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Otano

Otano es, junto con Yárnoz, Ezperun y Guerendiáin, uno de los cuatro pueblos del valle de Elorz que se levantan en la falda de la sierra de Alaiz, en un tramo del antiguo tramo de la ruta jacobea que transcurría entre Monreal y Tiebas. Tiene una disposición muy similar a Yárnoz, con una calle que asciende hacia la iglesia, que se dispone en lo más alto. Hasta hace unos pocos años, Otano tenía numerosos e interesantes ejemplares de casas góticas, aunque desde el año 1990 a esta parte algunas de ellas han sido derribadas para construir casas modernas e incluso un corral de ovejas.

Al comienzo de la calle, a mano izquierda nos encontramos varias casas en ruinas, así como un inmueble construido en ladrillo sobre una casa más antigua. Remata en una galería de arquillos. Sigue una casa de desarrollo horizontal, con larga fachada enlucida y dos alturas. Algo más adelante encontramos una casa gótica, de planta cuadrangular y dos alturas. Sus muros han perdido el enlucido, dejando ver una mampostería menuda con cadenas de sillar. En planta baja se abre mediante un arco rebajado reforzado con ménsulas lobuladas, y en alto lleva una elegante ventana geminada, con arquillos conopiales. Más arriba hay una casa de similar formato, aunque ha sido reformada. Se abre también con arco rebajado, recortado en un dintel semicircular de gran formato, y en alto lleva una ventana geminada con arquillos también conopiales. Otra ventanita muestra arco conopial simple, y hay además un escudo anómalamente dispuesto en el muro.

En la parte alta del pueblo vemos varias casas de similar formato y origen medieval, en precario estado de conservación, y una mejor conservada, que se abre con gran arco de medio punto, conformado por trece dovelas muy largas, que nos llevarían a principios del siglo XVI. Terminan la calle dos casas arregladas, una de ellas con inscripción de 1998.

Una calle lateral abre hacia el oeste una placita donde se ubica casa "Santxorena", que es un bloque horizontal en ruinas, abierto por un elegante portal de medio punto y largas dovelas, datable como del siglo XVI. Junto a ella se conserva la puerta de una casa perdida, que conserva aún en su lugar un escudo barroco, aunque sus armas no se corresponden con los lobos y las lises que el Libro de Armería del Reino de Navarra dan para el palacio de Otano (L.A.R.N. nº 264), que consecuentemente debemos considerar perdido. Sigue un caserón de planta cuadrada y muros hoy sin enlucir, que dejan ver una mampostería con cadenas de sillar, tres alturas y tejado en pabellón. En planta baja se abre con un recio portalón adintelado similar a otros, dieciochescos, que hemos visto en Elorz. Encima hay un balcón corrido con tres salidas, y rematan tres tragaluces en el ático. Algo más arriba se abre otra calle hacia el lado oriental, donde vemos una única casa, con dos alturas, portal de medio punto y resto de ventanas rectas. Hoy no muestra enlucido en sus muros.

  • Puente Medieval

Fuera del casco urbano de Otano y junto al río Elorz pueden encontrarse las ruinas de un pequeño "molino farinero", bien documentado en los siglos XVII y XVIII (Aicua-Asiron, 1990). Junto a este hay un puente medieval, restaurado hace pocos años, que consta de cuatro arcos, alguno de los cuales muestra claro apuntamiento. Es una lástima que la citada rehabilitación haya incorporado una fea y extemporánea barandilla metálica.

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  • Parroquia de la Ascensión

La fábrica es de origen medieval, perteneciendo a un protogótico de hacia el año 1200, aunque fue remozada en el siglo XVI, con una reforma que afectó a las capillas laterales, a la puerta y al sistema de cubiertas. La planta es de cruz latina, con una única nave dividida en cuatro tramos cuadrados e iguales, de los cuales el último ejerce como cabecera, terminada en testero recto. El acceso se practica por el lado del Evangelio, en su segundo tramo, y va protegido por un pórtico ligero. En el muro frontero se aprecia el volumen para alojamiento de una escalera intramural de acceso al coro y a la torre. Dos capillas se abrieron en el tercer tramo de la nave, a modo de transepto embrionario, mientras que la sacristía es una estancia de planta rectangular, acomodada en el lado septentrional de la cabecera.

Los muros son de sillería menuda, aunque se aprecia el recrecimiento de ladrillo que se corresponde con las obras del siglo XVI, y al interior van enlucidos. Para dar luz a este interior se practicaron sendos óculos en los brazos del transepto, y otros dos en la cabecera. A los pies de la nave hay un coro alto, con embocadura solucionada mediante un amplio arco escarzano, que procede también de las reformas.

La nave recibe un variado grupo de cubiertas. El primer tramo de la fábrica se cubre con una bóveda reticulada, igual que ocurre en el sotocoro, mientras que el segundo tramo recibe un tramo de bóveda de terceletes, el correspondiente al crucero una bóveda estrellada, cuyos nervios dibujan una flor de cuatro pétalos, y la cabecera otra bóveda estrellada, sobre trompas aveneradas. También las capillas laterales llevan bóvedas de crucería. Todas las claves van decoradas con cabecitas de querubines, y los nervios apean sus cargas en ménsulas encastradas en los muros perimetrales.

Al exterior llama la atención en primer lugar la torre, que apoya, como suele ser habitual, en el primer tramo de la nave, y tiene fuste corto y macizo, perforado en alto por un arco de medio punto para alojamiento de la campana. Remata con tejado a cuatro vertientes. Un pórtico de madera cobija la portada, que se soluciona mediante un arco de medio punto de sabor renaciente, con un leve abocinamiento, tres arquivoltas sobre columnitas y moldura a modo de capitel corrido.

Este templo ha permanecido durante muchos años abandonado y utilizado como pajar, y su ajuar litúrgico ha sido llevado a otros lugares. El retablo, ejecutado por Juan de San Juan en 1616 en estilo romanista, fue trasladado a la parroquia de Ayegui, mientras que los laterales, de fines del XVII, se encuentran en Iraizotz (Ultzama), y el Crucificado fue llevado a la parroquia de San Raimundo de Pamplona. En el Museo Diocesano de Pamplona se custodia, por último, una imagen gótica de la Virgen con el Niño, del siglo XIV. La imagen es sedente, frontal, con el niño sobre la rodilla izquierda de la Virgen, que levanta su mano mostrando un atributo. El Niño sostiene un libro en su mano izquierda, faltando la otra. Todavía es posible admirar in situ una pila de bautismos medieval, probablemente del XII, con corto y grueso fuste, subcopa troncocónica invertida y taza cilíndrica decorada con bolas.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, vol. III, C.A.N. 1982, pp. 65.
  • FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara: Imaginería medieval mariana, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 375.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. IV*, Merindad de Sangüesa, Abaurrea Alta-Izalzu, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1989, pp. 263-265.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 297.
  • MENÉNDEZ PIDAL, Faustino; MARTINENA, Juan José: Libro de Armería del Reino de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2001, nº 264.
  • V.V.A.A. El Valle de Elorz. Naturaleza, Historia y Arte. Pamplona, Ed. Ayuntamiento del Valle de Elorz y Príncipe de Viana, 1990, pp. 189-193.

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