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Alarde de Hondarribia

Alarde

En 1859 se documenta un gran cambio formal y conceptual, ya que el Alarde adquirió el aspecto de un ejército de la época: uniformes, hacheros (gastadores o zapadores), fusileros distribuidos en compañías con su propia cantinera y música de pífanos y tambores, tambor mayor, burgomaestre, caballería, artillería, banda de música... La influencia de la Grande Armée napoleónica en el folklore es evidente.

Teniendo en cuenta que esta transformación está documentada en Irun una década antes, parece que Hondarribia se inspiró en la localidad vecina. De todos modos, la presencia de sus alabarderos, anteriores, perduró hasta el siglo XX, incluso acompañando a la decimonónica cantinera: evidencia de que los Alardes no son representación de un hecho histórico, sino la amalgama de distintos elementos folklorizados a lo largo del tiempo.

Alarde
En lo que respecta al hecho celebrado, hasta la década de 1970 no se citan como origen los obligatorios alardes de época foral.

A medida que avanzaba el siglo XX, con excepción de las suspensiones por guerras, la tendencia se consolidó y extendió con nuevas compañías y mayor número de participantes. Como en Irun, cada barrio tiene su propia compañía; pero las compañías sin referente geográfico, que en Irun tendieron a desaparecer, en Hondarribia aumentaron, en especial las originadas en cuadrillas de pescadores. También se formó una compañía de veraneantes en la década de 1940. Por otro lado, en aquellas década participaron por última vez las compañías que acudían de Irun, del mismo modo que ya habían dejado de acudir algunas hondarribiarras al Alarde vecino.