Las actividades y realizaciones en el País Vasco han experimentado un largo y espectacular desarrollo histórico: partiendo de orígenes tan remotos como modestos, al hilo de las hondas transformaciones sociales, económicas y técnicas de los últimos siglos, el periodismo ha llegado a alcanzar las altas cotas de incidencia económica, proyección social e influencia ideológica que conoce en la actualidad.En esa larga trayectoria pueden distinguirse una serie de fases que enseguida pasaremos a enumerar y describir someramente. Previamente conviene aclarar, para evitar interpretaciones forzadas y extrapolaciones fuera de contexto, que en sentido estricto sólo es posible hablar de periodismo vasco -como un ámbito diferenciado y autónomo- en las últimas décadas. Antes del s. XX el periodismo que se hace en territorio vasco-navarro no llega a constituir siquiera un subsistema perfilado en el marco general del periodismo español (salvo si nos referimos al periodismo en lengua vasca -al que se dedica un epígrafe aparte-). Ni el idioma utilizado -el español, en proporción abrumadoramente mayoritaria (como lo es el francés en Iparralde)-, ni el núcleo territorial en que se distribuye que, cuando desborda los límites de cada provincia, lo hace más a menudo para volcarse sobre el mercado de las regiones colindantes con el País que para abarcar al conjunto vasco-navarro, ni el ámbito de referencia político/noticiera (que casi nunca suele atender al conjunto de Euskal Herria, concediéndose más relevancia a la parte extranjera y a la española -amén de las informaciones locales y provinciales-), permiten hablar en rigor de periodismo vasco como estructura articulada e integrada (hacia el interior) y relativamente autónoma (con respecto al exterior), hasta fechas bien recientes.
Javier FERNÁNDEZ SEBASTIÁN