Lexikoa

ESGRIMA

Se poseen pocas noticias del arte de atacar y defenderse con arma blanca relativas a la edad media y antigua en nuestro país. La espada se ha fabricado desde tiempos ya lejanos en nuestros talleres. La esgrima, además de espada, broquel y lanza, podía ser de puñal y rodela, bastón, hacha, etc. En 1414 el rey de Navarra tenía un maestro de esgrima llamado Copin Gallant, "mestro de jugar a la esgrima con espada de dos manos". En 1464 el Maestre Ferrando, de Zaragoza, suscribía un contrato con Pascual de Tudela, comprometiéndose a enseñarle el arte de la esgrima. En 1503, el bilbaíno Alonso Garnica era ya bachiller en esgrima y deseando graduarse de Maestro fue a Zaragoza para examinarse para lo cual convocó a tres del oficio, Antonio Arufat, Joan de Regales y Juan de Aura. El día 18 de marzo del citado año tenía lugar el examen en la plaza de Barbastro, ante un concurso de unas trescientas personas. El bilbaíno hizo sus ejercicios de espada, lanza y broquel, dando resultado satisfactorio. Las citas recogidas por el P. Legarda sobre estas armas es muy interesante. Las principales son éstas: Espinel (Vida de Marcos) carga a su héroe con una de ellas, después de la bendición paterna: ..."y con esto me echó su bendición y me dio lo que pudo, y una espada de Bilbao, que pesaba más que yo, que en todo el camino no me sirvió sino de estorbo". "Tentemos la de Bilbao" -exclama Solano, requiriendo la espada en La Fénix de Salamanca, de Mira de Amescua" (Bibl. A. Esp., Riv.). En La Monja Alférez, de Pérez de Montalván, hay gresca; riñen, y Machín, criado de Guzmán, es decir, de la Monja, apela a la que lleva al cinto: Esto es hecho: allá va la vizcaína, que nunca vuelve sin hacer cecina. Un desafío, descrito por Rodríguez Fernández de Ribera (Mesón del Mundo), tiene el mismo desenlace: "Esto, dijo desembuchando de su vaina a toda Vizcaya de hierro". En El caballero invisible, novela burlesca, se nos pinta, de una pincelada, a un muerto arrojado al hoyo: "Se quedó como espada de Bilbao", La Tia Fingida mienta una "espada navarrisca". Enrique de Leguina (Los maestros espaderos) en una relación de 38 villas y lugares que sostuvieron a la par de Toledo los timbres de la industria espadera, cita los nombres de Bilbao, Mondragón y Navarra. Los puntos donde estaban establecidos en Sevilla los espaderos vizcaínos se conocen por varios documentos. Guiard (Historia del Consulado) formó una relación de espaderos de Bilbao en 1524 y 1558 y reprodujo diez marcas de otros tantos espaderos de la villa en 1524. Los machetes mentados por Garibay dejaron asimismo huellas literarias "Machetes vizcaínos afilados", brillan con siniestro fulgor en Indias, según Juan de Castellanos (Elegias...). Al "vizcaíno machete" refiérese Góngora en un romance, incluido, después, en su obra Entremés famoso de los romances. Ese machete recuerda el diálogo del clérigo vizcaíno, narrado en los cuentos de Garibay. Por otra parte, el derecho a llevar armas y la costumbre de no andar ni circular por la calle sino era armado hasta los dientes, obligaban a los ciudadanos a conocer el manejo de las armas que llevaban. Ya en 1522, encontramos una entrega de 17 libras a Arnault Cazault, de Bayona, profesor de armas nobles por haber enseñado esgrima con pica, mosquete y alabarda a habitantes de la ciudad de Angers. En 1624, una suma es entregada por la ciudad de Bayona a Jehan Vivaer, maestro de esgrima. En 1719 Solac, maestro de armas, presenta una súplica a la Corporación municipal de Bayona para que se le autorice a enseñar su arte a la juventud de la ciudad. Se puede demostrar, por la lectura de todas las peticiones que fueron dirigidas a la Corporación municipal por los maestros de armas en diferentes épocas, que todos tienden siempre a conseguir el monopolio de la enseñanza, y cuando dos competidores se coinciden personalmente, era costumbre que la cuestión se dilucidase mediante un asalto público que tenía lugar en el Ayuntamiento en presencia de los regidores y de los principales personajes. Por esta causa Jean Labussiére y el llamado Latouche, maestros de armas los dos, fueron obligados en febrero de 1709, a medir sus armas delante de una numerosa asamblea, y a presentar cada uno un alumno para que hiciesen una demostración. Bertrand Sallenave va más lejos aún, pues no contento con demostrar su habilidad en la esgrima, pidió autorización para imprimir un folleto con su método, que es el de Labussiére, que según parece creó escuela, y pidió también el permiso para imprimir las armas de Bayona sobre el título. El permiso de impresión le fue concedido, pero no se ha conservado ni un ejemplar de este curioso y particular opúsculo. Los maestros de esgrima del ancien régime -antiguo régimen-, son los siguientes: Jean Labussiére 1709; el noble Bernard, señor de Latouche, 1709; Frangois Delbonne, llamado Mercier; Joseph Jean, llamado Eveillé, en 1741; Frangois Sallenave, que se da también el título de oficial de la reina viuda de España, y Jean Baptiste Lissalde, 1761. A finales del siglo el Barón de Espeleta fue uno de los más grandes esgrimistas. Más tarde, bajo la dirección de los maestros Robert Poigt se distinguieron los floretistas bayoneses. Las relaciones entre la esgrima vasca de ambos lados del Bidasoa eran entonces muy frecuentes. Así, el maestro Bourdette organizaba en San Sebastián torneos internacionales muy reñidos. Estos torneos reunían a gran número de esgrimidores de Bayona y San Sebastián, y, a veces, de Vitoria. A éstos sucedieron otros en Biarritz, principalmente entre guipuzcoanos y laburdinos. En la postguerra se reorganiza el deporte a nivel peninsular creándose la Federación Vasco-Navarra en la que se destacan como campeones Florencio Grijalba, en florete; Lorenzo Roca, en espada; Juan Carlos Aran, en sable; y José Alfredo Oñate, en florete juvenil. La Federación Vasco-Navarra se estableció en Bilbao en la calle Colón de Larreátegui, bajo la presidencia de D. Florencio Grijalba Araluce. Entre los campeones de España se puede señalar a Casimiro Bautista Ugarte, en florete juvenil. En cuanto a la Real Federación Española de Esgrima cabe destacar a Juan José Pérez Ullívarri, como tesorero de la misma, y campeón de España en espada, en 1945. Ya en 1954 el torneo de espada de Bayona se desarrollaba durante el mes de julio en la Plaza de Armas, mientras Biarritz seguía atrayendo a los campeones internacionales con sus famosos encuentros organizados por el esgrimidor Presidente Ceretti. La Sociedad de esgrima de Biarritz se vio favorecida por el profesor Joanblanc y la de Bayona, la "Bayonne-Escrime", la presidía Pereyre, junto con el maestro Michaud.