Concepto

Sublevación de Froya

Conquista de Navarra: Conferencia de 1518 en Zaragoza. A partir de la conquista de Navarra en 1512 por Castilla, tanto ésta como Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y La Rioja viven bajo la corona castellana aunque aferrados a sus Fueros como unidos a la Corona de Castilla, pero no al Reino. Navarra es conquistada por las armas y no faltan las tentativas y conferencias con el rey Carlos para la restitución del Reino. Una de esas conferencias entre embajadores llegados de Francia es la celebrada en Zaragoza en mayo-agosto de 1518 donde los representantes de Navarra permanecieron desde el 5 de mayo como meros espectadores, esperando el día, siempre diferido, en que les fuera dado presentar y discutir sus reivindicaciones. Tenían puestas sus esperanzas en la influencia del rey de Francia Francisco I, ya que el rey Católico deseaba conservar a todo trance la amistad con el rey francés.

Se aseguró que Fernando había "visto y oído con gusto a los embajadores navarros que habían ido a la Corte", "los cuales propusieron la idea de un matrimonio, idea que fue reputada como muy buena por el rey Católico y que se esperaba despacharles bien". Toda excusa fue buena para diferir las conferencias de Zaragoza, que se aplazaban sistemáticamente. Llegó a Zaragoza el mes de julio un enviado de Enrique de Albret, el capitán de Mazières, trayendo la noticia de que La Chaux había sido despachado por el rey de Francia y estaba camino de Aragón, que las reclamaciones de Francisco I a la corte española eran muy buenas y que pesaban mucho, y tal vez eran definitivas para la restitución del Reino de Navarra. No bien había regresado La Chaux, cuando los embajadores navarros, asesorados por La Rochebeaucourt, solicitaban su respuesta al rey Católico. Si no se resolvía el pleito navarro no habría otro recurso que el de las armas. Los ministros se vieron obligados a conceder una última audiencia a los diplomáticos navarros los primeros días de agosto. Pero esto solamente sirvió para escuchar, tras cinco meses de espera, una contestación tan dilatoria como la pasada:

"Que dichos embajadores -manifestaba el rey Católico- se dignen tener paciencia y esperar unos tres o cuatro meses, durante los cuales hablaré con los castellanos y otras personas con quien quiero comunicar de este asunto, y después que lo haya comunicado daré razón de dichos reino, vizcondado y señorío reclamados por ellos, en forma que dicho rey de Navarra tenga motivo para contentarse".

Los embajadores navarros, abandonaron Zaragoza convencidos para siempre de la intención de los españoles: para ellos este nuevo aplazamiento era el exponente revelador del firme propósito que tenían los castellanos de no restituir el reino de Navarra. Y es más, en el mayor secreto, se hizo ceder a la reina Germana de Foix, viuda de Fernando el Católico, todos los derechos que alegaba la casa de Narbona sobre los estados de Foix y de Navarra, derechos por cierto, que habían sido admitidos imprudentemente por Luis XII, llevado por su antipatía hacia la casa de Albret, y que Germana reputaba válidos a pesar de la sentencia del 7 de octubre de 1517. La cesión de que se habla tuvo lugar el 22 de agosto de 1518. Y se mantuvo en secreto, para evitar las recriminaciones de los reyes de Francia y de Navarra. La reina de Aragón se consideraba sucesora directa de Navarra como nieta de Leonor. Así terminaron las negociaciones de Zaragoza.