Concepto

Serora

Así se les llamaba y se les llama a las mujeres que cuidan las iglesias, parroquias y ermitas y se encargan de diversos aspectos sociales y religiosos (figura similar a las sacristanas). En los documentos castellanos y franceses estas mujeres han recibido diferentes nombres, dependiendo del lugar y la época: serora, sorora, beata, freila o breira, benoîte o benedicta, hospitalera, emparedada, recluse, etc. Sin embargo, en la literatura vasca hasta el siglo XVIII predominaba el término serora, también para las que más tarde se denominarían como monjas (moja). En Iparralde se sigue empleando el término también hoy día, de manera que la distinción que se hace en Hego Euskal Herria entre moja y serora, en Iparralde se realiza mediante los términos serora y andere serora, respectivamente.

Las actividades de las seroras se enmarcaban dentro el ámbito tanto religioso como laico. Los conocimientos que hoy día poseemos sobre estas mujeres se deben en gran medida a los documentos de la Edad Moderna, si bien un seguimiento documental de su presencia nos llevaría por lo menos hasta la Edad Media. Por lo general, las seroras más jóvenes eran aquellas mujeres que no habían podido o querido casarse, aunque también eran comunes las viudas que querían mantener su independencia.