Biographies

URIBARRENA BARRECHEGUREN, Rafael-Francisco

Perfil biográfico.

Nació en Gernika el 3 de abril de 1919, en el seno de la familia numerosa que formaron su padre Pedro Uribarrena y Erezuma, veterinario de la villa foral y su madre Rosa, natural de Okendo (Álava) con sus otros siete hermanos.

Su abuelo paterno, Pedro, era natural de Yurreta (Bizkaia) y de oficio herrador, vecino de Gernika y su abuela paterna, María Juana Erezuma era de Gernika; su abuelo materno Felipe Barrecheguren era de Okendo y María Ibarra, también de Okendo, pero vecina de Orduña (Bizkaia) [1].

A su familia le afectó el bombardeo de Gernika, les destruyó la casa, muebles, enseres... se quedaron en la calle, con lo puesto y tuvieron que vivir recogidos en casa de unos amigos de sus padres.

Su hermano mayor Antonio Luis, nacido el 8 de setiembre de 1915, se fue voluntario con un batallón del Eusko Gudarostea (ejército vasco), estuvo en el frente de Elgeta y murió poco después de finalizar la contienda de donde regresó enfermo, seguramente tuberculoso.

Casó en 1947 con Edurne Echevarría Insausti, natural de Busturia y el matrimonio tuvo un hijo Rafael, en noviembre de 2007 Jefe del Servicio de Digestivo en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza quien a su vez, tendría dos hijos, uno de ellos también médico de digestivo en el mismo hospital, casado a su vez con otra médico con la que tiene tres vástagos, biznietos de nuestro protagonista; su nieta política, preparaba un segundo MIR, esta vez en anestesiología; esta familia, a pesar de residir en Zaragoza, son el motivo de la sensación de felicidad que Rafael transmite.

Falleció en el domicilio de su hijo en Zaragoza, el 24 de febrero de 2008.

Formación.

Su padre estudió en la Escuela de Veterinaria de León, en la que ingresó en 1907, con una certificación expedida por el Instituto General y Técnico de Vizcaya en la que se hacía constar tenía aprobados los estudios de las asignaturas que se exigen para ingresar en la Escuela de Veterinaria con arreglo al Plan de Estudios establecido por Real Decreto de 17 de agosto de 1904, matriculándose algunos cursos como oficial y otros como libre, finalizando en 1910.

El ejemplo de su padre y también el de su hermano mayor Antonio, le animaron a continuar sus pasos como veterinario; recuerda que lo tuvo claro desde el principio y como hicieran ellos, también se desplazó a León, una vez que finalizó el bachillerato.

La Guerra le sorprendió en la capital leonesa y fue movilizado.

Finalizó los estudios el 16 de junio de 1945, con un brillante expediente en el que se contabilizan diez sobresalientes, 3 matrículas de honor, siete notables y ocho aprobados [2].

Actividad profesional.

Aramaiona (Álava). Preparó las oposiciones a veterinarios titulares, aprobando y eligiendo como destino el Valle de Aramaiona (Álava), con residencia en el pueblo de Ibarra.

Instalado en un Aramaiona que carecía de carreteras para enlazar con sus numerosos y desperdigados barrios, uno de ellos Olaeta, cerca de Villarreal-Legutiano y Otxandio (Bizkaia).

Uribarrena guardaba un imborrable recuerdo de aquel extenso Valle alavés por la acogida fenomenal de la que fue objeto; auxiliado por la bicicleta en algunas ocasiones y caminando otras muchas, atendía los casos clínicos que se le presentaban y que, hasta su llegada, apenas recibieron respuesta de los profesionales que ejercieron en la localidad con anterioridad. Más tarde compraría una moto Montesa al concesionario Lazkaray de Vitoria, al mismo que después le compraría el Citroën.

Tuvo fama de gran clínico y auténtico especialista en los partos de vacuno, a los que confiesa, era muy aficionado; conocía todos los trucos que aprendió con su padre y no había maniobra, por muy incómoda que resultara, que no realizara hasta alcanzar el éxito. Su fama se extendió rápidamente a Mondragón, Aretxabaleta, incluso hasta Bergara por el lado guipuzcoano y a Villarreal-Legutiano por el alavés, lo que le supuso tiranteces con los titulares de aquellos partidos veterinarios, Herrador Sagasta y Vicente Camacho en el lado guipuzcoano y Pedro Goikoetxea por el alavés. En clínica general, en ocasiones le acompañaba la suerte. Además, haciendo uso de un espíritu liberal, afirmaba que, si el ganadero le llamaba, él acudía e intentaba solucionar, con la mayor discreción y sin hacer comentarios peyorativos o negativos, de quienes podrían haber actuado en el mismo escenario con anterioridad, aunque admite que se enfadaran sus colegas.

Bermeo (Bizkaia). En marzo de 1983 figura en la relación definitiva como participante del concurso de traslados del Cuerpo de Veterinarios Titulares en el Gobierno Vasco [3] , adjudicándole la plaza de Bermeo (Bizkaia) donde alcanzaría la jubilación al cumplir los 70 años.

Su función en Bermeo fue la de controlar sanitariamente el matadero municipal y las industrias pesqueras asentadas en la localidad, sin apenas ejercer la clínica. Fue el primer presidente del matadero mancomunado de Durango (Bizkaia).

Actividad colegial

Fue elegido presidente del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Álava en 1968, permaneciendo en el cargo hasta 1977.

Perfil humano

Gran cazador, gustaba subir al Alto de Krutzeta, a la espera del pase de paloma, en muchas ocasiones acudía acompañado de su hijo, siendo éste un chaval de siete u ocho años, para imbuirle en la afición. Según su experiencia, "el que es buen cazador, no es mala persona"; también le gustaba la caza de la malviz y de la codorniz, para lo que se desplazaba a Burgos. Nunca le gustó la caza mayor, a pesar de la abundancia de jabalíes en aquel paraje alavés.

Gran lector, afición que fue dejando de lado por la edad, también destacó como jugador de mus, Jugando de pareja con el veterinario Inocencio Arríen, ganaron el VII Campeonato de mus del batzoki de Busturia en 1989, derrotando a los campeones "de siempre" y mientras lo recordaba, reía con ganas.

Los ganaderos de la comarca del Alto Deba, cariñosamente le apodaban "Salomón" porque sabía de todo.

Fuentes

Le entrevisté en su domicilio en el caserío Beotegui Mayor del barrio Altamira de Busturia (Bizkaia), la tarde del 27 de noviembre de 2007 y con sus 88 años, tenía la apariencia de un hombre feliz; abrigado, junto al fuego bajo, disculpando la ausencia de su esposa que estaba resfriada, Rafael fue explicando el motivo de su felicidad, esa sensación que los militares definen como, la satisfacción del deber cumplido. Y no es para menos.

Autor

José Manuel Etxaniz Makazaga. Doctor en Veterinaria. Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (RSBAP). Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE)

Notas

[1] Registro Civil (RC) de Gernika; Tomo 15, folio 36 vto. Sección 1ª.
[2] Archivo Facultad de Veterinaria de León (AFVL) Secretaría.
[3] Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) nº 32 de 15.3.1983