poema no iba a suprimirlas siendo como son de uso popular; ya las irá aprendiendo, tarde o temprano, el curioso lector. No es poco que entienda un 85 % de las voces que salen en la obra y ellas le ayudarán a deducir el sentido de las restantes. Las notas aclaratorias puestas al pie de las páginas le explicarán la significación y entraña de los vocablos, frases o modismos que desconozca o le resulten oscuros. Las tres amigos y asesores que examinaron mi trabajo a medida que avanzaba en su composición, fueron unánimes en considerarlo como excelente y digno de publicación. Celebraré que la posteridad confirme ese juicio laudatario. En todo caso los yerros o faltas en que haya podido incurrir y que se me señalen los tendría en cuenta para rectificarlos en la próxima edición. He dado el nombre de "Euskaldunak" a mi poema a imitación de "Os Luisiadas", de Camoens. Termina su exordio dando gracias a las que le han ayudado en su tarea.

El amplio y jugoso prólogo con el que preventivamente se defiende el autor y que hemos procurado trasladar con la posible exactitud y fidelidad nos releva de ensayar aquí otras interpretaciones que las consignadas en el mencionado proemio. Quedarla, empero, incompleta esta introducción si no añadiésemos para ilustración de los lectores que desconozcan la personalidad de Nicolás Ormaechea, el gran "Orixe", una breve semblanza de este original pensador y publicista vasco. Y ya que mi insignificante dictamen no ha de merecer mucho crédito séame permitido intercalar algunos juicios emitidos a la luz de los preceptistas literarios más autorizados. Es de lamentar que el portentoso talento y erudición de un Menéndez y Pelayo no haya conocido esta obra que sin duda le hubiera llevado a rectificar su opinión sobre la poesía vasca. Entrecomillaremos algunas de las frases del eximio crítico que conservamos en el recuerdo; y tal vez sin citar su nombre daremos como nuestras ideas sugeridas por la lectura de sus obras o de las de otros escritores que iremos mencionando. [Menéndez y Pelayo: Historia de las ideas estéticas en España. Antología de poetas líricos castellanos. Discursos de crítica histórica y literaria.] A "Euskaldunak" estamos seguros que le hubiese aplicado Menéndez y Pelayo el calificativo de "poesía popular", dándole por característica la impersonalidad, porque el pueblo contribuye a ella con la elaboración anónima, no de los versos, no de la forma, privilegio siempre de un solo artista, sino de la materia y de la poesía, del mito, de la teogonía, de la leyenda. Y todo ello considerándolo como vuelta a la tradición del poema más artístico y acicalado del mundo, a la tradición de las Geórgicas. Desde luego, nadie entre nosotros, estaba preparado como "Orixe" para escribir un poema como "Euskaldunak". Su conocimiento profundo de las lenguas greco-latinas, de la literatura clásica; su formación de humanista; le capacitaban para emprender una empresa que no desmereciese de las grandes creaciones. Tenía a su favor para ser rapsoda de la vida rural, aquel su íntimo contacto con el agro, del que no se apartó hasta ser ya muy mozo. Nacido y criado pues en una zona y en un ambiente en los que se mantenían lozanos los hábitos y las tradiciones seculares asimiló la experiencia de pasadas generaciones. Le eran familiares la agricultura y el pastoreo, con sus labores, sus penas y sus alegrías. Leyendas y cantares modelaron su espíritu. Casi ya hombre, y sin más bagaje libresco que las primeras letras que aprendió en la escuela primaria, y apenas sabiendo el castellano, ingresó en el juniorato de una orden religiosa en el que al cabo de algunos años iba a ser maestro y pedagogo consumado. Enseñó literatura y otras disciplinas en un reputado seminario de estudios superiores hasta que ciertas incompatibilidades de carácter le decidieron a reintegrarse a la vida seglar, en la que nunca abandonó la práctica constante de una piadosa austeridad cristiana. A los interesados en achaques de versificación clásica habrá que señalarles las características métricas que son de notar en nuestro poema. Los influjos en él visibles son diversos pues como decía con aguda reticencia Telesforo de Aranzadi: "El pueblo vasco no ha vivido en el aislamiento". Nadie duda de que fuimos influidos por los pueblos vecinos y que a nuestra vez influimos sobre ellos. Es un tema muy debatido el de precisar la procedencia de los cantares de gesta que parecen de probable origen aquitano. Igual incertidumbre existe respecto a los romances castellanos y la influencia en ellos ejercida por la épica francesa.