Biographies

OYARZABAL PLAZAS, Juan

Perfil biográfico

Nació en Bera de Bidasoa (Navarra) el 18 de noviembre de 1915, siendo el séptimo de nueve hermanos e hijo del Inspector municipal Veterinario, Juan Oyarzabal Tapia y nieto del herrador de ganado vacuno de la localidad, Francisco Oyarzabal.

Casó con Pepita Camio de Oiartzun (Gipuzkoa), el 4 de abril de 1945 y tuvieron 4 hijos. La mayor, falleció como consecuencia de una vacuna que le administraron y que estaba en malas condiciones; era entonces hija única y esperaban al segundo hijo. Fallecieron también dos niños de una familia vecina.

Falleció en Oiartzun (Gipuzkoa) el 21 de diciembre de 2011

Formación

Estudió los primeros años en Bera de Bidasoa para continuar el bachillerato con los capuchinos de Lekaroz (Navarra), en régimen de internado. Vivía allí, entre otros, el Padre Donosti, al que siempre recordaba dedicado a la música.

De aquella época, sus hijos recuerdan dos anécdotas, contadas centenares de veces:

La primera, recordaba Juan Antonio, habían ya apagado las luces en los dormitorios y uno de los alumnos, para darle un poco de ambiente a aquella vida tan monótona, gritó la célebre frase de James Monroe "América para los americanos", convertido en un grito de guerra de la chavalería de Lekaroz durante muchos años, sin percatarse que tenía cerca al fraile vigilante, un hermano lego llamado Fray Sebas, que le sacudió un mamporro al tiempo que le decía "y esto pa tú".

La segunda anécdota, se refiere a un día de clase explicando quebrados. Pregunta el profesor a un alumno: "¿Cuánto es un medio y un medio?", el alumno como si oye llover. Fulano, le dice el profesor, si tienes un jamón, lo divides por la mitad y lo unes de nuevo, ¿qué tienes?, contestándole el alumno: depende; si pone primero ja y después món, jamón, pero si pone primero mon y luego ja, monja. También el alumno se ganó un buen tortazo.

Acabado el bachillerato, se fue a Madrid a estudiar Veterinaria, seguramente influenciado por la historia familiar, su padre, como se ha dicho, era el veterinario de Bera de Bidasoa y su hermano José, un año y medio mayor, estaba también estudiando la misma carrera para ejercer posteriormente como veterinario titular de Elizondo (Navarra).

En su época de estudiante en Madrid, disfrutó de una beca para alumnos de Veterinaria capacitados para efectuar prácticas en el Instituto de Biología Animal, de un año de duración [1].

Fue condiscípulo de los veterinarios guipuzcoanos, Ignacio Rodríguez Ruiz de Larrea y de Sebastián Ubiría Elorza.

Al finalizar la guerra sigue los estudios y termina la carrera con muy buen expediente. Nunca hemos sabido que se dedicara en Madrid a algo más que no fuera estudiar. Ha sido siempre demasiado serio, afirma su hija Mª Eugenia.

También era Diplomado en Sanidad.

El Golpe de 1936

La guerra civil parte sus estudios. Le pilla en su casa familiar de Bera de casualidad. El día 17 de julio salió de Madrid después de acabar los exámenes y al llegar a Irún les informaron de que "algo gordo" estaba pasando en Madrid.

Le toca ir a la guerra con el bando ganador. Es herido muy pronto y pasa el resto de la guerra en oficinas y atendiendo, como suboficial de Veterinaria, a caballos, mulos, etc.

Actividad profesional

Oiartzun (Gipuzkoa). Las primeras prácticas profesionales las hizo con su padre en Bera de Bidasoa, hasta que un buen amigo de la familia, Venancio Recalde Olaciregui, jefe del Servicio municipal de Inspección Veterinaria de San Sebastián, le anima a presentarse a la plaza de Veterinario de Oyarzun, vacante tras el fallecimiento de Sorondo.

Se trataba de una plaza muy buena, con gran número de cabezas de ganado; se presentó y obtuvo la plaza, no sin dificultades burocráticas y recursos varios como veremos.

Participó en el concurso para cubrir la plaza en propiedad de Inspector Municipal Veterinario de Oiartzun en 1941 [2] junto a otros tres candidatos. Valorados los méritos de todos ellos, resultó que D. Manuel Oñatibia tenía 23,5 puntos, D. José Agustín Guezala Bidegain 16, D. Juan Antonio Oyarzabal Plazas 11 y D. Raimundo García Rodríguez ninguno.

Los tres primeros eran excombatientes y tanto Oñatibia como Guezala habían alcanzado el empleo de brigadas, pero Oyarzabal, que fue sargento, era, además, Caballero Mutilado de Guerra por la Patria lo que le suponía ponerse a la cabeza del resto de los concursantes; el Ayuntamiento, proclive al nombramiento de Oñatibia, optó por evacuar una consulta y dejar sobre la mesa el nombramiento [3].

En la sesión municipal del Ayuntamiento de Oiartzun del 18 de junio de 1941, vistos los informes recibidos y ante la existencia de precedentes similares en otras localidades guipuzcoanas, tras votación, nombraron al Sr. Oñatibia, hijo de la localidad, porque "sin tener en cuenta el grupo al que perteneciere, reunió la mayor puntuación de entre todos los solicitantes", pero el Gobernador Civil dejaría sin efecto el nombramiento, ordenando que la plaza debía ser cubierta por el Caballero Mutilado, Sr. Oyarzabal Plazas.

Existía necesidad de cubrir la vacante habida cuenta la importancia ganadera del partido veterinario que carecía de titular que la atendiera porque quien la desempeñaba interinamente, Venancio Recalde Berrondo, se había trasladado a Tolosa el 30 de junio de 1941.

Teniendo en cuenta esta circunstancia, los corporativos optaron por mantener su decisión de nombramiento a favor de Oñatibia Audela, hasta que se cubriera definitivamente. El día 6 de agosto de 1941 en una sesión extraordinaria del Ayuntamiento de Oiartzun se nombraba Inspector Municipal Veterinario en propiedad a D. Juan Antonio Oyarzabal Plazas.

Por el litigio originado en el momento de la adjudicación de la plaza, en donde su condición de herido de guerra fue un elemento que jugó a su favor, le deparó algunos serios disgustos con el aspirante Oñatibia, que el tiempo y el hecho de ser ambos unos caballeros, se encargaría de olvidar, pero su gran profesionalidad y saber hacer, le valieron el respeto de todos los caseros. Tenía fama de ser muy buen partero. Nunca tuvo pereza para desplazarse a donde le llamaban por lejano que estuviera el caserío ni por intempestiva que fuera la hora de la llamada. La ama, recuerda Mª Eugenia, temía cualquier celebración familiar porque muchas veces era interrumpida por una llamada que no podía dejar de atender, dejando "colgados" a todos.

La atención a las yeguadas de raza pura sangre inglés (PSI)

Por los años 50, se instaló en Oiartzun la primera yeguada para cría de caballos pura sangre inglés, para carreras, la del Marqués de San Damián y le ofrecieron a Oyarzabal hacerse cargo de la dirección técnica de la misma.

Se desplazó a Burdeos una temporada para especializarse en esta materia, junto a Jean Meynard, veterinario del hipódromo de Burdeos y una gran figura en la época, en la atención a animales de compañía, fue su maestro y más de una vez se desplazó a Oiartzun para realizar complicadas operaciones. Además de compartir la profesión, compartieron una muy buena amistad.

Posteriormente, vendrían las yeguadas del Conde de Villapadierna, la de Marta Figueroa y la de Arizabalo y todas reclamaron sus servicios técnicos. Con Oyarzabal nacieron grandes estrellas de los hipódromos españoles. Lamentablemente, por circunstancias que no son objeto de este trabajo, pero a nadie se le escaparán, todas estas yeguadas desaparecieron.

Por la experiencia que adquiere en el mundillo de los caballos de esa raza, siendo el único veterinario civil que se dedicaba a ellos en Gipuzkoa, es nombrado veterinario del Hipódromo de Zubieta (San Sebastián), puesto que ocuparía durante muchos años, siendo sustituido al jubilarse por Venancio Recalde Larre. En el hipódromo municipal donostiarra, cuidaba a las grandes estrellas cuando venían a disputar la temporada de verano y, además, se encargaba de la toma oficial de muestras para el control antidopaje.

Oyarzabal se jubiló el año 1984 con 69 años, siendo nombrado Colegiado Honorario del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Gipuzkoa.

Vivencias

Cuando llegó a Oiartzun, se instaló de pupilo en casa de una señora viuda que regentaba un bar-restaurant. El joven Juan Antonio se fijó en la más joven de las hijas de esta señora y al tiempo, le solicitó relaciones, siendo aceptado por la joven Pepita Camio. ¡Qué distinto el ambiente social de entonces!; para evitar murmuraciones, en ese momento Juan Antonio se trasladó de domicilio.

Desde su posición de jubilado, continuó con su actividad ligada al caserío. En una propiedad de la familia puso un par de vacas para criar terneros, gallinas y huerta. Se deshizo pronto de las vacas, era demasiado trabajo, pero continuó con las gallinas y la huerta.

Siempre mantuvo muy buena relación de compañerismo, con los veterinarios de los pueblos vecinos de Rentería e Irún, lo mismo en consultas profesionales como en sustituciones, a cambio del hoy por ti, mañana por mí. En aquella época no contaban con sustitutos para vacaciones, ni asuntos familiares.

Ha sido hombre de pocos, pero, buenos amigos, durante la semana trabajar y la familia y el domingo el encuentro por la tarde en casa de amigos, siempre acompañado de su Pepita.

Su gran afición fue la pesca, de truchas, sobre todo, en la cuál era muy habilidoso. La dejó hace algunos años. Más de una vez se cayó al río y empezó a entrarle miedo.

Durante años atendió el poblado de Artikutza, ubicado en Navarra pero perteneciente administrativamente a San Sebastián, cuando residían allí el administrador y los trabajadores con sus familias. Atravesaba Artikutza para llegar más fácil a los puntos donde sabía que había buenos ríos trucheros; pero, rara vez utilizó el favor de pescar en aguas de la finca, a pesar de las reiteradas invitaciones.

En 2001, se quedó solo. Pepita, delicada siempre del corazón, falleció. Todavía le esperaba otro gran golpe. Su hijo pequeño, el que seguía la tradición sanitaria como médico, fallecería de cáncer un año más tarde. Ambas pérdidas y un desafortunado accidente, le restaron la gran vitalidad de la que siempre hizo gala.

Fuentes

ETXANIZ MAKAZAGA, José Manuel. De albéitares, capadora, herradores y veterinarios municipales de Oiartzun. Tomo LXII-2-2006, de diciembre de 2006

Elaboración propia

Autor

José Manuel Etxaniz Makazaga\. Doctor en Veterinaria\. Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País \(RSBAP\)\. Real Academia de Ciencias Veterinarias de España \(RACVE\)

Notas

[1] La Semana Veterinaria nº 882 de 19.11.1933
[2] BOE nº 8 de 8.1.1941
[3] Archivo Municipal Oiartzun ( AMOia). Libro de Actas. Sesión Ordinaria del 3.6.1941.