Villes

Zaldibia

El núcleo de la población se localiza en la ribera del río Zaldibia y siguiendo el curso de la vía que atraviesa el valle. Es por tanto una villa camino. En este conjunto destaca sobre todo el ayuntamiento como construcción civil y algunos caseríos tradicionales y casonas y la iglesia dentro de la arquitectura religiosa.

En la plaza encontramos la iglesia de Santa Fe y el Ayuntamiento en frente. Al lado encontramos interesantes casas blasonadas como Albisu y Carrera Enea. La primera, una construcción neoclásica y exenta, de planta cuadrangular y tejado a cuatro aguas. Se construye con piedra de mampostería en los muros y se reserva la piedra de sillería para el recerco de vanos, esquinales y líneas de imposta que dividen cada planta. La fachada se organiza con un acceso adintelado en el centro del lienzo de muro, a sus lados se organizan los vanos y así sucede en los pisos superiores, distribuyendo estos simétricamente. Destaca en la primera planta o principal, el balcón corrido y con rejería y los vanos de mayor amplitud del conjunto. Es también en el centro de la fachada donde encontramos el escudo familiar que da nombre a la casa, Albisu.

Cerca también de la iglesia encontramos la casa, también exenta pero de menores dimensiones que la anterior, Karrera o Karreraenea. Fechable en el siglo XVII, conserva en su fachada la portada centrada y componiendo un eje de simetría junto con el balcón de la primera planta y la ventana de la planta superior. Es la zona donde más presencia tiene la piedra de sillería y donde se encuentran los elementos plásticos que permiten datar la casa. En el dintel de la puerta, placas recortadas decoran el acceso. Sobre él las ménsulas del balcón, que se encuentra rodeado de moldura con orejetas. En su dintel, motivo decorativo con un angelote inserto en una venera. En la tercera planta y siguiendo el mismo eje, ventana estandarte sobre placas recortadas. La sillería se emplea igualmente en los otros vanos de la casa y en los esquinales mientras en el resto de los paramentos se emplea el sillarejo.

En el camino hacia Larraitz destacan dos construcciones, Bikario enea o antigua casa cural, con fachada a dos aguas y manteniendo el revoco antiguo en sus paredes. Sobre el dintel de la puerta una pintura mural alude a su origen, se trata de la tiara papal y las dos llaves cruzadas, que simbolizan a la Iglesia. Frente a esta casa se encuentra otra casona con jardín de cronología posterior con interesante labor de rejería con motivos decorativos neoclásicos de grecas esquematizadas.

La Casa consistorial se ubica en la plaza frente a la iglesia y es una edificación moderna de tres alturas con triple pórtico en la planta baja y tres alturas más. En la primera planta se ubica el salón principal y el balcón, rematado en su parte central con un frontón que decora el vano central. Este elemento decorativo sobre ménsulas, alberga el escudo de la villa con su leyenda "ZALDIZ TA OÑEZ".

El edificio religioso más relevante es la iglesia de Santa Fe. De grandes dimensiones, su esbelta torre y los pórticos modernos en el frente y laterales ocultan, en parte, la construcción del siglo XVI, que sustituyó a la original medieval, y los cambios estructurales experimentados en ella.

Tanto la torre como el pórtico corrido que la enmarca hacia la plaza y que hace las veces de fachada de la iglesia, pudieron ser obra en el último cuarto del siglo XVIII de Martin de la Carrera y quizás también se deba a él el proyecto de reorganización del interior y cambio de orientación del ábside y construcción del coro y la ampliación del ábside y crucero actuales. En el vano central situado bajo la torre, ligeramente adelantado del resto del pórtico, destaca la sillería almohadillada en los extremos del tramo y el frontón triangular de remate. Ambos pretenden ocultar el ábside de la iglesia, con motivo del cambio de orientación de la misma, ubicando el altar en la zona oeste, primitivamente muro hastial y ubicando el coro, la torre y la entrada en el ábside de la iglesia del siglo XVI.

El esbelto interior de la iglesia de Santa Fe se organiza en una nave central con capillas laterales, crucero y cabecera actual ochavada, quedando el ochavo del altar del siglo XVI en la zona de los pies, cobijando el coro alto, fechado en la clave en 1799. En éste se colocará el órgano actual en 1919. Los dos tramos de la nave y el antiguo ábside se cubren con bóvedas de terceletes y estrellada respectivamente. Sus nervios derivan en medias columnas de sillería que adornan a diferentes alturas los muros laterales. Los tramos más modernos del crucero y la cabecera se cubren con bóvedas de cañón y bóveda vaída. En los ángulos de estos espacios, medias pilastras de sillería acabadas en decoración dieciochesca de placas recortadas, intentan unificar la ampliación barroca con la iglesia del siglo XVI. El coro alto en la zona de los pies se conforma con tres arcos con sus roscas molduradas. El mayor rebajado y los dos laterales de medio punto, crean una peculiar forma de artesa sobre fuertes pilares, todo construido en piedra de sillería, aprovechado la cabecera y las capillas laterales renacentistas. Una fina balaustrada en hierro sobre moldura y ménsulas laterales de piedra rematan el conjunto.

Destaca el retablo mayor, dedicado a la patrona de la villa, Santa Fe. Es un conjunto barroco clasicista, fuertemente influenciado en su traza por los modelos de Vignola y del Escorial. Fue trazado y realizado por el arquitecto Pedro de Latijera a partir de 1660. El retablo de planta recta, consta de banco, dos cuerpos y ático. Se articulan sus dos pisos y tres calles por medio de columnas corintias y entablamentos ligeramente adelantados que separan las alturas. La decoración del conjunto es sobre todo de motivos vegetales que ornan los entablamentos y bancos de los cuerpos, las pilastras laterales y las enjutas de las cajas. Tarjetas barrocas y florones decoran las cajas, mientras ovas y cuentas decoran los marcos de estas. La calle central alberga en el primer cuerpo un bello tabernáculo que acoge las imágenes de los cuatro evangelistas, Mateo y Juan en la parte inferior y Lucas y Juan en la superior. En el primer piso y en una hornacina con arco de medio punto, la imagen de la Santa titular, Santa Fe con la palma del martirio. Sobre ella y en el ático, la imagen de San Diego de Alcalá. En las calles laterales del primer cuerpo se colocan San Pedro y San Pablo y en el segundo piso, San Ignacio y San Francisco Javier. En el remate, imágenes alegóricas de la Caridad y la Esperanza. El conjunto se halla totalmente policromado.

Los retablos laterales, ubicados en el crucero y dedicados a San Miguel Arcángel y a la Virgen del Rosario, fueron trazados por Juan de Ursularre y constituyen dos ejemplos de retablo madrileño. Constan de banco, cuerpo único con tres calles separadas por columnas machihembradas, o de fuste acanalado en zig-zag, y ático. Fueron realizados entre 1677 y 1679 por Juan Bautista de Sagües y Pedro de Latijera. El complemento polícromo no llegará a estos retablos hasta 1762 y será ejecutado por los pintores doradores Luis de Fancueva y José Agustín Conde, imitando jaspes y dorando las columnas. También realizarán las pinturas sobre lienzo de los áticos, representando a Nuestra Señora de Aránzazu en el retablo de San Miguel y a San José en el de la Virgen del Rosario.

Dos retablos menores y anteriores cronológicamente ocupan sendas capillas en la nave. Se trata de los de la Ascensión de la Virgen y el de San Juan Bautista. El primero cuenta con un banco decorado con motivos vegetales entrelazados y un cuerpo único entre columnas jónicas, entablamento y cornisa y remate con óculo y aletones. Alberga una bella pintura en la que el colegio apostólico alrededor de un sepulcro vacío, mira admirado hacia la gloria celeste en la que está la Virgen, rodeada de ángeles y querubes. En el tondo del ático se representa a Dios Padre y a Cristo sentados y sujetando la corona que colocarán a la Virgen, bajo la presencia de la paloma del Espíritu Santo. El retablo de San Juan Bautista, es un conjunto compuesto por banco con relieves del Nacimiento de Cristo y Adoración de los pastores. El único cuerpo con columnas corintias y remate con frontón triangular y pirámides, alberga la pintura de San Juan Bautista. Ambos conjuntos son obras notables de en torno a 1600.

Otro elemento sobresaliente del ajuar de esta iglesia es la pila bautismal tardogótica, ubicada en el presbiterio. Tiene fuste cilíndrico y copa semiesférica. Destaca la decoración geométrica de ruedas y cruces con los brazos enlazados y fasciculados, que conserva además restos de policromía. Estos motivos decorativos se encuentran también decorando las enjutas de un arquito gótico apuntado, situado en dependencias anejas a la entrada actual de la iglesia.

Completa el ajuar de esta iglesia grandes lienzos de pintura que decoran la parte alta de los muros de la nave y crucero, obra del pintor alavés Pablo de Uranga, realizados en las primeras décadas del siglo XX. En el crucero se representa la escena de Cristo y la samaritana y la Última Cena. En los muros de las naves se representa a Cristo caminando sobre las aguas, la Resurrección, la Entrega de las llaves a San Pedro y la Oración en el Huerto de los Olivos. Todas ellas con un estilo fuertemente expresionista y con pincelada ágil y ligera de pintura. Se encuentran enmarcadas en arquitecturas fingidas y decoradas con motivos vegetales de guirnaldas.

La sacristía es un espacio reducido con bóveda apoyada en arcos fajones con placas recortadas del siglo XVIII. Tiene buenas piezas de cerramiento en madera también del Barroco rococó y un notable mobiliario compuesto de cajonera y retablo barroco con un relieve coetáneo de la Anunciación, lamentablemente repintado. También se encuentran aquí un elegante aguamanil del siglo XVIII y una talla barroca de un Crucificado.

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AGS 2011