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NIÑO, NIÑA (CONCEPTO DE INFANCIA)

El concepto de la infancia no ha permanecido invariable a través del tiempo. En Europa, hasta la Edad Moderna no se la consideró como una etapa específica de la vida. El niño hasta los siete años vivía al margen de la sociedad, confiado a las mujeres, cuya función educativa era estrictamente biológica; a partir más o menos de esa edad se le confundía prácticamente con los adultos. En los siglos XVII y XVIII se produjo un cambio importante, al menos entre la burguesía más acomodada y la aristocracia. La infancia apareció como una edad con características propias y comenzó a formarse un nuevo sentimiento de la familia organizada en torno a los hijos y a su educación. Cada niño empezó a cobrar gran importancia para sus padres: hasta esta época éstos sólo se iban interesando por los hijos a medida que crecían. Muchísimos niños morían en la infancia; si los padres los hubieran querido desde su nacimiento, su pérdida les habría hecho vivir en un drama constantemente repetido. Los niños de las clases pudientes se enviaban a criar por nodrizas al campo donde frecuentemente morían o donde permanecían dos o tres años sin que sus padres se interesaran apenas por ellos. Las madres no habían todavía desarrollado una mística de la maternidad que les hiciera poner al hijo por encima de todo interés y deseo personal, tal y como corresponde al modelo actual de buena madre; por ello, no alimentaban sentimientos de culpabilidad al desprenderse de sus hijos, tanto en el caso del nodrizaje mercenario como en el de las madres solteras que exigían al padre de su hijo que cumpliera la ley que le obligaba a hacerse cargo de él. Todo esto cambió en algunos sectores sociales desde mediados del s. XVIII, para extenderse a toda la sociedad durante el s. XIX. La Ilustración descubrió los beneficios y poderes de la educación: el niño era un ser humano sobre el que se podía actuar y al que se podía modelar. Se llamó a las madres para que cumplieran con su deber de amamantar a sus hijos y de dedicarse de lleno a ellos, tarea a la que la naturaleza las había destinado. Los médicos comenzaron a interesarse por las enfermedades infantiles y se publicaron muchos tratados que daban consejos a las madres acerca de los cuidados que debían dispensar a los hijos. En torno a esta nueva concepción de la infancia y de la maternidad se creó en el s. XIX la familia moderna, nuclear, compuesta de padres e hijos, cerrada al exterior, protegida de él tras los muros de la vida privada, nuevo concepto, también asentado en la misma época.Dolores VALVERDE LAMSFUS

Ver:  NIÑO -ÑA  (Ahots erakuslea)