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REAL SOCIEDAD TUDELANA DE LOS DESEOSOS DEL BIEN PÚBLICO

Los propósitos de varios distinguidos tudelanos de fundar en su ciudad una Sociedad Económica, inspirada en el modelo de la de Azkoitia (Gipuzkoa), se hicieron realidad cuando solicitaron de Carlos III, por medio del Real y Supremo Consejo de Navarra, la aprobación de sus estatutos a los que accedió el monarca por Real Cédula del 8 de marzo de 1778. Los socios fundadores fueron don Vicente de Borja, don Felipe González de Castejón, don Joaquín Conchillos, el poeta don Cristóbal María Cortés, el Marqués de Montesa, don Manuel Vicente de Morgutio y Gaytán de Ayala, don Manuel Cruzat y los marqueses de San Adrián y de Castelfuerte. En el primer año de su fundación completaron la lista de los socios fundadores treinta y cuatro personas más, la mayoría como socios numerarios, honorarios, de mérito y conservadores. En la sesión del primer día de mayo acordaron que las sesiones se iniciarían con una plegaria devota a cargo del eclesiástico más antiguo. El primer director fue don Felipe de Castejón y Tobar, reelegido en el cargo hasta el 7 de mayo de 1796. Le sustituyó don Manuel Godoy pero el alma de la Sociedad Tudelana fue don José María Megallón Mencos y Ayanz de Navarra. Las actividades y proyectos fueron numerosos: un plan metódico para la formación de cuatro comisiones, las de Agricultura, Ciencias y Artes útiles, Industria y Comercio, Historia Política y Buenas Letras. Además se hacían referencias a las diversas actividades como el aprovechamiento de lanas de Tudela, fomento de la industria de las materias del país, listado de las bibliotecas particulares de los socios para su consulta en cada caso, informe sobre tejidos de paños, informe sobre las fábricas de lanas de Navarra, y causas de su decadencia, y otras iniciativas en pro del país. Además del fomento de la cultura intervino y promocionó obras como el camino de Alfaro (1830), la construcción de la Real Casa de la Misericordia, inaugurada el 8 de diciembre de 1781 y la desviación del Ebro (1886), obra transcendental para los campos tudelanos. Después de cierta decadencia, la Sociedad se rehizo en cierto modo y cuenta con un buen número de socios. Ref. Castro Alava, J. R.: Los Amigos del País y su ambiente histórico, "N. T. C. P.", n.° 150, Pamplona, 1972.