Kontzejuak

AÑÉZCAR

Urbanismo y construcciones civiles

Se encuentra en una zona baja, en el centro de un amplio valle y casi ya a la vista de la capital. La iglesia ocupa un leve promontorio, y de ella parte una callecita donde se encuentran la mayoría de las casas que constituyen, por otro lado, un casco urbano muy reducido. La proximidad de Pamplona y la presencia de varias empresas radicadas en la localidad han estimulado, no obstante, la reciente construcción de un grupo de viviendas unifamiliares.

Junto a la iglesia se alza un edificio de construcción moderna, que debió albergar la antigua escuela en planta baja y la vivienda del maestro en alto. Desde aquí arranca la calle antes citada, que muestra en su lado izquierdo casas donde predominan las dos alturas, aunque no hay un criterio uniforme en cuanto a tratamiento de muros y vanos. Se trata, en cualquier caso, de casas de sabor popular y humilde. Enfrente hay otra vivienda que se levanta exenta y muestra planta rectangular, tres alturas y tejado a dos aguas con caballete asimétrico. Los muros llevan restos de un enlucido muy degradado, y los vanos se abren de manera desordenada, obedeciendo más a la lógica interior que a la simetría compositiva. Son rectos, a excepción de la puerta, que es un medio punto con trece dovelas. Más adelante hay una casa remozada de planta muy alargada y desarrollo horizontal, con dos alturas. Los muros son de mampostería sin enlucir a día de hoy, y se abren mediante arco de medio punto de trece dovelas largas.

En la carretera hay un caserón cuya tipología recuerda a otras vistas en los valles situados más al norte y occidente. Tiene planta cuadrangular, tres alturas y tejado muy desarrollado a dos aguas y con vistoso alero. Los muros van enlucidos y con cadenas de sillar en enmarques y esquinas. Los vanos son rectos, a excepción del acceso que va en medio punto. Una inscripción situada sobre la puerta, reza: ME HAN CONSTRUIDO/ MARTINA GELDDONAZ/ AR Y LORENZA SANGÜESA AÑO D/ 1846. Cerca encontramos otro bloque con similares características, aunque se ha suprimido el enlucido. El tejado va sobre caballete asimétrico, las ventanas son rectas y con antepechos moldurados, y la puerta consta, una vez más, de arco de medio punto. Otras casas muy transformadas muestran elementos reaprovechados, en algún caso de manera extemporánea.

Ermitas

Pérez Ollo cita la de San Salvador, hoy desaparecida. Se ubicaba en lo alto de la peña que domina la localidad. En 1796 Igual de Soria, obispo visitador, mandaba que "se componga la hermita del Salvador de todo lo necesario".

Parroquia de San Andrés

Se trata de un templo protogótico de hacia el año 1200, aunque la cabecera se añadió posteriormente, dentro todavía del gótico, y aún se realizaron reformas en el siglo XVI. La planta consta de una única nave, dividida en cuatro tramos iguales y con una cabecera poligonal de tres lados. La sacristía es una estancia amplia, de planta cuadrada, que se adosa a la cabecera por el lado del Evangelio. Junto a ella se abre una pequeña capilla, en el tramo que precede a la propia cabecera. La puerta, por su parte, se abre en el muro meridional o de la Epístola, a la altura del segundo tramo. Va protegida por un pórtico sobre pilares.

Los muros son de sillería, y se perforan mediante cinco ventanas, abiertas en cabecera, muro meridional y hastial de los pies. La del muro axial lleva arco apuntado con arquivoltas. A los pies de la nave hay además un coro alto de madera, con arco de embocadura rebajado y decorado con un friso a base de bolas y rosetas, que permiten llevarlo al siglo XVI.

La nave se cubre con una bóveda de cañón apuntado, articulada además por arcos fajones apuntados de sección cuadrada, que apean sobre ménsulas bilobuladas, unidas a su vez por una imposta que recorre todo el perímetro interior del templo. La cabecera recibe una bóveda de tres paños con nervios moldurados, en cuya clave se ha labrado el Agnus Dei. Apean también en ménsulas, esta vez de diseño poligonal. La capilla lateral se cubre mediante un corto tramo de bóveda de cañón, mientras que la sacristía tiene un simple cielo raso, aunque se aprecian las ménsulas para el arranque de los nervios de una bóveda de crucería que hoy falta.

Al exterior vemos la torre, que es un volumen prismático de aspecto macizo, reforzado por dos contrafuertes y abierto en alto por dos medios puntos para albergar las campanas. En un lateral hay trazas de lo que parece ser un arco de descarga con perfil apuntado, hoy colmatado. El pórtico es de piedra, y se abre por dos arcos apuntados de diferente tamaño, que apean en un pilar común, de sección cuadrada y sin moldurar. La puerta propiamente dicha consta de arco de medio punto sin tímpano, cuyo derrame se salva merced a tres arquivoltas molduradas en cuyas claves se han labrado cuatro medallones que figuran, sucesivamente, un mascarón que representa un hombre barbado, un crismón trinitario, una suerte de escudete y una cruz de brazos iguales decorada con aspas y flor central. Apean estas arquivoltas en columnas de fuste cilíndrico liso y capiteles individuales, que llevan la siguiente decoración: hojarasca, dos figuras humanas abrazadas, un ave rapaz que porta un conejo en sus garras, tres hombres de los cuales el de en medio está arrodillado y con los brazos en alto, una mujer de pie, mesándose los cabellos entre dos figuras masculinas, y dos centauros enfrentados. Los cimacios, por su parte, llevan palmetas, hojarasca, racimos etc. La rosca del arco lleva decoración a base de ovas, que se prolonga por las jambas, mientras que por el exterior del arco corre un guardalluvias, que apea en sendas ménsulas, y que va decorado con una sucesión de arquillos de herradura. Por encima de esta portada hay un tejaroz sobre siete ménsulas de piedra labrada, que representan rostros humanos y demoníacos, así como alguna cabeza de animal.

El interior estuvo presidido por un retablo hoy desaparecido. La talla titular de San Andrés, renacentista del XVI, se encuentra aún en el presbiterio, constituyendo un ejemplar de buena calidad. Otras piezas procedentes del mismo retablo se hallan hoy esparcidas por el resto del templo, constituyendo ejemplos de estilo manierista. Anotamos tablas pintadas de el Juicio de San Andrés, Martirio de San Andrés, Cristo a la Columna, Vocación de los Apóstoles, Oración en el Huerto, Lavatorio de Pilatos, Crucifixión, y las santas Santa Bárbara y Santa Águeda.

En el lado del Evangelio, en la capilla lateral más concretamente, encontramos un relieve de Santa Catalina, renacentista del XVI, también procedente del desaparecido retablo. Se representa de pie, ante el Emperador de Roma, con la rueda de su martirio y con la correspondiente palma. Cerca hay una Virgen del Rosario, romanista del XVII.

En el lado de la Epístola encontramos una talla moderna de la Dolorosa, de las de vestir, y un aguabenditera del XVI con pedestal cuadrado, fuste liso cilíndrico y taza semiesférica gallonada y decorada con una moldura dentada.

En el bajo coro se cuelga un Crucificado algo tosco, datable como del XVI, así como una pila bautismal con basa circular, fuste ochavado y taza semiesférica gallonada y decorada con una triple moldura. Como es habitual, en la sacristía se custodian además varias piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)