Los organizadores y principales protagonistas de la revuelta fueron ugetistas y socialistas de tendencia prietista, a los que se sumaron, como se lleva dicho, diversos elementos anarquistas, comunistas, de izquierda republicana, etc. Un caso especial es el del nacionalismo vasco que parece haber sido desbordado en algunos lugares por sus bases. ANV, Mendigoizales, parecen haber participado sin complejos; el PNV no quiso implicarse ni en pro ni en contra: abstención, absoluta abstención, de participar en movimiento de ninguna clase prestando atención a las órdenes que, en caso preciso, serán dadas por las autoridades. STV parece haber seguido la misma consigna. Sin embargo, pese a la extremada penuria de datos (cierre de diarios, censura de prensa posterior, acusaciones probablemente infundadas de la derecha como El Diario de Navarra, El Pueblo Vasco, ABC, La Gaceta del Norte), múltiples indicios y los periódicos extranjeros nos revelan una no despreciable connivencia. Así, el suizo Le droit du Peuple nos muestra que, en Portugalete, por ejemplo, los nacionalistas (¿cuáles?), al mando de un tal Madariaga, estaban a cargo de las barricadas altas de la villa. Majuelo ha detectado asimismo la presencia de STV en Tafalla y Pamplona. Un posible descontrol de los afiliados parece haberse aliado a la escasa definición tanto del partido como del sindicato. La ayuda prestada por elementos nacionalistas a los mineros que huían de Asturias y pasaban la frontera por Guipúzcoa atestigua la constitución de un cálido sentimiento de solidaridad con los insurrectos.