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EUSKARA (PUNTOS DE VISTA PARA EL ESTUDIO DEL EUSKARA)

2/ El euskara como orden, forma y normativa. He aquí tres factores íntimamente simultáneos e inseparables que inciden en toda manifestación lingüística facultativa, virtual o real. Y es sorprendente la complejidad y logro que el euskara ofrece como realización de su mundo de posibilidades. Como lenguaje, es uno de los hablados en Europa, a no dudarlo, el más europeo y autóctono. Pero el euskara, visto desde afuera, es un medio de intercomunicación oral de un pueblo tan isla como su verbo. Visto así, se especifica en tres grandes vertientes, según se le considere como "idioma" de Euskalerria, como sistema instrumental en sí mismo, o como "posesión" de cada uno de los vasco-hablantes.

Orden
El "idioma" vasco está dotado de tres tratamientos, tres escalas de dialectización y tras hablas usuales. Y es curioso que esos tratamientos no se calquen en clases sociales sino en orden a la intimidad, indeterminación o respeto que se deben los interlocutores entre si. Tienen los nombres, iketz, zu y zuketz. Las dialectizaciones, apoyadas en áreas lingüísticas, ofrecen unos dialectos que se corresponden a cada tribu antigua vasca, unos subdialectos relacionados con los clanes y y unas variedades puramente locales. Las hablas se corresponden con hablares pueriles, populares y especiales. El "sistema" euskérico tiene lugar en cuanto a medio de comunicación, especificándose, en lenguaje, que el vasco llama izkuntza; en lengua, que el vasco llama izkera, y en habla, que el vasco llama izketa. Una investigación meticulosa de este sistema descubre que se trata de un sistema de sistemas cada vez de ámbito más restringido. Cada una de estas nuevas subespecificaciones ofrece siempre esas tres vertientes con funciones precisas y complejas. La "posesión" lingüística es el lenguaje en miniatura que se halla en cada vasco- hablante en forma defectiva, ya que la plenitud reside siempre en el conjunto de conocedores de la lengua. Y, constátese, que al vasco-hablante se le denomina euskal-dun y este -dun final, literalmente, no es otra cosa que "poseedor de". Es el testimonio más medular del derecho de propiedad privada y de su transcendencia colectiva. | euskara común Euskaldun "vasco-hablante"... | euskara de élite | euskara magistral Imagínese, ahora, que cada uno de los epígrafes finales origina un nuevo esquema a escala más reducida, p. ej., vocabulario, locución, refranero, morfología, semántica, discurso, aprendizaje, cultivo, uso, comunicación, recepción, emisión, construcción, concordancia, régimen, etc. La taxonomía del euskara es regular, plena, clara y susceptible de detalle ordenado, subordinado y jerarquizado a escala indefinida. Se trata, en definitiva, de un orden inmanente, de algo así como una programación potencial que todo lo apoya, informa y vivifica.

Forma.
El orden que acabamos de exponer tiene una "forma" que se manifiesta en el tipismo, la estructura y el estilo. Podemos considerar al euskara como una tipicidad, bien en cuanto lengua de nuestra Euskalerria, como idioma, bien como en cuanto a su estructuración o en cuanto a su estilística. En primer lugar, el euskara, en su conjunto, es un hecho diferencial, llamativo, que identifica al usuario y a su colectividad como euskaldunes. Pero también se presenta el euskara dotado de unos caracteres tales, que le puedan endilgar el calificativo de aglutinante. En etxearena, p. ej., se distinguen netamente cinco elementos con función propia y vigente para toda otra combinación: etxe-a-r-en-a. Entre ellos, uno, -r, no tiene más función que la eufónica y la separación de dos de los elementos para preservarlos de una posible confusión ocasionada por la pronunciación de dos vocales consecutivas, que llevaría, quizá a un diptongo y a la fosilización del elemento. El euskara, como pura lengua, ofrece una fisonomía formal peculiar. Así como, unas veces, a un solo elemento vasco se corresponden varios en otras lenguas, también ocurre lo contrario pero mediante la observancia de un morfema para cada sentido, y no muchos morfemas para un mismo significado. Si el genitivo locativo vasco -ko se corresponde al latín -ae, -i, -arum, -um, -us, etc. en cambio, para un genitivo de, único, confuso, se corresponden tantas formas euskéricas como sentidos existan, -ren, etxe-aren (de la casa), -ko, Tolosa-ko (de Tolosa), -dik, emen-dik (de, desde aquí), -z, burni-z (de hierro), -zko. arri-zko (de piedra). Los principios que in forman al euskara se desarrollan hasta sus últimas consecuencias, como puede observarse en la derivación, la composición y la conjugación. Desde la pulverización morfológica analítica, hasta la síntesis de síntesis más atrevidas. La flexión verbal, p. ej., sintetiza, en sí, representantes de todos y cada uno de los elementos clave del enunciado: personas, incluida la que escucha, objetos singular y plural, modos, tiempo, casos, género, etc. con la singularidad de podérsele conectar el determinante preciso y los sufijos declinativos que procedan. La posición de la persona, p. ej., en la flexión verbal vasca, da lugar a un sistema de coordenadas bipolares, directas e indirectas, en las que se polarizan lo intransitivo y lo transitivo, lo dativo intransitivo y lo dativo objetivo, lo personal directo y lo personal alocutivo, teniendo por centro la coordenada básica de lo esencial-existencial. La forma puede no referirse al tecnicismo de la lengua sino a la expresividad de la persona que habla, bien en su pronunciación y entonación, énfasis y mímica, afectividad, explicativa o decisión. Esa ternura, energía, rudeza o emotividad, mediante las cuales el sujeto se expresa da lugar a que el lenguaje vehiculice y dé forma a su vivencia personal. Y la estilística vasca, a una con la gran libertad sintáctica de la lengua, se permite libertades que realzan el sentido, lo matizan de intencionalidad, sin contar con los recursos literarios orales de reiteración, fonaciones especiales, elipsis, condensación de lenguaje, entonación, acento, silencios, etcétera. En conjunto, el euskara es una síntesis de lengua aglutinante, de analítica y sintética, de originalidad y universalidad que le hacen sumamente compleja en su tipismo, en su estructura y en su estilística. En la bibliografía vasca sobre nuestro idioma se pueden distinguir los estudios objetivos a un lado y las apologías, más o menos aprovechables, a otro. Entre estas últimas entresacamos algunos párrafos de Humboldt, D'Abbadie, Arana Goiri y Campión, que son muy elocuentes, relativos al euskara y en especial a su forma: "Comparado el vascuence con el latín, el griego, el francés y otros semejantes idiomas, queda aturdido el escritor y le parece contemplar un hermoso gigante al lado de un deforme enano" (Vinson, J., Mélanges de lingüistique et d´antropologie, p. 216). "Agota (el euskara) todas las modificaciones de una manera perfecta" (Humboldt, W). "El euskara se parece a una sabia álgebra; sus elementos son sencillos; sus combinaciones numerosas, y sus resultados satisfactorios" (D'Abbadie). "El euskara encierra e sí elementos abundantísimos que bien desarrollados, le harán la lengua más rica del mundo" (Arana Goiri). "El euskara tiene el don de expresar toda clase de ideas sin más limitación que la de la invención humana, con precisión, energía y colorido admirables" (Campión). "Si pasamos del estudio de las lenguas clásicas o de cualquiera otra de las que constituyen la gran familia aria o indoeuropea, al estudio de la nuestra, el espíritu no puede menos de experimentar una viva sorpresa producida por la divergencia que entre el mecanismo de unas y de las otras se advierte. Esta diversidad justifica, en gran parte, la reputación de extraña, y aun de maravillosa, que muchos autores crearon al euskara; y por más que en determinadas partes presente analogías con otras, jamás dejará de merecer los dictados de original e interesantísima, además de los de dulce, elocuente, flexible, filosófica y rica que, sin jactancia patriótica, se le puede atribuir" (Campión, A., Gramática, p. 44). "Si se atiende a la abundancia y a la solidez de los materiales es labor de cíclopes; pero si se dirigen los ojos a las esbeltas torrecillas y afiligranadas agujas, es labor de hadas. Regularidad, proporción y armonía en las grandes líneas; minuciosa riqueza en los infinitos detalles. La nave severa es un hormigueo de formas, un bosque dentro de un templo griego. El ánimo empieza sobrecogido para concluir fascinado. Las injurias del tiempo se pierden en la hermosura sin igual del conjunto. Se admira. La oda aletea sobre los fríos análisis de la expresión didáctica" (Campión, obra citada). El mismo Campión nos dice que la nota distintiva de la lengua euskara es la unidad de procedimiento; que parece creada por un genio amplio, pero metódico, que lleva hasta las últimas consecuencias los principios generales propuestos. Así es que apenas hay excepciones y cada clase de problemas se resuelve con una misma clave.