Lexique

VIDRIERIA

El fin del soplado y la vidriería contemporánea. A finales del s. XIX puede decirse que los viejos procedimientos de soplado son poco a poco sustituidos por las mecánicas del estiraje. La fábrica de Lamiaco, fundada en Bilbao el 13 de setiembre de 1890, utilizaba todavía el sistema de soplado a boca y conformaba, junto con las de Mataporquera y Reinosa (Santander) y San Ildefonso (Segovia) el grupo de mayor prestigio de España. Se constituyó en modelo por elaborar un vidrio plano con horno Bassin, sistema de Alejandro Bassori, tan perfecto, se decía, como el de las factorías belgas. A fines del s. XIX y comienzos del XX, los neogóticos y los estilos eclécticos hicieron revivir el vitral de colores al que se dedicó la fábrica de vidrieras y mosaicos J. H. Mauméjean Frères, establecida en la ciudad fronteriza de Hendaya (Lab.). Esta fábrica afincada también en París, Madrid, Barcelona y San Sebastián, extendió, en los escasos 13 años de su existencia, su clientela y renombre a toda Europa. En Euskal Herria, no sólo ornaron sus productos los ventanales de Pamplona sino también los del gran Seminario de Bayona (hoy Auditorium de la Orquesta de la Costa Vasca), los de la parroquia de Santa Ana de Hendaya, los vitrales de la cripta de la Catedral Nueva de Vitoria (1909), etc. Un incendio acabó con la de Hendaya en octubre de 1936. Para entonces, dos de sus artesanos se independizaron en Irún, creando, en los años 20, la Unión de Artistas Vidrieros de Irún. Artistas como G. Montes Iturrioz o Antonio Saura han participado en sus vitrales. En la actualidad la U. A. V. I. trabaja no sólo para el mercado interior sino también para los cinco continentes. Del año 1900 es la muchas veces reproducida "Jura de los Fueros de Guipúzcoa" diseñada por el pintor José Echenagusia y realizada por la casa Mayer de Munich para la gran escalera del palacio de la Diputación de Gipuzkoa. En este mismo palacio los hermanos Mauméjean realizan las bellas vidrieras "Al trabajo y ahorro" y "Guipúzcoa marinera". 1925 marcó un jalón en la industria vidriera española de vidrio liso al establecerse en San Adrián de Besós (Barcelona) la primera fábrica de procedimiento mecánico. Introdujo esta innovación también Lamiaco (sistema Fourcauld). La Vidriera Vizcaina (Lamiaco), fábrica de vidrio, botellas y similares creó en ese año la "Compañía General de Vidrierías Españolas", de gran éxito empresarial, que contó entre sus primeros accionistas con el marqués de Urquijo, Marcos Manuel Lezama Leguizamón, Ramón de la Sota, Martín Zabala, José de Lequerica, Enrique Gama, Enrique Zárate, Saturnino Durango y José Luis Villabaso. En 1934 se fundó Vidrieras de Llodio SA por Isidoro Delclaux y Emilio Vallejo, que, un año después obtenía el vidrio según el sistema Fourcault, y, en 1935, vidrio impreso. A partir de estas fechas van desapareciendo los vidrios lisos por soplado. En 1950 se constituyó en Bilbao (Zorrozaurre-Deusto) la entidad Fibras de Vidrio SA. Los patronos de empresa vizcainos se constituyeron a mediados del s. XX en un grupo de gran importancia a escala peninsular con las fábricas de Lamiaco, Jeréz, Arija, Llodio, etc.; aún así las restauraciones de vidrieras se encargan a casas extranjeras, como la de Munich que en los años 40 del s. XX cierra los grandes ventanales de la cabecera del monasterio de Roncesvalles con escenas alusivas al fuerte carácter histórico del edificio. Mención aparte merece el vitropintor guipuzcoano Simón Berasaluce Aguinagalde (1912-1993) iniciado en la vidriería por el maestro alemán Cruppel (1931), en Madrid, y luego en la casa Mauméjean de París. Desgraciadamente su obra parisina fue destruida por la aviación aliada durante la guerra. En 1952 pasó a Nueva York; su producción se halla dispersa por todos los EEUU, por ej. las vidrieras de San Pablo de Princeton, Nueva York, Boston, Filadelfia, Cleveland, etc. Asimismo, Carmelo Morillas, un vitralista que se hallaba instalado en San Sebastián, se reinstaló en Caracas, volviendo luego. Por otro lado, el uso de la vidriería en la arquitectura moderna, tras un eclipse que coincide con la II Guerra mundial, es hoy en día general, tanto de forma ornamental como estructural (Catedral Nueva de Vitoria finalizada en 1969, parroquia de Nª. Sra. de los Angeles de Vitoria, edificio del BBV de Bilbao, 1970; Kursaal de San Sebastián, 1999). Ciñéndonos al primer aspecto podemos citar la iglesia de Aldaba cuyo presbiterio está constituido por un gran cristal transparente que permite contemplar el bellísimo paisaje circundante. Destacan también la gran vidriera emplomada del interior de la nave del acceso de viajeros de la Estación de Abando (Bilbao, años 50 del s. XX), las vidrieras realizadas por "Vidrieras de Arte S. A.", según dibujos del arquitecto Angel Casas, para las escaleras del Ayuntamiento de Areatza (Villaro), en Bizkaia (1987). El vitral en colores no falta en la catedral nueva de Vitoria, como es preceptivo en el neogótico. En cuanto a la vidriera como obra de arte en situ tiene su origen en talleres de San Sebastián, Irún, Tolosa y Villabona, como U. A. V. I. y Vitroluz (1969) de Irún, Julián Unanue y Morillas de San Sebastián. El principal problema de estos talleres artesanales es la falta de enseñanza profesional y la desaparición de la figura del aprendiz. Destaca por su misticismo y poesía el donostiarra Javier Alvarez de Eulate, autor de las magníficas vidrieras de la basílica de Aránzazu, iglesia de San Ignacio del barrio de Loiola de San Sebastián, el de las benedictinas de Oñate y la ermita de la Magdalena de Bergara. Dos destacados artistas navarros del vitral son, en la actualidad, Javier del Río, de Lerín, y José Luis Alonso Susperregui, de Lesaka. El primero es el autor de la vidriera que representando el privilegio de la Unión cierra el salón de plenos del Ayuntamiento de Pamplona desde 1995. Menos afortunada es la que cubre el museo de la Casa de Juntas de Gernika, ampulosa alegorización de lo que ciertos artistas consideran "la imagen de un pueblo", 20 mts por 10 en los que, so el árbol de Gernika, 15 varones representan a la Ley y las tres principales actividades de Bizkaia: mar, tierra y factoría. En cuanto al cristal tallado de forma artesanal citemos a Miguel Angel Orella y José Ramón Tabar, en el casco viejo de Pamplona.