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LIBANO

Siendo la mayor concentración de población de todo el municipio de Arrieta, es aquí donde se encuentran la mayor parte de los elementos patrimoniales de interés. Comenzaremos por la iglesia parroquial de San Martín Obispo, inicialmente gótico-renacentista del siglo XVI, pero reformada en su mayoría en el XIX con aires neoclásicos. De esta primera etapa conserva parte de su torre, en la que un vano conopial geminado enmarcado en moldura decorada con pomas es lo más destacable. Su portada, en arco de triunfo de influencia clasicista, fue realizada en la primera mitad del siglo XVII, en la reconstrucción llevada a cabo dado su pésimo estado. En el interior su estructura de nave única con cubierta de bóvedas baidas sobre columnas toscanas, está dividida en cinco tramos por fajones y tiene cabecera recta.

Tiene un retablo de inspiración gótica en su presbiterio, abierto éste en arco triunfal de medio punto y cubierto con bóveda de medio cañón con pequeña cúpula sobre él, retablo de cuatro pisos, cuatro calles y ático en el que se representan escenas de la vida del santo patrón, culminado por un calvario en su parte alta. Realizado en el primer cuarto del siglo XVI, tardogótico, es valorable por el programa iconográfico utilizado, inédito en nuestra provincia dada la amplitud de repertorio hagiográfico de la vida de San Martín. Su adaptación al lienzo del ábside viene dada por dos frescos de pared que acomodan las figuras representadas a los ángulos del retablo. Además cuenta con varios retablos menores diseminados por la nave de estilo clasicista y una pequeña capilla con los restos de los marqueses de Acillona.

De todos los edificios civiles tan sólo la Villa Monesterio tiene inspiración culta, aunque no deja de estar ligada a la arquitectura popular, ya que su estructura es básicamente un gran caserío de orden residencial. Con tres alturas y soportal en arco carpanel, sus líneas de imposta marcando los pisos, el recerco de vanos con orejetas y sus paredes encaladas son los únicos elementos que la hacen un tanto diferente al resto de fábricas populares del entorno, pero de escaso valor si tenemos en cuenta su fecha de construcción, 1903, y la estética utilizada. Todos los caseríos interesantes de esta anteiglesia presentan la tipología de muros portantes y soportal arquitrabado, propios del siglo XVIII y XIX. Destacaremos Urioste (siglo XIX), bifamiliar, con cubierta a dos aguas, tres alturas con balcones corridos, espolones y soportal sobre ménsulas decoradas; Eulate, data del siglo XVIII, aunque en su fachada luce inscripción con fecha de 1837, fruto de una restauración; Arrietatxu (siglo XVIII), también entre espolones y con balcones corridos, de nuevo la inscripción de 1847 hace alusión a una restauración; Altamira, del XVIII, su soportal se sustenta sobre columna toscana con el nombre del caserío en ella.

Citaremos por último el Busto de Aita Patxi, que junto a la parroquia, se ha erigido en honor del religioso Francisco de la Pasión Gondra, austero y más honorífico que artístico.

Manu CASTAÑO GARCÍA (2006)