Se halla situado sobre la cima de la sierra homónima a 700 m. de altura en el término de la anteiglesia de Abadiño (Bizkaia). Goza de un espléndido paisaje dominado por las peñas de Anboto y montes como los de Untzillatz, Alluitz, Mugarra, Mañaria y Saibi. El santuario es muy concurrido y dispone de un entorno de instalaciones hosteleras y turísticas. En su pasado histórico más remoto se trata de una ermita, Sant Antón, mencionada hacia 1212 al señalarse por la infanta doña Urraca las limosnas para el eremitorio. Ya se había separado Vizcaya del Reino de Pamplona. En 1308 figura como protector del mismo Juan Alonso de Múxica. Por otra parte se halla situado en el camino natural de Alava para Vizcaya. En 1567 el Santuario tenía ya una casa y un hospital con una renta de 61 ducados para sus gastos de sostenimiento. El año 1625 es decisivo, ya que se sustituye la ermita por una iglesia de nueva planta cuya contrata se concede a Antonio López de Traña tomando parte el cantero Martín de Arriluceaga y el carpintero Baptista de Orbea.
La inauguración del nuevo templo fue el año 1646, construyéndose las bóvedas al año siguiente. En 1653 se construyó el "Claustro de peregrinos", lugar de refugio y descanso muy apropiado. La obra corrió a cargo del cantero Francisco de Elejalde y los carpinteros Asensio de Ojanguren y Cristóbal de Eguizabal. En 1662 se amplió la sacristía; en 1666 se hizo la obra del coro alto y en 1670 un retablo nuevo a cargo de los arquitectos Juan de Bolialdea y Domingo de Ascorbe rematando la obra el arquitecto Joanes de Iturriza. En 1756 el santuario se erigió en parroquia desligándose de San Torcuato de Abadiño, adoptándose el servicio de un beneficiado permanente, con la aprobación del Cabildo y el Patrón de Abadiño. En 1831 se inauguraron cuatro altares colaterales y, así, transcurridas las guerras carlistas, se reparan desperfectos y se invierten 16.000 reales en la construcción de una calzada entre el Santuario y Abadiño. En recientes obras de acondicionamiento del templo (1972) se ha hallado en su subsuelo un capitel posiblemente de época prerrománica.
"El origen del Santuario de Urkiola puede estar en el siglo IX con San Antonio Abad" -dice Joseba I. de Legarza, Abad del santuario-. "Hay una tradición oral que nos dice que San Antonio de Padua llegó hasta esta ermita de San Antonio Abad en una de sus correrías apostólicas, celebró la misa en la ermita y pernoctó en la posada que existía en aquella época. Cuando al de Padua le hicieron santo se le colocó como co-patrón de Urkiola. Tenemos ya en el siglo XIII a ambos Antonios presidiendo el santuario. San Antonio Abad, patrono de los baserritarras y protector de los animales, y San Antonio de Padua, patrón de los necesitados y de los pobres. Pero es muy difícil señalar una fecha concreta para el inicio de esta tradición. Muchos cronistas del siglo pasado, sobre todo, hablan de una romería en Urkiola que era de las más importantes del País Vasco, con una afluencia de romeros o peregrinos de Vizcaya, Guipúzcoa, Alava y también de Navarra".
Aparte de esta tradición, la devoción a San Antonio Abad (San Antón) aparece documentada en el siglo XVI (1595).
"...que la dicha ermita del Señor San Antón es de mucha devoción, y como a tal muchas personas, así por sus devociones particulares y necesidades, que han tenido y tienen para remedio de sus enfermedades han acudido y acuden, así vecinos del Señorío de Vizcaya como de las provincias de Guipúzcoa y Alava y de otras muchas partes que han tenido y tienen noticia de la dicha ermita y de los milagros onerosos que mediante la intercesión del Buen Santo...".
Es de señalar que es ya tradicional la celebración de festividades a los Santos patrones, los dos Antonios, los días 17 de enero y 13 de junio, amenizadas con festejos, danzantes, etc. Asimismo, ya en los siglos XVI y XVII se bendecía y conjuraba a los enfermos que padecían fuego de San Antón, posesos, espiritados y maleficiados y posteriormente sacar mandas publicando el nombre de un difunto que hubiese suplicado se le rezase un "Pater Noster" en dicho templo, añadiendo alguna limosna o la celebración de alguna misa. También se realizaba el "atabaque" que consistía en pedir limosnas para el Santuario todas las iglesias de la Merindad. Modernamente se ofrecían a San Antón los hijos, antes de cumplir el año, pidiendo una bendición a los mismos. Otras veces eran peregrinaciones de rogativas con motivo de sequías, epidemias y guerras. También peticiones de novio o novia al santo, origen de coplas populares como la siguiente:
Neska-zarrak joaten dira
Urkiolara, Urkiolara,
Santuari eskatzera senar on bana
senar on bana, konbeni bada.
Santuak esaten die,
buruakin ez, buruakin ez
Zergaitik lehenago akordatu ez
akordatu ez, orain batere ez.
El año que termina la primera guerra carlista (1839), Espartero, que tenía intención de tomar Durango, conquista San Antonio de Urkiola. Los carlistas, mandados por Negri, abandonaron esta altura dejando en ella artillería y municiones. Normalmente la guarnición de Urkiola estaba compuesta por una compañía de inválidos y el fuerte consistía en una iglesia y dos casas cerradas con un recinto. El 22 de abril de 1872, comienzo de la segunda guerra carlista, tiene lugar en este puerto un encuentro entre 30 guardias civiles mandados por el alférez Salinas y una partida de 70 hombres al mando de Basozabal, teniendo que dejar éstos (los carlistas), ciertos efectos de guerra en manos de los guardias. Durante la guerra de 1936-39, la posición de Urkiola tuvo mucha importancia en las operaciones de Otxandio (1937).
Ref. Cifuentes, J. M. y Larrea, A.: Santuario de los Santos Antonios de Urkiola Abadiño, en "Monumentos de Bizkaia", t. III, Bilbao, 1987; Aranaga, Iñigo: Por San Antonio... Urkiola, "Euzkadi", 1987, nº. 299; Vizcarra, Benito: Reseña histórica del multisecular Santuario de los Santos Antonios de Urkiola, Vitoria, 1932: E. J. L.: "Historia General del Señorio de Vizcaya", V.