Auñamendi Eusko EntziklopediaFondo Bernardo Estornés Lasa

Coproducción de 1997 entre las productoras bilbaínas Lan Zinema y Sendeja Films. La producción del proyecto recayó en Benito del Rio, Iñaki Goikoetxea, Javier Rebollo y Ernesto del Río.

El guión está basado en la novela de Pedro Ugarte Los cuerpos de las nadadoras y lo firmó el propio Ugarte junto a Luis Eguiraun y Juan Ortuoste. Éste último se hizo cargo de la dirección. La trama de la película se inicia en la cárcel de Bilbao donde un escritor interpretado por Ramón Barea llamado Jorge Galíndez recuerda las adversas circunstancias que le han llevado a ese encierro. Entre ellas su asociación con Enbeitia (Antonio Resines), el amigo empresario promotor de la estafa que ha provocado todos los males de Galindez. El personaje protagonista, con reminiscencias de Trufautt (L'Homme qui aimait les femmes) o incluso del Woody Allen de Sueños de un seductor, es un amante que se enamora incansablemente de las mujeres pero no tiene suerte a la hora de culminar el amor. A lo largo de la película sus intentos de convertirse en un escritor reconocido y sus frecuentes escarceos amorosos topan siempre con el fracaso.

La verdad es que la película contaba con muchos ingredientes para llegar a buen puerto. La propia novela de Ugarte era una base sólida para la línea argumental del film. Y actores como Ramón Barea, Antonio Resines, Juan Viadas, Mariví Bilbao o Saturnino García, con su indudable talento, se convertían en toda una garantía de cara al nivel interpretativo de la obra. Pero la realización de Ortuoste es totalmente fallida. En ningún momento se aprovecha ese juego que hay en la novela entre humor y amargura para mostrar los continuos fracasos del Galíndez. Es más, esa dinámica se traslada a la pantalla pero sin rigor ni lógica. Así, el film avanza cambiando de género, del drama a la comedia, sin que nada lo justifique. Hay un momento en el que Entre todas las mujeres cobra cierto interés y parece que el film va a deparar algo interesante. El escritor se encierra para escribir una novela y conoce a una vecina adolescente con la que inicia un juego de seducción bien llevado por Ortuoste. Pero todo es un espejismo. Tras acabar esa historia la película vuelve a perderse hasta llegar a un final sumamente precipitado y convencional que deja un sentimiento de frustración al espectador. El largometraje, tras su estreno, pasó totalmente desapercibido entre el público.