Sailkatu gabe

DECLINACIÓN (INFIJOS SEMÁNTICOS)

Za. Sólo se usa con el afijo instrumental z, pero no con cualquier tema, sino con los pronombres personales, demostrativos y algún cuantitativo como asko. Onezaz ostean fuera de esto (Per. Ab. 194-1), azaz ganeti además de aquello (Añib. Esku-lib. 192-2) zuk nizaz, nik zuzaz atsegin hartzeko para complacernos vos de mí, yo de vos (Oih. p. 99-17). Desgraciadamente, en nuestros días, escritores que no han podido conocer suficientemente la lengua empezaron a valerse de su variante iza con todo género de palabras: lagunatzaz itz egin hablar del compañero, euzkereatzaz yiñuanari (Jaungoiko-zale núm. 4, pág. 5) lo que decía acerca del vascuence... etc. Se comprende que haya nacido esta demasía entre escritores bizkainos, pues en su dialecto lagunaz itz egin suena a "hablar con el compañero" como contracción de lagunagaz, más bien que a "hablar del compañero". ¡Qué lindamente se ve determinado el límite de este infijo en este pasaje de Uriarte! Eta i ere ire lagunaz eruki bear ezintzakan, ni izaz erukitu nindukan bezala? pues no debías también tú tener compasión de tu compañero, así como yo la tuve de ti? (Matth. XVIII-33). También en el precioso libro de Refranes y Sentencias se leen ejemplos de az, sin que indebidamente pase zaz a ocupar su puesto: izpizatzen det Aita ez Ama dirudian abereaz reniego de la bestia que a su padre ni madre parece (Ref. 313). Es verdad que Inchauspe, que escribió de todo: traducciones y tratados, pero que no reveló profundidad en ellos, trae ejemplo como lurreko gaizetzaz mintzatzen entzutea oír hablar de cosas de la tierra. (Imitazionea 148-7). No la creo locución ajustada al espíritu de la lengua. Varios lingüistas de allende el Bidasoa se ocuparon algún tiempo en traducir estas dos locuciones: hablar en vascuence y hablar del vascuence; y para una y otra decían eskuaraz mintzatu. A nadie le ocurrió recurrir al impopular e incorrecto eskuaratzaz para expresar la segunda locución; siendo de advertir que son ellos, los vascos orientales, los que más se valen del instrumental z para designar la idea "acerca de", ellos los que más se valen de zaz con los temas pronominales antes citados; pues nosotros, generalmente decimos -en gainean o ganean traduciendo a la letra la locución castellana "sobre tal cosa". Hace unos sesenta años sucedió en Lekeitio que mi padre y un amigo suyo, discutiendo "acerca de qué" había hablado el predicador y para salir de dudas recurrieron al sacristán. Uno de ellos le preguntó: Pedro ¿zeren ganean berba egin dausku sermolariak? El interpelado respondió con sorna: pulpituen ganean sobre el púlpito. Lizarraga de Elcano, en la Vida de S. Francisco Javier, publicada en 1922, dice en la pág. 20-26: ez lotsatzeko deustaz ere, ez eriotzeaz, ez benenoez, ez ezpata, saeta, arma guziez, ez mundu guziaz ere para no temer de nada, ni de la muerte, ni de venenos, ni de espada, saetas, de todas las armas, ni siquiera de todo el mundo. El infijo ta sólo figura con el tema deus sinónimo de ezer. Aguirre, en sus Pláticas, trae entre otros este texto: dio Jeremiasek onelako pekatariaz Jeremías dice de semejante pecador. Axular en su celebrada obra expone el sufijo instrumental z en el título de varios de sus capítulos: gaztetik zahartzera penitenzia luzatzen duenaz (cap. XIII), zahartzean ere penitenzia egiten eztuenaz (cap. XIV), heriotzeraino bekhatutan egon gogo duenaz (cap. XV), eremusina egiteaz eta handik sortzen den probetxuaz (cap. XVI), etc. Jamás se lee tzaz o zaz por z fuera de los temas pronominales. Tiene este infijo por variantes ta (AN, B, BN-s, L, R) y tza (S). Ejemplos de ta se han visto arriba. De tza, legítimamente usado, nos da Inchauspe en su Imitazionia ( 146-10): zihaurtzaz ezdeuseala zoaza bethiere de vos mismo vais eternamente a la nada. Años antes que este libro escribió Inchauspe la traducción suletina de los diálogos vascos publicados por Bonaparte el año 1857. Hay en esta traducción cuatro ejemplos del barbarismo que puso en solfa el socarrón de sacristán de mi pueblo natal. Abereska zunbaiten gañen sobre algunos animalejos (Dial. basq. 3-8), nahi nüke zerbait jakin iñhürien gañen quisiera saber algo acerca de las hormigas (Ibid. 29-3), zeren gañen elhe eginen dügü acerca de qué hablaremos (Ibid. 68-3), zuk nahi düzünen gañen de lo que tú quieras (Ibid. 68-5). Hay sólo un ejemplo de tzaz con un tema pronominal como exige la lengua: eztuzu zertzaz zorobila no tienes por qué volverte loco (Ibid. 13-8). No hay un solo ejemplo de este infijo con temas no pronominales. Y en cambio, se leen siete ejemplos del sufijo instrumental z (sin el infijo) con esos mismos temas: eztugu khexü izateko gure biziaren laburtasunaz no tenemos que quejarnos de la cortedad de nuestra vida (Ibid. 9-7), erlez sobre las abejas (Ibid. 10-3), lurlanaz de labranza (43-2), aberez mintzatü hablar del ganado (54-3), osagarriaz acerca de la salud (74-6, itxesez de los destrozos (119-1), bestelako gaizaz de otra clase de cosas (108-3). De manera que, en frente del gaizetzaz que se le escapó en su Imitazionia, trae Inchauspe en los Diálogos laburtasunaz, erlez, lurlanaz, aberez, osagáriaz, itxesez y aun gaizaz. Con lo dicho parece que basta para confirmar la teoria sustentada. Por lo que hace al uso o no uso de la vocal epentética con este infijo, pocos ejemplos podrían recogerse referentes a uno u otro caso. En Moguel (Per. Ab. 194-l), he visto la epentética en onezaz ostean además de esto y Leizarraga trae este otro sin ella: berarzaz osoki de él enteramente (Suppl. 7-20). Los vocablos indefinidos, como se indicó ya por lo que hace a su declinación, son reales los unos; los otros, aparentes. Son aparentemente indefinidos aquellos que van acompañados de algún determinante secundario: lau gizon cuatro hombres, zein atso qué anciana, agure au este anciano, nerabe bat un adolescente. Lo son realmente los que no admiten determinación, ni primaria (gizona, gizonik, gizonok) ni secundaria (lau gizon). No hay por qué repetir aquí qué ideas indica esta real indeterminación. Los vocablos de esta naturaleza reciben siempre en sí mismos las desinencias de declinación: oiñi ezin eraginda no pudiendo imprimir movimiento a ningún pie (Per. Ab. 89-25). Los aparentemente indefinidos los reciben también en sí mismos cuando el demostrativo o cuantitativo correspondiente les precede: zein etxetan en qué casa, zeinbat egunetarako para cuántos días. Puede suceder que en uno y otro caso, tales vocablos estén acompañados de adjetivos, y como éstos se posponen siempre, a ellos les incumbe la declinación. Erriri a ningún pueblo, erri arrotzi a ningún pueblo extraño (Ur. Exod. XXI-8). Todos los indefinidos, tanto los aparentes como los reales, tienen idéntica declinación, con los mismos infijos ta y gan (o baita) según sea el alcance semántico del vocablo, como puede verse en los dos paradigmas. Lau neskatila mutilzalegaz con cuatro muchachas marimachos. Etzaite inos ezkondu neskatila nasal, baldan ta mutilzalegaz no te cases nunca con ninguna muchacha desenvuelta, ociosa y marimacho (Per. Ab. 107-24). En el párrafo precedente se ha citado el alcance semántico del vocablo, añadiendo que de él depende el uso de un infijo o de otro. Puntualicemos la idea. No estuvo acertado Duvoisin al decir "que el genio de la lengua (de la nuestra) no permite que el ser dotado de razón sea tratado como los objetos o animales creados para su uso". Creo fue el abate Darrigol el primero que, tratando de la declinación vasca, habló, y con acierto, de seres animados e inanimados. Las personas no tienen en nuestra declinación privilegio sobre los animales. De la misma manera que aitagana noa voy al padre se dice también zaldiagana noa voy al caballo, pero no zaldira, como decimos, tratándose de seres inanimados, mendira a la montaña, ibaira al río, iturira a la fuente. El citado Duvoisin llevó a la práctica su errónea doctrina respecto del privilegio que en la declinación gozan los seres dotados de razón. En el curioso libro Dialogues basques, sólo un ejemplo se registra de vocablo de ser animado irracional, usado en caso directivo. Lo redactó Duvoisin, autor de la traducción labortana. Ez da zezenera behirik eraman behar literalmente "no se debe llevar vaca al toro" (Dial. 95-10). No hay vasco que diga zezenera por zezenagana o zezenarengana. Inurriagana (enviar) a (donde) la hormiga se lee en Bart. Icas. I, 262-24. Creo no haya escrito nadie inurrira. En plural es muy frecuente valerse de esos vocablos como si fueran de seres inanimados: lagunetara por lagunakana, etzarete eneardietarik no sois de mis ovejas (Leizar. Joun. X-26). En este caso no decimos ene ardiakandik o ardiengandik. Ez naiz igorri... ardi galduetara baizen no he sido enviado sino a las ovejas perdidas (Leizar: Mat. XV-24). Ardi galduakana o galduengana suena tan bien por lo menos. Analicemos los dos paradigmas. A) No hay por qué hablar del caso pasivo, que en realidad, no es caso sino base de declinación. Los tres artículos primarios (el indefinido, el genérico y el concreto) que le caracterizan, se aplican por igual a vocablos de seres animados e inanimados: zubirik, zubia, zubiok y gizonik, gizona, gizonok. B) Los cuatro casos siguientes: el activo, dativo, posesivo y destinativo corresponden a todo género de seres tanto animados como inanimados, aunque mejor encajan en los primeros, especialmente si se toma a la letra su denominación; pues la actividad, la recepción, la posesión y el destino no parecen tan propios de seres que carecen de vida. A. d'Abbadie después de refutar a Lecluse (que sostenía que los nombres de personas forman su genitivo con aren: gizona, gizonaren y los de lugares con ko: Erroma, Erromako) alegando que con la misma propiedad que etxeko athea la puerta de la casa, se dice también etxearen hegatza el tejado de la casa... termina con estas notables palabras: es evidente que la desinencia ko significa pertenencia de posición, mientras que el caso aren expresa pertenencia inherente.