Théologiens

SAN CRISTÓBAL CRUZAT, Diego

Fray Diego de Estella. Teólogo franciscano navarro, nacido en Estella en 1524, en el seno de una familia ilustre de hombres de letras, originaria de Zalla en Bizkaia. Con 17 años parte de su casa a Salamanca donde el 7 de julio de 1541 ingresa en la Orden de San Francisco -adoptando el nombre de Diego de Estella- al tiempo que comienza sus estudios en la Universidad salmantina, en la que recibe influencias de los también franciscanos Alonso de Castro y Andrés de Vega.

La siguiente etapa de su vida se desarrolla en Portugal a donde acompaña, en 1552, a la infanta Doña Juana, hija de Carlos I, en calidad de confesor, que acudía a Portugal a casarse con el Infante Don Juan. En 1554 edita en Lisboa su primera obra Tratado de la vida... del glorioso apóstol y bienaventurado evangelista San Juan.

Su vuelta a España se data en 1562, año que aparece en Toledo su Libro de La Vanidad del Mundo, que le daría gran renombre; se instala en Madrid, figurando en el año 1570 como predicador de la Corte. Entre 1565 y 1569 fray Diego sufre un proceso al acusar públicamente a su compañero en religión Fray Bernardo de Fresneda, obispo que fue de Cuenca y Córdoba y confesor de Felipe II, por la vida lujosa y disoluta -«tan poco franciscana»- que llevaba. Fray Diego de Estella llega a mandar un memorial a Roma, saliendo mal parado de esta disputa y, según Sagüés Azcona, no porque sus acusaciones fueran falsas, pues su veracidad es reconocida por el Papa, sino porque -extremo confirmado por el propio fray Diego en uno de los interrogatorios- falsificó ciertos documentos, siendo desterrado a Toro (Zamora).

Vuelve a Salamanca en 1573, publicando dos años más tarde en esta ciudad sus célebres «Enarrationes», cuyo título es In sacrasanctum Jesu...Evangelim secundum Lucam. Reside ya definitivamente en Salamanca dedicándose a escribir y a sus labores pastorales, siendo nombrado predicador de la Orden en la ciudad del Tormes en el Capítulo celebrado el 14 de febrero de 1574. A causa de la interpretación del evangelio de San Lucas que hace esta obra, sus «Enarrationes» son perseguidas por la Inquisición, que llega a hacer quema pública de los ejemplares que obtuvo. Esta obra origina un litigio que seguirá, incluso muerto ya fray Diego, por su hermano.

En 1576 publica en Salamanca su última obra auténtica Meditaciones devotísimas del Amor de Dios, a modo de descargo contra las acusaciones hechas sobre su anterior libro, pues en ésta el tono del estilo cambia totalmente.

Se han atribuido a Diego de San Cristóbal otros opúsculos, pero la moderna crítica sólo reconoce como auténticas las citadas. Muere en la ciudad donde publicó la mayoría de sus obras, en el convento de San Francisco, en la segunda mitad de 1578.

Respecto a las Meditaciones, Menéndez Pelayo dice que al contrario que en el Tratado sobre la Vanidad, obra que califica de «árida y prolija», es libro de muy agradable lectura y obra muy apreciada y seguida por San Francisco de Sales. La obra de Estella denota la gran cultura clásica que éste poseía, si bien, como dice Gil de Zárate, la erudición perjudicó al estilo. No obstante podemos considerar a Fray Diego como uno de los primeros místicos del siglo XVI.

Bibliografía. Menéndez Pelayo, M.: Historia de las ideas estéticas en España, Madrid, 1940, II; Sagüés Azcona, Pío: Fray Diego de Estella, Madrid, 1950; Varios: Homenaje a Fray Diego de Estella en su IV centenario, Estella, 1926.