Auñamendi Eusko EntziklopediaFondo Bernardo Estornés Lasa

Adelaida de Ubao e Icaza, joven bilbaína menor de edad, de familia muy católica y rica, decidió entrar en el convento madrileño de las Esclavas del Corazón de Jesús, sin conocimiento de su madre viuda. La decisión la tomó tras recibir ejercicios espirituales del jesuita Padre Cermeño. La madre y la familia de Adelaida acudieron al Juzgado para que la joven decidiese por si sola, sin "las influencias que le seducen y subyugan" de acuerdo con los cánones del Concilio de Trento. El Juzgado no atendió a las pretensiones de la familia y esta recurrió, basándose en la interpretación del término "tomar estado" del Código Civil.

En diciembre de 1900 el litigio llegó al Tribunal Supremo, defendiendo a la familia de Adelaida, Nicolás Salmerón ex Presidente de la I República española, siendo su oponente Antonio Maura, político conservador. La causa se vio a principios de febrero de 1901, acompañada de manifestaciones anticlericales. El Supremo sentenció que "tomar estado" se refería exclusivamente al estado de matrimonio (durante el franquismo el Código Civil se modificó para que en el "tomar estado" se incluyese explícitamente el estado de religiosa). Adelaida volvió a la casa materna pero, ya mayor de edad, regresó al convento falleciendo a los 29 años en el noviciado de Azpeitia.

Este proceso, de amplia resonancia, coincidió en el tiempo con la discusión sobre la separación de la Iglesia y del Estado en Francia, y con la boda de la Princesa de Asturias el 14 de febrero de 1901 con el hijo del Conde de Caserta, Borbón italiano y partidario de la rama carlista, boda contestada popularmente por lo que el general Weyler, Capitán General de Madrid, declaró el estado de guerra el mismo día de la boda.

Asimismo, el 30 de enero de 1901, se estrenaba en Madrid el drama Electra de Benito Pérez Galdós. El drama, escrito en el verano de 1900, recogía la historia de una joven obligada a entrar en un convento, frente a la oposición del hombre que le ama. La polémica, ya antes del estreno, recordaba a la de Hernani de Victor Hugo, según Pío Baroja. El día del estreno, Ramiro de Maeztu gritó ¡Abajo los jesuitas! siendo coreado. La obra se representó un centenar de noches en Madrid y, en Bilbao, el público exigió que se tocará la Marsellesa, el Himno de Riego y el Trágala. Desde el punto de vista editorial Electra fue un éxito vendiéndose en España casi 100.000 ejemplares, aparte de ediciones en Argentina y en México y de las traducciones. Por el contrario, el diario El Socialista se distanció del inoperante anticlericalismo, reclamando "menos gritar y más hacer". Los obispos escribieron Pastorales contra la Electra, boicoteada por los clericales.