Municipios

Elorz - Elortz

Elorz es uno de los pueblos del valle que se levantan en la falda de la sierra de Tajonar. Su casco urbano, muy reducido hasta hace poco, se ha visto notablemente ampliado en los últimos años por la edificación de modernas urbanizaciones. En un estudio llevado a cabo hace años, pudimos descubrir los nombres antiguos de las casas del pueblo, alguna de las cuales ha sobrevivido hasta hoy. Recordamos las de Txarlesena, Erlarena, Simonena, Anjelena, Larekinena o Ilabarren. Componen aún un casco urbano de gran interés y buena conservación.

La casa parroquial, adosada al templo por el muro de los pies, es un pequeño inmueble de planta cuadrada y dos alturas. Lleva muros enlucidos, con cadenas de sillar en enmarques y esquinas. La puerta es de medio punto y las ventanas cuadrangulares, con antepechos moldurados. La casa más cercana a la parroquia es "Txarlesena", un bloque dieciochesco de planta rectangular y gran desarrollo en planta, con dos alturas más ático. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en enmarques y esquinas. En planta baja presenta tres ventanucos, así como dos portalones con dinteles adovelados. Uno de ellos, el que hace de puerta principal, va rodeado de un paño en sillar y coronado por una cornisa moldurada. En la primera planta hay cinco ventanas rectas y de buen tamaño, con antepechos moldurados, y coronan cinco tragaluces, bajo tejado a doble vertiente. Preside la fachada un escudo barroco de buen porte, con un enmarque moldurado.

En la calle Iturriama encontramos el edificio concejil y alguna casa no demasiado antigua. En cambio en la calle Mayor se encuentra la magnífica casa "Erlarena", de fines del siglo XVII. Repite el tratamiento mural antes descrito, aunque en este caso se abre en puerta baja con un único portalón adintelado, con la fecha de 1685, y las ventanas son también rectas. El vano central lleva un antepecho moldurado con dentellones, y junto a él un escudo barroco de campo cuartelado. Una fachada lateral lleva un dintel labrado con dos ruedas solares y un "lauburu" en medio. En el año 1990 tuvimos la ocasión de admirar el interior de esta casa, donde se conservan varias cocinas de hogar, utensilios de época y una magnífica colección de chocolateras. Enfrente se ven varias casas que repiten algunas de las características ya reseñadas. Más adelante, una casa de desarrollo horizontal y dos alturas presenta fachada en mampostería sin enlucir. Se abre con un arco de medio punto, con trece dovelas largas y rosca moldurada con una triple media caña. La clave lleva una cartela con el anagrama IHS. Una fachada lateral se abre a una plaza.

Una callecita lleva a un coqueto rincón, que termina en una plazoleta. Una casa lleva un portalón adintelado con una cruz labrada en el cabezal. La de al lado, llamada "Anjelena", lleva un dintel monolítico, con la inscripción: AÑO DE 1744, en una cartela incisa que lleva decoración en zig-zag y con espirales. Enfrente, una casa reformada presenta aún una puerta adintelada, con una rueda solar labrada en altorrelieve en su cabezal, que va reforzado por ménsulas. Posiblemente sea de origen medieval.

Al final de la calle Mayor se abre una amplia plaza, donde vemos un caserón reformado, abierto por un arco de medio punto y dovelas de gran desarrollo, que nos lleva a principios del siglo XVI. Tiene dos alturas, y se cubre con tejado a cuatro aguas. En la calle Lindatxikia encontramos la casa "Simonena", con un paño central de sillar, donde se abre un arco ligeramente apuntado con dovelas de gran desarrollo, que nos recuerda a las vistas en el taller de Urroz, y que puede datar de fines del XV o principios del XVI. La clave lleva el anagrama de Cristo en letras góticas, y corona una ventana geminada de arquillos conopiales, algo desfigurada.

  • Ermitas

J.M. Aicua y J. Asiron (1990) citan la de San Bartolomé, para la que se nombraba ermitaño al menos en los años 1675, 1688 y 1692. En 1679 se castigó a fray Juan de Zalba, ermitaño, a encerrarse en ella, por "haber andado errante y ausente de su ermita, teniéndola indecente". En 1799 el obispo visitador Igual de Soria mandaba adecentarla, así como las imágenes de San Bartolomé, San Juan y Santa Catalina que allí se custodiaban. Aunque Pérez Ollo afirma que desapareció con las obras del cementerio, en 1846, existe una orden de demolición datada en 1814, ordenándose aprovechar los materiales para mejorar la iglesia parroquial.

  • Parroquia de la Asunción

Se trata de un templo medieval en origen, aunque sufrió una importantísima intervención en el siglo XVI, que amplió y elevó la fábrica original, igualándola en altura con la torre. La planta consta de una única nave, dividida en cuatro tramos de tamaño desigual. El primer tramo es menor, y procede del templo gótico. Siguen dos tramos de similar formato, y una cabecera cuadrada y profunda, terminada en testero recto. El acceso se encuentra en el segundo tramo, por el lado de la Epístola, y tiene enfrente una capilla bautismal de reducido tamaño. Al tercer tramo se adosan dos capillas simétricas, a modo de transepto, y la sacristía es un pequeño ámbito cuadrado abierto al muro meridional de la cabecera.

Los muros van en sillería, apreciándose la diferente estereotomía de la fábrica medieval y la del XVI. Al interior van enlucidos. A los pies de la nave se levanta un coro, que lleva arco de embocadura escarzano. Para dar luz al interior hay una ventana sobre arco de medio punto en la cabecera, por el lado sur, y sendos rosetones en la capilla del lado de la Epístola y en el muro de los pies. A las capillas laterales se accede mediante dos arcos escarzanos de grandes proporciones.

La iglesia se cubre con diferentes tipos de bóvedas, separadas por arcos fajones de medio punto, que apean sobre ménsulas encastradas en los muros perimetrales. El tramo de los pies recibe una bóveda de crucería simple, al igual que las tres capillas menores. Los dos tramos medios y la cabecera llevan bóvedas estrelladas, con más complicada tracería la correspondiente al último tramo. La sacristía lleva una bóveda de terceletes, y el bajo coro crucería simple.

Al exterior destaca la torre, que apoya sobre el tramo medieval de la nave, que remata en alto con una cornisa sostenida por ménsulas, y un tejado a doble vertiente. En el lado de la Epístola se aprecia un pórtico de piedra y muy buena factura, abierto por un arco escarzano de gran tamaño y ricamente moldurado. Al interior se cubre con una bóveda de crucería cuyos nervios apean sobre ménsulas semicirculares y columnas cuyo fuste va parcialmente estriado. Cobija una puerta con arco de medio punto que lleva la rosca moldurada con baquetones y va flanqueada por columnas adosadas que reciben una cornisa a modo de entablamento. La moldura que hace las veces de capitel corrido se prolonga en forma de una segunda cornisa, que une las columnas a media altura.

El interior va presidido por un retablo mayor romanista, bajo la advocación de la Asunción. Es obra documentada, debida al taller de Juan de la Hera y Gaspar Ramos, de principios del XVII. La traza, clara y ordenada como corresponde al estilo, lleva doble banco, dos cuerpos de cinco calles y ático tripartito. Se articula mediante columnas estriadas y estípites, lleva frontones triangulares y, en el remate, largas pirámides del tipo escurialense. El sagrario es contemporáneo de la traza. En cuanto a la iconografía, en el banco se disponen relieves con escenas de la Pasión: Beso de Judas, Camino del Calvario, Cristo a la Columna, Oración en el Huerto, Evangelistas, Adoración de los Pastores, Matanza de los Inocentes, Huida a Egipto, San Pedro y San Pablo. En el primer cuerpo se encuentran los relieves de la Anunciación y de la Visitación, en las calles extremas, flanqueando las tallas de Santa Bárbara, la Asunción y San Antonio Abad. En el segundo piso los relieves de la Lapidación de San Esteban y la Decapitación de un Santo Obispo, centran las tallas de bulto de San Juan Bautista, San Esteban y San Miguel. En el ático se representan el Calvario, San José y San Gregorio Magno. Hay así mismo dos estrechos frisos con los cuatro Padres de la Iglesia y otro con cuatro Virtudes.

En el lado del Evangelio y dentro de la capilla bautismal antes reseñada, nos encontramos una pila medieval, con basa circular moldurada, corto fuste cilíndrico y gran copa semiesférica, decorada con una serie de arquillos de medio punto. Cerca se ve una lauda sepulcral de piedra con la inscripción: ESTA SE/ PULTURA ES/ DE CHARLESENA/ AÑO (17?)41. En la capilla del transepto luce un retablo neogótico carente de interés artístico, dedicado a la Inmaculada Concepción.

Del muro de la Epístola cuelga un Crucificado gótico, del siglo XIV y tamaño algo inferior al natural, muerto, con tratamiento esquemático de cabellos, anatomía y ropajes, que en este caso se ciñen al paño de pureza. En la sacristía se custodia un Crucificado romanista procedente del cercano despoblado de Andricáin, así como alguna pieza de orfebrería.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, vol. III, C.A.N. 1982, pp. 63-64.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C.: La escultura romanista en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1986, pp. 46, 47, 48, 166, 167, 194, 197, 198, 199, 200, 203, 205, 207, 208, 220.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. IV*, Merindad de Sangüesa, Abaurrea Alta-Izalzu, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1989, pp. 276-282.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 82.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 277-278.
  • V.V.A.A. El Valle de Elorz. Naturaleza, Historia y Arte. Pamplona, Ed. Ayuntamiento del Valle de Elorz y Príncipe de Viana, 1990, pp.138-144.

JAS 2009