Auñamendi Eusko EntziklopediaFondo Bernardo Estornés Lasa

Película producida por Enrique Cerezo P.C. y dirigida por el director guipuzcoano Antonio Mercero en 1998. Al parecer la idea de este proyecto surgió mientras el cineasta leía las memorias de Manuel Azaña.

Las reflexiones del líder republicano sobre el traslado de las obras de arte del Museo del Prado ante el cerco de la capital durante la guerra civil resumidas en la frase "el Museo del Prado es más importante que la Monarquía y la República juntas" le impulsaron a escribir la historia de Manuel (Gabino Diego), un ingenuo celador anarquista del Museo que se queda en el Madrid sitiado por el bando franquista y encuentra un autorretrato de Goya olvidado en los sótanos tras el traslado de las obras fuera de Madrid. A partir de ese momento todo su empeño se centrará en proteger la obra y restituirla a su lugar en cuanto tenga una oportunidad. A lo largo del film se muestran constantemente las penurias de la población para sobrevivir al terrible asedio de la ciudad. La labor de ambientación es extraordinaria. El trabajo en la dirección artística de Gil Parrondo, que vivió la contienda en la misma ciudad durante la adolescencia, fue decisivo. Las fotografías de Robert Cappa también fueron una importante referencia histórica para ambientar la película. Como no podía ser menos el retrato humano que aflora en la película es desolador. Las guerras sacan lo mejor y lo peor de las personas. En este sentido contrastan la bondad esencial de personajes como Manuel y su novia Carmen (Leonor Watling) con una serie de individuos que encuentran en ese hábitat asfixiante el ambiente idóneo para vivir.

El anticuario recreado por José María Pou, por ejemplo, que incrementa sus negocios en medio de la tragedia. Lucas, un ser despreciable que se mueve como una serpiente entre los cascotes y la miseria floreciendo con el mercado negro y que, una vez conquistada la ciudad por el fascismo, se convertirá de repente en un despótico jefe de Falange. Por no hablar del repulsivo Gerardo (Ramón Agirre), chivato de los milicianos durante el sitio y chivato de los fascistas después, una vez que Madrid ha sido tomada por Franco. Por lo demás nadie se salva de la mirada severa de Mercero. Los fascistas son unos viles asesinos que bombardean continuamente Madrid asesinando a mujeres y niños. Los milicianos siembran el terror por la ciudad para imponer su autoridad. Como en la magnífica escena en la que encuentran a un cura (Txema Blasco) y lo sacan a rastras de su escondrijo para ejecutarlo. La puesta en escena y la resolución de la película son dignas de destacar. En la brillante secuencia inicial Mercero muestra la vida cotidiana en un patio de Madrid paseando su cámara por todos los vericuetos de esas vidas corrientes hasta que de pronto una bomba siembra el horror destrozándolo todo.

El largometraje tuvo una buena acogida de la crítica. Logró además diversos galardones en su trayectoria por los festivales cinematográficos. Obtuvo el Premio Especial del Jurado en el XXI Festival de Cine de Moscú, el Premio del Público a la Mejor Película en el Festival de Bruselas (1999), el Premio del Público al Mejor Largometraje en la XVI Semana de Cine Vasco de Vitoria-Gasteiz (2000), el Premio Especial del Jurado en el Festival de Tolouse, el Premio del Público a la Mejor Película en el Festival Hispano de Miami (2000), el Premio Goya 1998 a la Mejor Actriz Secundaria (Adriana Ozores) o el Premio a la Mejor Interpretación de Reparto (Txema Blasco) en los VII Premios "El Mundo" al Cine Vasco (1999).