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IMÁRCOAIN

A pesar de su reducido caserío, caben destacar en Imárcoain tres edificios, además de los restos del palacio de Cabo de Armería. El primero de estas construcciones es una casa junto a la iglesia, con dos niveles de sillarejo enlucido con sillería en esquinales y vanos, de fachada horizontal, teniendo en el primer nivel y como entrada una puerta adintelada sobre ménsulas de piedra. Al otro lado de la carretera se encuentra el segundo de los edificios, muy modificado pero que conserva un portalón con arco de medio punto. El tercero es una casa algo más alejada, con buenas proporciones, que consta de dos niveles y ático, presentando cadenas de sillar en las esquinas y sillar en la puerta y parámetro central de la fachada y ventanas. Su puerta de entrada está descentrada, con un gran medio punto y blasón. Se cubre con tejado a cuatro aguas.

Adosada a esta casa por su parte posterior se encuentra otra de tres niveles con torreón que corresponde al antiguo palacio de Cabo de Armería. La puerta está descentrada y es un medio punto inscrita en un paramento de sillar y sobre ella una ventana con antepecho de piedra moldurado. Sobre esta ventana, en el tercer nivel, se encuentra un escudo. La casa está enlucida y tiene vanos adintelados que salvo el antes descrito son modernos.

La única ermita con la que pudo contar Imárcoain es la de Santo Domingo de la que no quedan restos. La talla de su titular puede ser la que se conserva actualmente en la iglesia.

La parroquia de San Martín, responde a modelos románicos de fines del siglo XII con planta de una nave con tres tramos y cabecera semicircular más estrecha. En el tramo inmediato a la cabecera se abren arcos de medio punto que dan acceso a las capillas a modo de brazos de crucero. El arco de triunfo es doble, de medio punto ligeramente apuntado. El coro es moderno. La estancia cuadrada de la sacristía, de fábrica posterior, del siglo XVI, se adosa a la cabecera por el lado del Evangelio.

Al exterior el pórtico de dos arcos de medio punto sobre pilar central bajo el cual se halla resaltada la puerta de entrada al templo, de medio punto abocinada con cuatro arquivoltas de arista viva sobre pies rectos y con imposta lisa corrida entre unas y otras. Todo ello rodeado por un guardalluvias liso. El ábside queda escondido por la casa parroquial. Tan solo por el lado del Evangelio se aprecia el volumen saliente de la sacristía y unas casas adosadas. La torre, enmarcada entre dos contrafuertes, es de forma prismática.

El retablo mayor está dedicado a San Martín. Fue realizado por el ensamblador de Pamplona Juan de Gastelúzar en torno a 1611. Es en la traza donde el artista plasma sus rasgos más propios. El retablo está compuesto por relieves y bultos redondos de un romanismo grandioso aunque algo tosco, destacando la imagen del titular y en especial la Asunción, de composición muy movida. El sagrario es de planta trapezoidal con relieves de San Pedro y San Pablo en los laterales y una custodia estampillada en la puerta. En 1616 se autoriza al pintor Sebastián de Zárate para el pintado, dorado y estofado del sagrario y del retablo, pero será en 1682 cuando el pintor Juan de Ibáñez dore el retablo.

En el lado de la Epístola se localiza el retablo del Crucificado realizado por el ensamblador pamplonés Martín de Echeverría en la segunda mitad del siglo XVII. Consta de un sencillo encuadre con la escultura de Cristo y varios elementos símbolos de la pasión. La escultura del Crucificado muerto presenta un excelente estudio anatómico de carácter atlético aún romanista con avances hacia el naturalismo. Su estilo recuerda a obras del escultor Domingo de Lussa.

Merece resaltar una escultura de Santo Domingo conservada en el lado del Evangelio que pudo ser el titular de la ermita desaparecida antes mencionada, de estilo barroco del siglo XVII y que aún conserva su policromía original.

En la sacristía, además de un crucifico-relicario sobre peana y tres gradas, se conserva un completo ajuar de piezas de platería. Entre ellas destacan: un cáliz de plata de primera mitad de siglo XVII de estilo purista y traza simple y que puede relacionarse su estilo con obras del platero Montalbo, lleva la inscripción SO DOMINGO DE YMARCOAIN, indicando que su procedencia puede estar en la desaparecida ermita de Santo Domingo. Otro cáliz de plata, de mediados del siglo XVII también de estilo purista y un tercer cáliz de plata fechado en 1818 de traza barroca lisa. Dos copones de plata barrocos del siglo XVIII uno de ellos con la marca de la doble P coronada y venera. Una crismera de plata de la misma época que los copones. Una traza original presenta la cruz procesional de plata que data del siglo XVI, con grueso nudo esférico decorado por grandes gallones y brazos cilíndricos lisos que terminan en tosca tracería y remate esférico achatado. Se conserva otra cruz procesional , ésta del siglo XIX pero que aprovecha elementos de otra cruz del siglo XVI como un crucificado de anatomía expresiva del anverso y un San Martín sedente. Se conservan, para terminar, un ostensorio de metal dorado neoclásico de principios del siglo XIX y un relicario de San Martín de plata lisa tipo ostensorio, de la misma época que el ostensorio. Hay noticias de que el platero Miguel de Lenzano pudo realizar para la parroquia un incensario y una naveta que no se conservan.

El Museo de Navarra conserva un puñal neolítico encontrado con otros restos en la localidad.

Carmina RIUS SALETA