Peintres

Rodríguez Catalán, Jesús

Pintor guipuzcoano, nacido en San Sebastián el 25 de diciembre de 1916.

De vocación precoz, con extraordinarias facultades para el dibujo. Enfocó su carrera hacia las artes gráficas. La guerra del 36-39, le obligó a suspender toda actividad y estuvo sin exponer hasta el año 1976, año de su reaparición pública después de 30 años sin exponer (anteriormente su última exposición data de 1948). De entre sus obras destacan: Arrabales de Donostia, Incendio en el monte, Otoño en Artikutza, Sorprendidos por la ola, Junto al fuego, Borracho, Puente de Santa Catalina, etc. En 1951, participó en la I Bienal Hispanoamericana de Arte. En 1978 expuso en Donostia.

Mayor Lizarbe, (Bilbao, 1978), lo ve así:

"Artista muy variado es Rodríguez Catalán, (...). No es un especialista en tal o cual motivo, en sus acuarelas se aprecian todos los motivos, sin dejar a un lado la figura, porque muchos de sus cuadros cuentan con figuras que forman parte del tema, están inmersas en él. Su obra es realmente sugestiva, variada, "amena". Lo que pretende el pintor al que hacemos referencia, no sólo es recoger la realidad, sino una "realidad de pura fantasía" y realizada con la mayor sencillez".

Iñaki Moreno Ruiz de Egino, (Bilbao, 1978):

"Fundamento capital de su arte, es el dibujo, por medio del cual construye, para él dibujar no quiere decir, simplemente, reproducir contornos, ya que forma, el plano, el modelado y la expresión. No hay que dejarse engañar por esta especie de supremacía del dibujo, porque su obra también se desenvuelve por el rumbo del color. Su concepción del color, su forma de sentir, rara vez lo lleva hacia tonalidades brillantes y armonías exaltadas. Tonos vibrantes, diríamos que tonos menores, como: grises, pardos, azules, verdes y rosas tienden hacia la intimidad. Gamas sutiles, donde la profundidad se hace sentir, siempre, con una gran discreción en su anotación plástica, en que forma y color, valores táctiles y visuales, se funden armónicamente en una sola y única entidad".

Iñaki Moreno Ruiz de Egino:

"En sus acuarelas, hace intervenir de una manera expresiva la atmósfera y la luz, templando de esta manera la pincelada, creando obras bellas, producto de la eliminación de lo superfluo. Atmósferas donde lo fugaz se hace permanente, donde la impresión es estudio, como si el tiempo huyese y la voluntad lo sujetara. Su sentido de captación de la atmósfera, lo lleva a retener movimientos instantáneos de luz, que duran en el espacio y en el tiempo, breves momentos, casi diríamos, parpadeos".