Sailkatu gabe

DECLINACIÓN (INFIJOS SEMÁNTICOS)

Baita, beita (baitha, beitha). Del origen de este infijo y del de su sinónimo gen antes expuesto habló el príncipe Bonaparte en una formidable repasata dirigida a Vinson con el largo título de Remarques sur certaines notes, certaines observations et certaines corrections dont M. J. Vinson a accompagné l'essai sur la langue basque par F. Ribary. Después de exponer que baila en el sentido de "casa" existe en algunos dialectos lombardos y que gan se traduce literalmente por in casa o in ca de los italianos, concluye diciendo: l'Italie presenterait donc dans ses dialectes le mot basque baita et l'euskara a son tour aurait adopté ga, derivé de l'italique ca ou casa. Italia presentaría, pues, en sus dialectos el vocablo vasco baita, y el vascuence a su vez habría adoptado ga, derivado del itálico ca o casa. Que baita sea originariamente vasco me es tan difícil de creer como que gan no lo sea, mientras no haya razones más poderosas que abonen una y otra aserción. No es ga nuestro infijo declinativo, como dice Bonaparte, sino gan. Baita es un vocablo italiano que si no en la mochila llegó al otro lado del Bidasoa en labios de soldados, como a este lado llegaron por lo menos abiatu emprender y lolo cizaña. Con mucho acierto distingue Duvoisin entre uno y otro elemento, el importado y el indígena: gizonen baithan, dice él, significa "en casa de los hombres", mientras que gizonengan equivale a las palabras "en la persona de los hombres". Según se quisiera aludir al lugar o a la persona, continúa, convendría servirse de gan o de baithan y tan solo figuradamente puede el uno sustituir al otro. Los vascos occidentales indicamos la idea de casa con el posesivo, al cual se le agrega cualquiera de los afijos locativos de declinación. Aitarenean en la (se entiende casa) del padre, geurera doa va a nuestra (casa); Mitxeleneko mutila el muchacho de casa de Michel. Al gurebaitan de allende el Bidasoa corresponde aquende gurean en nuestra casa, lit. en la de nosotros; al Aitaren bailan sustituye aquí Aitarenean en casa del padre, lit. en la del padre. Y para que la mutua semejanza y sustitución sea aún más patente, recordamos que a los toponímicos (mejor diríamos aquí oikonímicos, nombres de propiedades o cosas) Urkijobaita y Daranazbaita de allí corresponde entre nosotros Karlosene, Emilianea, Isidrone... etc., de tal modo que ni este ene ni aquel baita significan "casa" fuera de la declinación. ¿Quién ha dicho nunca baita bat una casa, baita zahara la casa vieja? Por lo demás, no tenía el benemérito príncipe necesidad de ir hasta Italia en busca de su ca. En Castilla se usan aun en nuestros días locuciones como "en ca la tía Geroma" por en casa de la tía... Los suletinos dicen beita por baita y en varias comarcas intercalan una aspiración en la última sílaba: baitha, beitha. Prosigamos el paralelo antes iniciado. Tanto al posesivo, designando casa, como a los infijos gan y baita se les aplican igualmente los afijos de declinación locativos: aitagan, aitarengan en la persona del padre; aitarenean, aitaren baitan en casa del padre; y asimismo los demás aitagana, aitaganantz, aitaganako, aitaganaiño, aitaganik... etc. Pueden verse en el diccionario las locuciones y grupos articulados que forman baita (p. 126, col. 3.ª) y beita (p. 145, col. 3.8). ¿La epentética e se agrega o no a este infijo? Aunque la epentética e no se une con el infijo anterior, con dan; con este segundo se oye en ejemplos, especialmente bizkainos, como gizon onegana, orégana, bategana, zeinegana. Sin embargo, se oyen también ejemplos como Markosegana y se leen Adangana (Ur. Gen. II-22) Enokgandik (Ur. Gen. IV-18), ezpata batgandik (Ur. Lev. XXVI-36).