Concepto

Nación (versión de 1991)

El concepto «nación» en Euskal Herria. Euskal Herria, en lengua vasca, Vasconia, en latín y en las lenguas derivadas de él, es un grupo humano que radica en un mismo territorio, usa un idioma propio y vive una tradición peculiar.

La vieja nación vascona. Euskal Herria, Vasconia, puede considerarse en sus tres vertientes patria, pueblo y nación con un cierto acento en el vínculo familiar, territorio y poder político respectivamente. Los textos latinos de la Alta Edad Media emplean las tres acepciones cuando dicen tota Vuasconiae patria (Fredegario, s. VII), patris Wasconiam (Eginhard, s. VIII), patria, quae dicitur Wasconia (Ann. Ravnn.), gentis Wasconorum, «pueblo de los vascones» (Fredegario, s. VII), Wasconum gentes (Jul. Toletam.), «pueblo vascón»; Wasconum nationem, «nación de los vascones» (Fredegario, s. VII), Wasconum nationem (El Astrónomo, s. IX). Hay alusión al país y al territorio, en concreto, con las expresiones in terra Vuasconiae«...en tierra de Vasconia» (Fredegario, s. VII), y al poder político en Wasconum princeps, «príncipe de los vascones» (Ermoldus Nigellus, s. IX), ... rex Wasconum, «rey de los vascones» e incluso encontramos el empleo de la voz de «región», como comarca regida por un rey, en in regione Wásconum (Annalis Regii, hasta 829). La palabra Vasconia se emplea en singular, salvo en una sola ocasión en la que Vasconia se halló desmembrada. A sus habitantes se les alinea con los de otras gens o naciones de su época, como en esta cita: Saxones, Frisiones, Alamanes, Baiowarios, Aquitanos, Wascones, atque Brittones. Harum gentius duces... (Sajones, Frisones, Alemanes, Bávaros, Aquitanos, Vascones y Bretones. Los jefes de estos pueblos...» (Ann. Franc. Metens.). Se les da, pues, la calificación de pueblo, una de las vertientes de la nacionalidad. El nombre Vasconia llegó, a veces, a prevalecer sobre el de Aquitania pero por lo general la alianza de aquitanos y vascones se mantuvo con separación neta de ambos ducados aunque bajo un mismo duque y una empresa política común. Hoy llamaríamos a esta unión ducal, una confederación entre ambos pueblos: el aquitano, en la orilla derecha del Garona, y el vascón, en la orilla izquierda, hasta las últimas estribaciones prepirenaicas, cerca del Ebro. No nació de esta alianza una nacionalidad nueva, como pretende Perroud, sino un estado nuevo binacional que, si bien desaparece, no tarda en volver a aparecer cuando las circunstancias lo permiten, como ocurrió entre 660 y 670 hasta la desmembración en 768. Esta desmembración comienza por solo Aquitania, continuando Vasconia independiente con duque propio, Waifre, hasta que también le llega su turno, en la escalada imperialista de los carolingios. El sentimiento nacional supratribal pervive siglos y siglos poniéndose de manifiesto en las continuas revueltas vasconas contra godos y francos. Constituído el Reino de Pamplona en 824, el primer rey Eneko lleva el apelativo de «El Vascón». La vieja patria, la vieja gens, la vieja natio intenta recuperar la dimensión política que le corresponde. De ducado se pasa a reino. Ya en 982 tuvo lugar la «expedición de las tres naciones refiriéndose a León, Castilla y Pamplona. En 1076 se rompe por primera vez el Reino de Pamplona pasando a poder de Castilla todo su occidente (Alava, Rioja, Guipúzcoa y Vizcaya). En 1087 se consolida la situación y se erosiona al Reino con la creación del Condado de Navarra, en su centro, como vasallo del rey de Castilla Alfonso VII, titulándose éste «...constitutus Imperator super omnes Spanie naciones». «Emperador de las naciones de Hispania. No es la primera vez que se reconoce a Castilla, Aragón y Navarra su condición de «naciones» pero ahora el reconocimiento parte de la más alta cota de poder, la realeza.

Bernardo ESTORNÉS LASA