Vallées

UKERDI

Valle navarro que forma parte del karst de Larra, en la zona nororiental del Pirineo, término municipal de Isaba, valle de Roncal. Está formado en una gran depresión entre los macizos de Añelarra al norte y los de Budogia y la Mesa de los Tres Reyes al sur. Esta depresión kárstica está separada por un cordal calizo de mayor elevación formando dos valles paralelos muy llamativos por la morfología de sus suelos subdivididos en la parte norte en otros más pequeños desarrollados de ONO/ESE, y en el sur a partir de las paredes de la Mesa de los Tres Reyes y Budogia, en un valle de gran extensión con fondo muy erosionado con cierto declive hacia el oeste formando los famosos majadales de Ukerdi y Añemerkandia, zonas de excelentes pastos, que han sido aprovechados por los ganaderos en épocas pasadas con corredores de penetración desde el Puerto Grande, Eskilzarra, Lazagorria, reposaderos de Ukerdi, Añemerkandia, La Solana, Lapazarra y las hoyas de las Ateas o las que desde el Zampori penetran por Leizerola a Añelarra. Sometiendo el conjunto a una disciplina geográfica descriptiva, el valle de Ukerdi se encuentra situado en la parte SE. del macizo de Larra, limitándolo al norte la crestería de Añelarria con sus 2.366 m. de altitud, por el sur Budogia y la Mesa de los Tres Reyes con 2.350 y 2.434 m. respectivamente, por el este por el collado de Insolo o Leskun, entre los 2.100 a 2.150 m. y por oeste con los majadales en una línea imprecisa en su limitación en el camino de subida a Añalarra desde Añemerkandia en el norte y en el de penetración hacia la hoya de las Ateas de Larra en el sur. Por tanto la zona estaría comprendida entre los 4757000 y 4755000 de Latitud Norte (coordenadas UTM) y los 681000 del Majadal de Ukerdi y los 685100 de Longitud Este de Leskun, extendiéndose por tanto de NO. a SE. en unos 4.000 m. aproximadamente por unos 2.000 m. en su parte más extensa de SO. a NE. en la parte de los Majadales, siendo menor de unos 1.700 m. entre los macizos de Budogia y Añelarra, pudiendo considerar su extensión en unos 8 a 10 km². como área de recarga hidrológica en cabecera. Como hemos dicho, la parte central está formada por un cordal calizo llamado el Puntal de Arriba de Ukerdi con sus 2.030 m. de altitud, restos de una altiplanicie existente con anterioridad, actualmente desaparecida en gran medida y desmantelada en las clásicas depresiones al norte y sur del conjunto hasta Añelarra en el primer caso y hacia Budogia en el segundo, extendiéndose hacia el este hasta el collado de Insolo y hacia el oeste a los Majadales. El relieve de sus suelos es complicado con los restos de la penillanura en sus partes más altas orientadas en cordales ONO/ESE, con derrubios de ladera en sus partes norte y sur y valles deprimidos paralelos donde abundan estos restos calizos procedentes de una continua erosión en terrazas kársticas, con ligero buzamiento hacia el oeste, debido a que las calizas descansan sobre un zócalo paleozoico impermeable, que es por donde discurren las aguas subterráneas que se forman en estas grandes zonas de captación cerradas. Esta orografía complicada se ordena en una vasta estructura anticlinal más extensa con plegamientos hacia el oeste, dividida en tres grandes zonas: Al este, la zona axial primaria penetra bajo la cubierta cretácica de las calizas llamadas de los cañones con cierto buzamiento aumentado en el borde. La cobertura cretácica se organiza en múltiples estructuras ONO/ESE, fallas y diaclasas de las calizas del Senonense inferior-Turonense, limitadas al sur por los calcoesquistos del Maestrichtiense-Campaniense. Las calizas de los cañones por ser de destacada tipología en el País Vasco se denominan también calizas de hipurites. Se trata de calizas masivas grises con niveles silíceos representadas por venas de cuarzo que atraviesan el conjunto, siendo datadas del Senonense inferior-Turonense y considerando su espesor de 300 a 350 m., recubriendo esta formación los niveles primarios de la zona axial, estando al mismo tiempo recubiertas por otra formación más alta que se presenta en dos aspectos: calizas silíceas de color gris oscuro con restos de cuarzos, vetas entrecruzadas y numerosos trozos de sílex negro, calcoesquistos silíceos con color negro y pátina gris. Está datada como del Maestrichtiense-Campaniense siendo su espesor reducido, formando parte importante desde el punto de vista morfológico. La estratigrafía de esta región está directamente relacionada con la inclinación del basamento paleozoico sobre el cual reposan las series calizas, disminuyendo el buzamiento de oeste a este y de sur a norte, cesando a veces de manera brusca dando lugar a reacción en la cubierta sedimentaria donde se producen: el aumento del buzamiento aumenta la fracturación y se facilitan los procesos de erosión al producirse las fracturas generalmente perpendiculares al eje del anticlinal y con labios verticales (75% de pendiente). La orientación de las fracturas es la siguiente: Belagua-Ukardi, 80º; collado Insolo-Sur de Añelarra-Añemerkandia, 110º. Desde el punto de vista de la tectónica son de destacar las alternancias regulares de la Mesa de los Tres Reyes y Budogia hasta el macizo de Añelarra donde se repiten las series. La estructura de conjunto y de detalle de este sistema requiere de las condiciones precisas que permitan el desarrollo de formas estructurales y particulares kársticas. Tenemos que distinguir por otro lado tres formas de paisaje, así entre los 2.100 y 1.800 m. una zona kárstica que se extiende en gradas escalonadas fracturadas y atravesadas por fallas, diaclasas completamente desiertas o con algún pino negro, en sus estribaciones pequeños valles paralelos a modo de corredores con cierta vegetación en el norte y limitando al Macizo de Añelarra. La parte sur más árida y con una gran denudación de materiales sobre las formas kársticas anteriores, desciende también de nivel de oeste a este, desembocando en una serie de valles paralelos de menor altura con fondos de pastizales que continúan en depresiones donde comienza el arbolado, generalmente de crecimiento sobre las rocas calizas. La parte norte, de más vegetación, desemboca en el oeste en el Majadal, zona también de pastos importante y de mayor vegetación motivado por la abundancia de tierra negra fértil y formación de diversas plantas. Las precipitaciones son fuertes, ocupando la nieve gran parte del año, continuando la estación con lluvias y alguna tormenta de verano, lo que da un índice situado en los 2.500 litros/m², no existiendo ninguna fuente en superficie como característica básica del karst al licuarse la nieve y progresar en profundidad en fondos de dolinas, simas, fisuras y grietas. Las exploraciones espeleológicas que han sido llevadas a cabo han descubierto un río subterráneo importante bajo la zona situado a 500 metros de profundidad del nivel de esta superficie caliza y que procediendo de la parte norte de la Mesa de los Tres Reyes continúa en dirección ONO hacia el Puntal de Arriba de Ukerdi para encontrar la corriente que desde Añelarra y en su parte norte toma dirección hacia Añemerkandia, dando lugar a un enrejado subterráneo complejo de galerías de grandes dimensiones. El relieve estructural es distinto en las calizas de los cañones que en su cubierta ya que en la caliza turonense esta fracturación ha sido efectuada en ausencia de suelos con vegetación. En zonas de karst es ley general el aislamiento en bloques prismáticos que se desgajan lateralmente en zonas de fosas, las cuales son favorecidas en su desarrollo por el paso de estructuras determinadas que pueden cruzarse aumentando los procesos de erosión. En estos suelos las estructuras de origen tienen importancia dado que los fenómenos derivados de las grandes precipitaciones dan motivo a desplazamiento de masas sobre pendientes fuertes, con procesos de solifluxión y arrastre hacia las grietas que ocupan grandes extensiones de materiales de diverso tamaño o con formación en largas diaclasas y fallas de grandes almacenes de nieve que regulan a lo largo del año las aportaciones de agua desde el subsuelo calizo. Por otra parte grandes extensiones de lapiaz se extienden por gran parte del karst de altura donde se abren simas importantes con grandes fenómenos de disolución físico-químicos. En las calizas de los cañones la presencia de vegetación en suelos hace que los fenómenos que predominen sean el resultado de la doble acción, abunden las dolinas de variadas formas alargadas con fondos arcillosos o con cantos, existan las uvalas o rasos de gran extensión como las llamadas hoyas, como las de las Ateas, los majadales, etc., donde abundan los sedimentos de diferente tipo que determinan pasos de agua importantes. En esta zona hay que destacar la fosa situada bajo la Mesa de los Tres Reyes hacia Ukerdi, gran cazuela detrítica de formas suaves, bajo las paredes rocosas que la rodean y que le proporcionan un continuo aporte. También los majadales en la parte oeste son zonas de interés hidrológico. En la evolución de estos terrenos son de considerar unos procesos básicos que hemos referenciado desde el punto de vista físico a los que hay que añadir los procesos químicos derivados de la acidez y basicidad de los elementos en acción como el agua de disolución de las nieves con porcentajes fuertes de acidez sobre los materiales calizos a través de suelos húmicos en cierta parte, con influencia en numerosos fenómenos subterráneos. Derivados de los anteriores fenómenos nos encontramos a veces con suelos muy evolucionados, con formas viejas corrosionadas en calizas de distinta composición que equivalen en otro tipo de composición a formas menos desarrolladas con reacciones de menos intensidad. Existe por tanto una serie de fenómenos que son datados y que hacen alusión al desplazamiento de masas de nieve y hielo, aludes de nieve en pendientes fuertes, acciones propias del hielo como cuarteamiento de rocas, zonas de pulimento y erosión, zonas de transporte, existencia de grandes graveras, zonas de corrosión y zonas de hundimiento y plegamiento. Todos estos fenómenos y algunos otros son consignados en cartografías 1/5.000, en donde las formas geológicas, estructurales o de origen denudativo nos ayudan mediante un análisis espacial a la evaluación de la karstificación en consonancia con los estudios que se llevan por los grupos de espeleología en el fondo del enrejado subterráneo, donde la génesis o estudio de los orígenes que motivaron las mismas, los procesos estructurales, tectónicos, morfológicos, están en base a conocer épocas climáticas anteriores en análisis de los depósitos y rellenos, como concreciones, aguas, rocas, etc. En los últimos períodos de tiempo que comprende el Cuaternario, el último millón de años, es cuando se produce el socavamiento y desmantelamiento por corrosión y erosión glaciar de cavernas situadas a mayor nivel que el suelo del fondo del valle, con los testigos decapitados y depositados en suelos actuales como las estalactitas y estalagmitas de otras épocas o restos de cavernas colgadas con sistemas de circulación anteriores. El socavamiento existente en la zona, puede estar entre los 2.350 m. de la montaña de Budogia y Añelarra y los 1.850 m. de cota de los fondos de los valles, creemos que entre los 500 a 600 m., es la cifra de crecimiento de los cañones al exterior o en superficie, unidad que evaluada en ensayo de radioisótopos es de 300 a 400.000 años, Si consideramos la adaptación a estos procesos climáticos de la flora y la fauna existente, es de interés mencionar los ejemplares desaparecidos durante el Holoceno al retirarse los hielos de la zona como la cabra hispánica, oso pardo, lobo, etc. así como hacer mención a la existente, como sarrio, ratón de monte, marmota, ardilla, lirón careto, perdiz blanca y variedades de pájaros como urogallo, colirrojo, picapinos, chova, etc. Respecto a los vegetales, hay que mencionar al pino negro como variedad autóctona perfectamente adaptada al clima duro de la altura, ya que abunda entre los 1.700 y 1.900 m. y es un tipo de árbol pequeño, de tronco grueso y retorcido, con raíces que progresan en profundidad en busca de la poca materia orgánica existente en las grietas y fisuras del karst, con ramas hacia abajo y madera muy dura. Este pinar se ofrece a los visitantes como un ejemplo estremecedor de la lucha por la vida en el paisaje rocoso, abrupto e inhóspito cuyos ejemplares de porte variado e irregular en cuyos troncos retorcidos aparecen las huellas de los elementos como las tormentas en restos carbonizados, puntas secas, a los que se adaptan perfectamente a las grietas del terreno, en un alarde de progresión y desarrollo de sus raíces, en busca del grado de alimento que les proporciona el humus existente en esos primeros metros del subsuelo como restos de un esplendor anterior. La observación continua de estas zonas, pequeños ecosistemas en equilibrio van dando un sentido a estudios biológicos, geológicos, espeleológicos que representan una parte importante de conocimientos para el tratamiento adecuado que el hombre ha de dar a la naturaleza, si quiere sobrevivir de inmediato. Ukerdi fue declarado Reserva integral por Ley foral en 1987.

Isaac SANTESTEBAN