La nación política. A mediados del s. XVIII vemos que el término nación se emplea con asiduidad para designar a los Estados pluriétnicos. Cadalso, por ejemplo, habla habitualmente de nación española, subdividida en su carta n° XXVI en diez provincias, entre las cuales, la Cántabra engloba al señorío de Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y el reino de Navarra que "tienen tal pacto entre sí, que algunos llaman estos países las provincias unidas de España". No hay duda que se reserva la calidad más eminentemente política a la nación española mientras a la cántabra se le otorga un baremo idiomático: "todos los que hablan el idioma vizcaíno". Esta trasposición al Estado, que se observa también en el caso francés, acaece asimismo en el vasco cuando las visicitudes políticas invitan a determinadas élites a considerar la posibilidad de constituir también la etnia vasca una Nación-Estado. Es decir, cuanto tras una etapa de defensa ininterrumpida de la identidad y del autogobierno dentro de los cauces habituales, comience a vislumbrarse la posibilidad de constituir una nación política independiente como último recurso (nacionalismo).
Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA