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Oteiza Embil, Jorge

Escultor, poeta y artista contemporáneo y uno de los referentes de las vanguardias artísticas contemporáneas. Orio 21-10-1908; San Sebastián 9-04-2003.

Autor de una importante obra escultórica, que resuelve formalmente en los últimos años de la década de 1950, ha recibido por ella varios reconocimientos, entre éstos el gran premio internacional de Escultura en la IV Bienal de Sao Paulo, Brasil (1957). Su propósito experimental y vanguardista se manifiesta en los primeros años de la década de 1930, cuando, junto a otros creadores vascos como el pintor y esteta Nicolás Lekuona o Narkis Balenciaga, conecta con los movimientos y corrientes más progresistas e innovadoras del arte, que, en el plano ideológico y político, le enfrenta a la ideología nacionalista que prevalece en ese tiempo en Euskadi, y particularmente en San Sebastián. No obstante, Oteiza va conformando un pensamiento mítico y simbólico, que hace referencia constante a aspectos antropológicos, étnicos y de tradición asumida de lo vasco, debiéndose buscar uno de sus grandes logros en la constante invitación que ha hecho para que todos esos referentes se sitúen en la modernidad.

Jorge Oteiza

Estos y otros planteamientos, sobre el arte y la vida cultural de los vascos, quedan claramente expuestos en su libro Quousque tandem...!, cuya primera edición se publica en 1963 (Auñamendi, Donostia), y tiene por título añadido Ensayo de interpretación estética del alma vasca. El libro sería un manual de aprendizaje y estímulo para una generación de jóvenes vascos. En 1988, cuando el escultor, que había abandonado formalmente esta expresión creativa en 1958, tiene ya ochenta años, se realiza en Madrid, en las salas de exposición de la Fundación de Caixa de Pensions de Cataluña, la que con toda propiedad era su primera exposición antológica. Su actitud crítica frente a su tiempo y su carácter decididamente polemista, han creado en la moderna comunicación una imagen de Oteiza distante y hosca, imagen que sin duda no se corresponde con su humanidad y su comportamiento en el tiempo. Estas y otras concesiones a la anécdota, por encima de lo que realmente supone su obra creativa, han hecho desmerecer una parte importante de la misma, como es su poesía. No debe entenderse, en cualquier caso, como algunos han insinuado, que la dedicación a la poesía en Oteiza es una decisión de su madurez personal. En realidad, la primera noticia que se tiene de su poesía es en 1954, cuando da a conocer su libro Androcanto y sigo (Ballet por las piedras de los apóstoles en la carretera), cuya edición se realizó bajo la fórmula de "pro-manuscrito", al estar prohibida por la censura. Esto evitó una mayor difusión de un conjunto poético de gran valor, no sólo simbólico, sino estético. De alguna forma se puede decir que lo poético ha sido un recurso permanente del pensamiento y la obra literaria de Oteiza, como luego veremos.